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domingo, 29 de diciembre de 2024

LOS TIEMPOS

 

         El tiempo de la tragedia no alcanzó ni siquiera las 24 horas. Ni un solo día bastó para que en el camino se quedaran 226 vidas, más de 100000 vehículos arrastrados como como cáscaras de nuez, miles de viviendas con sus enseres correspondientes que dejaron de ser lo que habían sido hasta el momento y pasaron a formar parte del mar de barro que se apoderó del cinturón sur de Valencia por mor del desbordamiento del río Magro y del Barranco del Poyo, que aquella noche acumuló más agua que el Ebro en las horas en que la tragedia estuvo viva. Los técnicos lo llamaron DANA y se nos quedó ese nombre clavado en el sentido y será difícil que se nos olviden las cuatro letras del desastre en lo que nos quede de vida, sobre todo a quienes la protagonizaron con su miedo y con su vida. No pasó la primera semana cuando la rabia de las víctimas se hizo presente con niveles tan insólitos como la furia del agua. Estoy seguro que cualquiera era capaz entonces y lo es hoy, de saber que el drama producido era suficientemente importante como para necesitar tiempo para volverlo a la normalidad posible. Pero las protestas airadas no podían soportar la sensación de inmovilidad que mostraba el poder ante tanta grandeza del horror.



         Uno puede comprender que los poderes se sintieran tan impactados como cualquiera de los damnificados. A fin de cuentas, personas somos todos y reaccionamos de manera parecida. Pero comprender es una cosa y justificar es otra. La autoridades tuvieron la responsabilidad de avisar con algún tiempo de lo que se venía encima y, sobre todo, lo que no se puede asumir, y lo que la gente manifiesta con su airada protesta, es que no estuvieran delante de  la reacción defensiva, tanto si podían  hacer algo para evitarlo, cosa bastante improbable, como si no. Y los grados de la ira suben a medida que nos vamos enterando de las declaraciones del señor Mazón, primer responsable, aunque no único. En su discurso de más de dos horas en el parlamento valenciano repartió culpas por doquier, pero en ningún momento asumió la suya, que fue la primera y brilló y sigue brillando a día de hoy, por su ausencia.



         Parece que no termina de entender qué es lo que la gente pide. Es innegable que el drama, del que hoy se cumplen dos meses, no se pudo evitar y no hay fuerza humana capaz de dominarlo en aquel momento, pero es que lo que la gente reclama del poder no es eso, sino qué es lo que estaban haciendo cada uno en aquel momento y por qué no se les vio en aquellos momentos en el puesto de mando, que es donde se les necesitaba. Hasta el momento, el presidente Mazón no ha sido capaz de responder dónde estuvo aquella fatídica tarde del 29 de octubre. Ha dado ya 6 explicaciones distintas y cada vez que inventa una nueva, su credibilidad baja inexorablemente. No para de decir, en cambio, que ahora en lo que hay que ocuparse es en la reconstrucción, ingente tarea de la que el nuevo vicepresidente ha manifestado que puede durar entre un  año y un año y medio, para dejar las cosas, más o menos como estaban. No digamos si se pretende modificar las estructuras que



puedan enfrentar en mejores condiciones  nuevas danas, que nadie duda que las habrá en el futuro.



         Y seguro que en eso puede tener razón, sin duda. Pero no termina de enterarse que la gente no puede aceptar ese discurso si entiende que lo que está haciendo con eso es tapar o eludir la madre del cordero y es, señor Mazón, dónde estaba usted, justo en el momento en que tenía que estar en primera línea, tanto si podía hacer algo por resolver lo que estaba pasando como si no. Lo que cuenta, señor Mazón es lo que usted hacía aquella tarde, cuando la gente empezó a ahogarse y usted no estaba a la cabeza. La gente se sintió sola y abandonada a su suerte, sin un timonel que estuviera con ellos, en las buenas o en las malas. No se canse. Por más argumentos que intente poner en medio, lo que se le está pidiendo es que diga dónde estaba usted cuando se le estaba necesitando desesperadamente. Sin esa respuesta creíble, no se canse, usted no es nada políticamente. 




domingo, 22 de diciembre de 2024

VALENCIA Y EL AZAR

 


         Su nombre es Jesús Manuel Ruiz pero se hace llamar el Papa de la Lotería y va acompañado de su hijo Sergio, vestido de monaguillo. Él lleva años acudiendo fiel a su cita con el sorteo del Gordo, y éste es su tercer año disfrazado de sumo pontífice. En estos momentos, junto con este papa de pacotilla, una serie de personas que han dormido a las puertas del salón en el que se encuentran los bombos de la lotería que no quieren perderse, esta mañana, el espectáculo de ver cómo se reparten casi 2000 millones de euros, por más que los dioses del azar certifiquen que la suerte caerá en Valencia. Cómo, si no, explicar que la zona afectada por la dana que el 29 de octubre, entre el rigor insólito de la lluvia y los errores de las autoridades, dieron pié a que una serie de pueblos del cinturón sur de Valencia, quedaran maltrechos y sus 500000 habitantes, algunos perdieran la vida, 226, y gran parte del resto, sus casas, sus negocios y vehículos, que fueron arrastrados por el agua de manera implacable. A pesar de tanta ruina, este año se ha vendido en la zona más lotería de la habitual, lo que indica que la confianza en el azar es tan alta, que todavía justifica un esfuerzo extra de inversión.



         Mientras mis palabras van tomando forma, o a lo largo de la mañana, la realidad terminará imponiéndose y demostrando, una vez más, que el azar tiene su propia lógica y es la que manda. Los premios terminarán favoreciendo a quien corresponda, sin otra lógica que la del pinto, pinto, gorgorito, como siempre, tanto si la suerte va para Valencia, poco  probable, como si no, que será lo más seguro. De cualquier modo no aprenderemos mucho y volveremos a confiar en el azar. Si no ha podido ser esta vez, que sea para la próxima, la del Niño, para Reyes. Así pasa el tiempo y mayoritariamente seguimos confiando en  el azar por encima o al margen de lo que una y otra vez demuestra la lógica. No niego que a mí también me tienta la idea de que esta vez la suerte pueda ser para Valencia, pero sé que no será verdad, ni siquiera aunque tocara allí. Son restos del pensamiento mágico que nos quedan, por más que la razón, una y mil veces nos diga otra cosa.



         Comprendo que la lógica es más humilde y más costosa. Requiere el esfuerzo de todos, mucho trabajo y tiempo. Aquí no hay magia ni confianza en que las cosas puedan ser como queremos, por arte de biribirloque. No. Lo que vale no es la magia, ni siquiera aunque en un momento dado, nos pueda beneficiar. A lo largo del día de hoyveremos botellas y botellas de cava derramadas en honor a la suerte que algunos han tenido porque, sin comerlo ni beberlo, la varita mágica del azar les ha tocado y pone en sus  manos un premio que no tenía por qué ser suyo, pero que puede hacerle pensar, sin ninguna lógica que lo avale, que lo merece más que otro. Los datos que conocemos sobre el destino que va a tener el dinero que ha llegado a las manos de cualquiera de manera fortuita lo indican estadísticamente. El 80% de esos premios azarosos habrán desaparecido por malas inversiones y sólo un mísero 20% se habrá invertido razonablemente y sus protagonistas habrán mejorado su vida y se podrá decir de ellos que el premio recibido habrá merecido la pena.



         Estas elementales lecciones que todos podríamos extraer del azar y sus consecuencias, debería ser suficiente para que aprendiéramos el valor de la lógica y del esfuerzo de cada día. Pero la realidad nos dice que cualquier cosa relacionada con el azar, juegos de tragaperras, casinos, loterías y similares, siguen creciendo y son de hecho un negocio millonario para los promotores y que crezcan de modo imparable las adicciones relacionadas con el juego. Las ludopatías deberían ser lecciones suficientes como para que huyéramos de sus compañías como alma que lleva el diablo. Lo único que puede salvar a todo lo relacionado con el juego es la alta cantidad de impuestos que terminan yendo para el erario público y se pueden convertir en servicios públicos de los que todos nos podemos beneficiar pero no creo que sea esta la razón por la que la gente juega.  



        

domingo, 15 de diciembre de 2024

PUNTO POR PUNTO

 

         Ahora es el  momento de sentarse, no sé en qué lugar  de Valencia, pero ellos seguro que sí lo saben, y, sin ignorar ninguna de las secuencias por las que han pasado, ni dejar de reclamar todo lo que sea necesario, tragarse las lágrimas, como cada uno pueda, mirar al futuro, que llega cada mañana, a pesar de todo, y entender que  todo el dolor, toda la muerte y toda la desgracia vivida hasta el momento se tiene que transformar en gestiones, cálculos, valoraciones, dudas y asunción de riesgos, porque el futuro tampoco espera y el fatídico 29 de octubre, que mostró su cara de infierno y nos dijo que apenas somos una brizna de fragilidad, frente al inmenso poder del agua y del desastre, ahora que ha pasado, nos deja la cvidencia de nuestra fragilidad y de nuestra pequeñez, pero también la certeza de que tendremos que ser cada uno quien afronte el futuro, desde el punto de desesperación y de drama en el que se encuentre. Los que se quedaron en el camino, deben seguir en los corazones de quienes les quisieron y servir de lección para todos, que pudimos estar en su lugar y debemos honrar su memoria.



         Lo primero que debe quedar practicable son las infraestructuras públicas, porque deben servir para todos: carreteras, vías férreas, luz, agua y saneamientos públicos. En medio, podemos y debemos seguir reflexionando sobre las responsabilidades de cada uno, pero sin olvidar ni un momento qué es lo primero, qué es lo segundo y todo lo demás. Quitare los coches y los enseres de la vía pública era urgente y parece que ya está hecho pero ahora hay que recomponer las carencias porque, aunque en estas ocasiones sea imposible creerlo, la vida sigue y nos está esperando. La recomposición de cada capítulo que el agua se llevó en un momento, nos obliga ahora a responder con la mayor lucidez posible porque destruir es muy fácil pero volver a colocar cada falta en su lugar, seguro que va a resultar desesperantemente lento, pero ineludible. Habrá, seguro, cosas que se pueden resolver hoy y otras que esperar por el momento porque debe comprobarse si se encuentran preparadas para soportar lo que se espera de ellas o no.



         Desde estos 500 kilómetros que me separan del desastre, no pude ayer más que alegrarme de ver el supermercado BONAIRE con su color tradicional y dispuesto para recomponer el interior y abrir en cuanto sea posible y albergar los vehículos en su inmenso aparcamiento, como siempre. Lo que no pude ver, y me alegré, fue los miles de muertos que algunos voceros deslenguados sin ningún fundamento anunciaban, hasta que el trabajo silencioso de los militares y bomberos nos vinieron a demostrar la realidad de las cosas que, aunque muy dramáticas de todas formas, era lo que era y no lo que se decía que tenía que ser. Otro gozo inevitable fue el de una familia que nos mostró su vivienda completamente vacía, porque todos los muebles se los había llevado el agua y la solidaridad de no sé muy bien quién, envió un grupo de operarios con un lote completo de nuevos muebles, para que su vivienda quedase habitable, como siempre. Comprendo que son  granos de arena en una playa de necesidades, pero uno no se puede resistir al hecho de que, por ese camino se encuentra la salida de tanta angustia como se acumula en los momentos más altos del drama.

También escuché que las estructuras dañadas de muchas viviendas tendrán que esperar a secarse por completo, antes de pensar en devolverle su ser, ese que dio cabida a sus propietarios o inquilinos. Y eso en el caso de que los técnicos estimen que se puede devolver, porque en algunos casos, se tendrá que optar por encontrar nuevos espacios que ofrezcan las seguridades imprescindibles que soporten las envestidas de  nuevas danas que llegarán en el futuro y que deben encontrarnos con  mejores condiciones de habitabilidad. Tampoco estaría de más que los gobernantes que nos correspondan cuando llegue el momento no se cieguen contando viviendas construidas comparándolas con los países más desarrollados de Europa y se aseguren mejor de que se encuentran suficientemente seguras aunque sean algunas menos.    





   


domingo, 8 de diciembre de 2024

LO URGENTE Y LO IMPORTANTE


         En 1989 la vida me sacó durante 4 años de mi actividad docente y me colocó en  un despacho para ejercer labores de gerencia, actividad completamente nueva y desconocida en mi desempeño profesional, aunque también ligada a la educación. Lo primero que hice fue asistir a un curso de gerencia para familiarizarme con los fundamentos básicos del nuevo trabajo que tenía que desarrollar. Lo tomé con interés porque necesitaba nociones teóricas que, hasta aquel  momento, me parecían nuevas. Debo decir que lo aprendido me valió para afrontar mi nuevo cometido con alguna familiaridad y los problemas que se fueron presentando no me parecieron demasiado insólitos. Hoy, tantos años después de haber vuelto a la docencia, mi verdadero cometido profesional, guardo como oro en paño de aquel primer curso, una primera noción teórica que conocí allí y que asumí para siempre: Para gobernar, lo primero que hace falta es no confundir lo urgente con lo importante.



         Este principio me ha servido miles de veces como elemento de orientación, no sólo para labores de gobierno, que me parece imprescindible, sino como principio orientador de cualquier acción que emprender en la vida. Hoy me parece adecuada para afrontar el desastre de Valencia, una vez que el drama inicial va desapareciendo del mapa de la actualidad y la urgencia de los primeros momentos se oscurece, engullida por nuevas urgencias que reclaman su protagonismo cada día. Las autoridades valencianas, conocedoras como nadie de la envergadura de lo que se les vino encima el 29 de octubre, repiten continuamente que no los olvidemos, que la solución de su drama no es un asunto de un día para otro, sino que su vida les ha cambiado para siempre y esa desgracia va a necesitar tiempo y esfuerzo, imposible de precisar por el momento, pero que quitar el barro y los deshechos no es más que el capítulo primero de la ruina que les ha llegado. Su preocupación es que pasen los días y la gente se entretenga con las novedades y vayan olvidando las enormes necesidades que tienen que afrontar para recomponer su vida.



         Ha pasado algo más de un mes, se ha hecho recuento de los daños más urgentes, el primero el de vidas humanas, 226 habiendo contado los cadáveres uno a uno y ni siquiera en eso hay acuerdo porque los bulos siguen presentes y las mentiras se mantienen en amplias capas de la población porque los que extendieron miles de muertos en los primeros días, parece ser que 226 víctimas les deben parecer pocos. Si este primer capítulo del drama anda por estos derroteros, no quiero pensar lo que puede pasar con los que están por llegar, destrozos en carreteras y ferrocarriles, negocios, viviendas y mobiliario urbano, reposición de vehículos arrastrados por el agua que han quedado inservibles, fincas anegadas y cosechas perdidas…, capítulos importantísimos que afectan a la vida de miles de personas y que tendrán que ser evaluados y repuestos uno a uno en un tiempo indeterminado, pero no corto. Los verdaderos protagonistas de este drama saben o intuyen, mejor que nadie, que el futuro irá llegando pero que lo que se llevó el agua y los errores de los gobernantes, se perdió para siempre.



         Las quimeras dialécticas: que si tú, que si yo, que si hay que ganar el discurso, que si la verdad o la mentira de lo que pasó, está en un segundo plano, lo que se dijo los `primeros días, no tiene casi nada qué ver con lo que tenemos que oír de unos y de otros hoy, no digamos mañana y los siguientes. Si tenemos que evaluar los daños en millones, las verdaderas cantidades empiezan a aparecer de ahora en adelante, una vez que el baile de los casos se vaya situando en sus lugares correspondientes y los bolsillos vayan soltando billetes y se vayan quedando vacíos, mientras los arreglos no terminen de verse resueltos, no ya como estaban antes del 29 de octubre, sino como necesitan verse adecuados para que las vidas que se vieron destrozadas aquel día encuentren una fórmula de futuro viable, tanto si es el mismo que tenían, como si termina por no parecerse en nada con lo conocido hasta  el momento. 



domingo, 1 de diciembre de 2024

CONGRESO

 

         Este fin de semana se están produciendo los congresos de Esquerra, en el campo nacionalista y del Psoe dentro del ámbito estatal. Hablar de congresos es referirse a una de las piezas básicas de la democracia. Se trata de que cada cierto tiempo, los militantes de las distintas fuerzas políticas, a través de sus delegados, elegidos por el conjunto de los militantes, se reúnan, discutan los fundamentos ideológicos del partido que representan, y ratifiquen los principios que consideren esenciales o modifiquen aquellos  que estimen que han perdido vigencia o no se adaptan a los tiempos que corren y necesitan retoques de mayor o menor calado. En resumidas cuentas, se trata de que cada grupo de ciudadanos participe con sus reflexiones y acuerdos correspondientes, para actualizar los fundamentos ideológicos por los que el conjunto de los ciudadanos se ha de regir en los momentos concretos que vivimos, Algo así como una puesta a punto de los argumentos que van a regir la vida social en los próximos años a juicio de los miembros de cada una de las fuerzas políticas que conforman la vida parlamentaria, que se tiene que configurar en las elecciones correspondientes, cuando se produzcan.



         Los objetivos de cada congreso, siempre van encaminados a sintetizar y definir lo que opinan y fundamentan las diversidades ideológicas presentes en la sociedad y cada una busca ocupar el mayor espacio posible para que el parlamento que salga de las elecciones, cuando toquen, les permita obtener el mayor número de parlamentarios que tendrán que sostener al gobierno que deberá liderar los destinos del país correspondiente. En nuestro caso, España. Lograr aglutinar la diversidad ideológica de un amplio grupo humano que pueda representar a la totalidad de los ciudadanos que la forman o, al menos, a la mayoría más amplia posible, significa que en el futuro parlamento que se configure tras las elecciones, estén representadas la diversidad de líneas de pensamiento, a grandes rasgos, que los distintos congresos hayan definido a través de los distintos niveles de representación.



         El juego de las mayorías sociales que, en su momento deben optar a estar presentes en el parlamento y optar a una parte del poder, bien en la posición de gobierno si han logrado una mayoría absoluta de la mitad más uno de los representantes, o en las labor de oposición si no se ha llegado a tanto. En este caso, la misión es controlar la labor del gobierno, consolidar y extender su posición en el tejido social y optar de nuevo a conseguir la mayoría de gobierno en las siguientes elecciones que se celebren. De este modo, la función del congreso es el primer paso para concentrar la diversidad ideológica social hasta lograr que grandes grupos se concentren detrás de potentes fundamentos ideológicos. Bien es cierto que esas concentraciones importantes significan verdaderos alardes de síntesis que se han de materializar en los congresos, para evitar las dispersiones peligrosas, que pueden llegar hasta las individualidades ingobernables si no se logra la concentración de grandes ideas que puedan ser compartidas por amplios grupos humanos.



         Esta compleja estructura de organización necesita un importante esfuerzo de integración social para que los acuerdos que se obtengan de los congresos puedan ser representativos de las mayorías más amplias posibles. Ese difícil equilibro en que los fundamentos ideológicos básicos puedan ser reconocidos con suficiente claridad y logren que amplios sectores sociales se sientan incluidos dentro de las distintas fuerzas políticas presentes, garanticen que en la sociedad se encuentren diversas maneras de pensar y puedan elegir a qué grupo social se sienten más cercanos. Por la misma complejidad del procedimiento de convivencia que hemos esbozado se desprende que nadie puede pretender que sus ideas pueden estar incluidas por completo en ningún grupo definido, si bien debe disponer de motivaciones suficientes, dentro de la diversidad, para sentirse más cerca de cualquiera de ellas que le permita sentirse integrado en la estructura general.   



domingo, 24 de noviembre de 2024

RECONSTRUIR

 

         Una vez que vamos acotando las dimensiones del desastre en Valencia, lo que llueve ahora no es agua sino argumentos. Quien es el que apechuga con la responsabilidad principal, qué hizo cada quién el fatídico 29-0 y dónde estaba cada uno en las horas clave. Volvemos a la fuerza de los relatos de cada bando y queda de manifiesto el conflicto radical entre PSOE y PP, que parece que no tiene cura, al menos por el momento. Se ha tratado de ofrecer a la gente un responsable de cada bando: Mazón y Teresa Rivera. Uno en Valencia y otra en Bruselas. Más de una semana a pedrada limpia los discursos del uno contra la cabeza del otro. La gente parece que se inclina porque sea Mazón el principal culpable porque Teresa Rivera parece que ha quedado confirmada como vicepresidenta primera de la Comisión Europea, a la derecha de Úrsula von der Leyen, después de un poco edificante escándalo dialéctico entre los dos contendientes en Bruselas, como en un negro cuadro de Goya. Suma y sigue.



         El siguiente paso ha sido la negativa de Mazón a dimitir como le exige el pueblo en la calle y propone a un par de generales como vicepresidente y ayudante para la restauración, pasando por alto las responsabilidades políticas exigidas, que quedan pendientes. Da la sensación que la hoja de servicio del titular tiene un importante peso específico internacional si no fuera por algunas alusiones a que su gestión, según afirma, pretende separarla por completo del conflicto político latente entre las principales fuerzas políticas y uno se pregunta, sin entrar en la idoneidad o no de su capacidad, si los representantes del pueblo no tienen nada que decir en todo lo que queda por hacer, por ridículo que nos pueda resultar el permanente conflicto en el que andamos, ¿nos va a resultar más razonable su criterio individual, por muy respetable que sea?. No parece lógico que alguien se inmiscuya por encima de los legítimos representantes para que su criterio se imponga sin los imprescindibles consensos políticos.



         Reconozco que el panorama en vigor ofrece una imagen muy poco edificante, pero nuestra experiencia con los salva patrias tiene raíces suficientes como para que nos echemos a temblar, sólo de pensarlo. Quiero insistir en que se trata de una cuestión metodológica. Puedo respetar la idoneidad de las personas propuestas, que no conozco de nada. Tenemos que pensar que la restauración que se plantea es de tal importancia que no sea posible saltar por encima de las miserias políticas del momento porque los procedimientos en democracia son esenciales. Todos los respetos personales que se quieran, pero la convivencia tiene espinas que no se pueden obviar, como las rosas. Es muy desesperante ver a nuestros representantes tirándose los trastos a la cabeza como si fueran disputas infantiles, pero nuestro futuro está en sus manos porque así lo hemos votado y los acuerdos necesarios no pueden ser monedas de cambio por criterios personales, por muy autorizados que sean.



         Nadie dijo que la distancia más corta entre dos puntos fuera la línea recta, aunque lo parezca. Todos los esfuerzos para la reconstrucción, seguramente van a resultar insuficientes, dada la enorme dimensión de la empresa, y cualquier iniciativa puede ser válida, pero siempre que se incluya en el conjunto a través de conducto reglamentario, aceptando que no hay nada ni nadie por encima de la representación popular. Cualquier poder o iniciativa ha de aceptar esa norma de convivencia sin que las dificultades del día a día sean excusa suficiente para soslayar los procedimientos homologados. Imponer cualquier atajo puede ser pan para hoy y hambre para mañana. Es más, las miserias coyunturales de la actividad política, que tantas veces nos abochornan, pueden complicarnos la vida a corto plazo pero el futuro es muy largo y tenemos que mirar a lo largo para no tener que avergonzarnos mañana de algunos deslices posibles que podemos evitar hoy. La política no es despreciable, aunque a veces nos lo parezca, sino compleja, a veces hasta la desesperación…, como la vida.     



domingo, 17 de noviembre de 2024

EL RELATO


         Los EEUU tienen un presidente electo que acaba de ganar las elecciones el día 5 de este mes y que tomará posesión de su cargo el 20 de enero pacíficamente, sin que haya reconocido ni una sola vez que el inquilino saliente, Joe Biden haya gobernado limpiamente. Desde 2020 Biden ha gobernado porque le robó los resultados al señor Trump, según su criterio. Por esta razón, él no tuvo más remedio que entregar el poder dando un portazo y presenciando el traspaso desde su mansión de Florida, después de haber agitado a los suyos para que protagonizaran una espectacular asonada y tomaran el capitolio, como último intento por impedir que se certificara su derrota hace 4 años. Ahora ha vuelto por la puerta grande, ganando con claridad a Kámala Harris y con una mochila de 37 delitos a sus espaldas, además del intento de golpe de estado que significó un escándalo para el mundo entero. Ahora todo su historial delictivo desaparecerá, diluido como un azucarillo, en el momento en que tome su poder. Algo así como aquel dicho gallego de “se nos mean encima y tenemos que decir que llueve”. Sencillamente ha ganado el relato y todo el rigor de su adversaria no ha sido suficiente para hacer valer su sarta de delitos y se ha impuesto su conjunto de bulos, repetidos una y otra vez, hasta lograr que calen en la gente.



         Pues algo parecido estamos viviendo aquí en nuestro país con la dana de nuestros dolores, que, por fin, ha terminado desapareciendo en el océano, transformada en una borrasca propia de la época, como han tenido ocasión de comprobar los canarios, hace un par de días. El parlamento valenciano, y todos los españoles a través de la tele, hemos soportado, mientras tanto, dos horas y media de un enmarañado discurso del presidente Mazón, encaminado a dar cuenta de su gestión el 29 de Octubre, día del más grande desastre que hemos conocido, con más de 225 muertos de los alrededores de Valencia, 125000 coches destrozados por las aguas y miles de viviendas inundadas por la fuerza del Barranco del Poyo, que habrá que reponer con un ingente esfuerzo, en un tiempo imposible de prever en este momento.



         Su largo relato intentó pasar por encima de los hechos de aquel aciago 29 de octubre, con el argumento de que todo el mundo falló porque las circunstancias meteorológicas fueron completamente desconocidas hasta el momento y cinco veces más fuertes que cualquier otro fenómeno conocido, de los muchos que ha soportado la zona a lo largo de su historia. Y todo este conjunto de excusas le bastaron para cubrir su expediente, pero todos nos quedamos sin conocer el argumento clave de por qué mientras la gente se ahogaba y perdía sus bienes arrastrados e inundados por el agua, él se pasaba la tarde incomunicado en una opípara comida de cinco horas, sin que la enorme desgracia que su pueblo tenía encima dispusiera de las decisiones que hubieran sido imprescindibles en ese momento. Si no hubiera podido resolver por completo la dimensión de la tragedia, completamente insólita, al menos hubiera acompañado a los ciudadanos y seguramente salvando bastantes vidas, que se perdieron porque faltó una dirección, su dirección, que hubiera tenido que estar al frente.



         Pues después de conocer el larguísimo relato, parece que a la oposición no la convenció en lo más mínimo. Se le acusa de haber leído en el atril del Parlamento Valenciano, cuál será su actitud, una vez que le vayan llegando las querellas que, al parecer, se están preparando por su dejación de funciones. Da la sensación de que su partido se da  por satisfecho con la explicación manifestada por el presidente mientras se encuentra una cabeza de turco alternativa, sin capacidad ejecutiva alguna, que coincide que en ese momento se encuentra en Bruselas optando al puesto de vicepresidenta europea contra el criterio del PP y cabe la posibilidad de complicar el relato para sacarlo del señor Mazón y enfocarlo en la aspirante a comisaria, Teresa Rivera. Y en ello estamos. La realidad de las cosas no parece que cuente demasiado. Sí, en cambio, el relato que unos y otros sean capaces dc armar, tanto si tiene que ver con la realidad, o se derive de ella.    


     

domingo, 10 de noviembre de 2024

DOS REFLEXIONES

 

         De las miles de situaciones que nos rodean, que nos determinan, en cada momento, uno decide centrarse en las que considera más sustantivas para profundizar en ellas,  convencidos de que pueden ser las de mayor contenido comunicativo. Las noticias de por sí no son sino señales que la vida nos ofrece y, la persona que desea comunicar, se para frente a cualquiera de ellas e intenta desentrañar su contenido, con el fin de compartirlo con el público al que pretende dirigirlo, empezando por sí mismo, que tiene que trasformar en palabras, con un contenido concreto y con una dirección determinada, aquello que desea comunicar en cada caso. Todo este prolegómeno antes de mostrar las palabras con las que me  voy abriendo ante vosotros, para mal y para bien. El desastre de Valencia, los pueblos de su cinturón sur, alrededor del Barranco del Poyo, me parece que requiere algunas palabras más y me arriesgo a formularlas para mi propia tranquilidad y por si alguien que se pare a leerme, le apetezca compartir.



         225 vidas se han perdido hasta el momento y quedan 50 desaparecidos por dilucidar qué ha sido de ellos. Se han destrozado alrededor de 100000 coches, arrastrados por la corriente de agua caída del cielo, no tanto en la zona inundada, que recibió una cantidad de lluvia diversa, pero que no llevaba un peligro alarmante de por sí. El verdadero drama se fraguó en la parte alta de la provincia, unos 770 litro por metro cuadrado, que bajó con toda su fuerza hasta encontrar el mar, sobre todo por el Barranco del Poyo, arrastrando todo lo que encontraba a su paso e inundando todos los bajos de los pueblos linderos a su cauce. Se ha dicho que en el momento dc mayor crecida alcanzó hasta cinco veces el volumen del Ebro, cuando con frecuencia su cauce baja seco. Los técnicos avisaron del peligro, alerta roja, pero las autoridades autonómicas no actuaron en consecuencia y se vieron sorprendidas por la riada, que los cogió por sorpresa. El resultado ha sido un drama insólito de consecuencias desconocidas, en vidas humanas perdidas y en daños materiales.



         Ayer pudimos ver una enorme manifestación ciudadana de más de 100000 personas en la ciudad de Valencia protestando por el trato  recibido por los damnificados por la riada y pidiendo la dimisión del Presidente de la Comunidad Autónoma Valenciana y su gobierno, acusándolos de incompetentes para hacer frente a un desastre de las dimensiones vividas por los habitantes de los pueblos del cinturón sur de la ciudad, que siguen sintiéndose solos y abandonados por sus gobernantes, quienes después de 11 días del dramático 29 de Octubre, noche del desastre, nadie asume la responsabilidad ocasionada y sólo andan interesados en eludir las propias responsabilidades y buscando responsables en otros niveles gubernamentales que no les afecten, cayendo en sus manifestaciones en mentiras flagrantes que le gente no se cree. Ayer tuvimos ocasión de comprobar hasta qué punto la mayoría  dejó claro en la calle su desacuerdo con los argumentos de su gobierno y pidiendo su dimisión por su preocupación por eludir sus responsabilidades personales, en vez de por resolver los problemas de la gente, ocasionados por semejante desastre.



         No me parecería honesto cerrar este texto sin hacer una alusión, al menos, a los resultados electorales en EEUU, en los que el candidato republicano, Donald Trump, ha ganado  claramente las elecciones a la candidata demócrata Kámala Harris con una margen de votos incontestable, superior a los cinco millones. En España se había publicado una encuesta, sobre cómo serían los resultados en el caso de que tuviéramos que votar nosotros y Kámala ganaba con el 63 por ciento de los encuestados. Cuando hemos conocido los resultados de verdad nos hemos dado cuenta de que nuestro discurso dominante estaba viciado y no tenía mucho que ver con el pensamiento de los votantes de ese país. A muchos se nos ha quedado el cuerpo frío con los resultados, respetables como siempre, pero que tendremos que digerir como podamos.  



  

domingo, 3 de noviembre de 2024

LA DANA


         Hasta el momento, la cifra de muertos es de 211 y promete no ser definitiva porque hay desaparecidos que todavía no han sido localizados. En mi familia, cuando se escuchaba el primer trueno, mi madre, que en paz descanse, ocupaba el cuarto de baño por tiempo indeterminado. Nos solíamos reir de ella. Ahora no lo haría porque no le faltaban razones. Por entonces se llamaban tormentas y recuerdo más de una importante y a mi calle como un río. Ya con la tele en marcha se les llamaba fenómenos tormentosos y, si se centraban en un espacio determinado, gota fría, más peligrosa que las tormentas. Con el paso del tiempo hemos empezado a conocer el cambio climático y sus efectos, cada vez más repetido por la comunidad científica por distintos factores asociados a la actividad de las personas, pero que el común de los mortales, pasa de hacerle mucho caso, probablemente porque se barrunta que va a traer aparejado alguna que nueva limitación en nuestra forma de vida porque. Da la impresión de que nos hemos pasado en él respeto a la tierra y sus atribuciones y hemos tirado por la calle de en medio, para beneficio nuestro.



         Todo fue la tarde y noche del martes pasado que una dana, ahora se llama así, que se venía anunciando días antes que se fijaría en el arco Mediterráneo, se fijó, por fin, en la zona interior de Valencia y empezó a soltar agua en los montes, a una altura de 400 metros más o  menos. Se dieron los avisos rojos correspondientes, que deberían haber significado, pies para qué os quiero, porque el peligro era inminente. Me faltan datos para saber si la contundencia del aviso a la población fue suficiente o no terminamos de darlo y recibirlo con la gravedad precisa. Lo cierto es que en la mañana del miércoles, un conjunto de pueblos de la zona sur de la ciudad de Valencia, ya se encontraban con la ruina encima, hasta arriba de agua, como nunca se habían visto, y abarrotados de coches, que habían sido arrastrados por el agua que bajaba por los barrancos desbordados, como juguetes y con todas las posibilidades de comunicación cerradas porque los vehículos lo ocupaban todo.



         Desde entonces, en quien más he pensado ha sido en mi amiga Inma, de Catarroja, uno de los pueblos de la zona afectada, a la que conozco desde hace más de 40 años y con la que me comunico por este blog. Me dice que no tiene desgracias personales en su familia pero que ha llorado mucho ante la grandeza del drama. Un grupo de jóvenes conocidos, me cuenta, la han ayudado con su vivienda, que se ha inundado como casi todas las de la zona. No sé mucho más porque tengo dificultades para comunicarme con ella. No sé qué decirle y me siento ridículo porque lo único que se me  ocurre es mandarle un abrazo y sé que son palabras huecas a 500 kilómetros de distancia. Encima, en su comentario de ayer me dice que no me preocupe. Hay cosas en la vida que…, no sé. Me siento mal si le escribo y si no, peor. Yo abarco a Inma porque es mi amiga, pero sé que la zona afectada alberga unas 200000 inmas a las que no conozco de nada pero que me tienen el corazón encogido porque no sé qué hacer para que ese mar de barro, de ramas, de coches y de desesperación, tarde algo menos de sabe dios cuánto en resolverse, a pesar de que los poderes públicos ya han entrado de lleno y de ahora en adelante empieza la reconstrucción.



         Antes de terminar quiero hacer referencia al entorno de 1996 en el que un Presidente de Gobierno, de cuyo nombre no quiero acordarme, dejó una ley en el BOE que decía que se podía construir en  todos aquellos espacios en los que no estuviera expresamente prohibido. Según los datos que se han publicado, tenemos en España hasta 3 millones de personas que viven en espacios de riesgo que, un día como el de esta dana, unido al desastre que origina el agua, ya de por sí, tenemos que sumar la inadecuada construcción de una serie de viviendas en espacios inadecuados que dificultarán las salidas naturales del agua en situaciones extremas, aumentando los desastres, dramáticos en cualquier caso. 



domingo, 27 de octubre de 2024

APRENDER TROPEZANDO


         En situaciones como la de  esta semana yo quisiera desaparecer del mapa, de lo pequeño que me siento. Íñigo Errejón había alcanzado un lugar en la escala social, suficiente como para convertirse en referente de la cultura de esta época. De pronto se nos ha manifestado como un hombre más, que no ha dado la talla en su relación con una mujer, Elisa, que lo ha denunciado por haber abusado de ella. Ahora tendrá que responder, si procede, a lo que el juez dictamine. Pero al margen de lo que diga la justicia, que, lo hará cuando llegue el momento, personalmente me duele más que Elisa manifieste en la denuncia su frustración por la lección que ha recibido de Íñigo, ante un encuentro que ella había aceptado con ilusión y hasta con expectativas. No me quiero detener en las  importantes consecuencias sociales que se derivan de la enorme lección de injusticia sufrida por Elisa. No quiero pensar en la lección para su futuro sobre los hombres y sobre la vida, que carga sobre sus espaldas. Inevitablemente pienso en el    caso Nevenka, que fue el primero que vivimos y del que parece que no hemos aprendido mucho a pesar de los más de 20 años pasados. Las lecciones sociales las viviremos todos, cada uno a su manera.



         Estamos embarcados en una enorme revolución cultural para lograr que tanto hombres como mujeres alcancemos la categoría de personas, que nos incluya a todos y, pese a los pasos significativos que se van dando, situaciones como la que comentamos nos dicen, sobre todo a los hombres, que nos queda mucho por aprender y que haremos bien en detenernos y mirar de frente lo que ha pasado y sus consecuencias. Sé que no van a faltar voces, de hecho ya se han hecho presentes, que se solidaricen con Íñigo y censuren a Elisa por haber denunciado. Me parece terrible, después del acoso sufrido, pero en este punto estamos y no donde nos creemos, cuando nos venimos arriba. Otros voceros ya suenan contra la izquierda, de la que participa Íñigo y yo mismo, como si estas injusticias fueran específicas de una opción política de la que ahora es posible sacar partido, aprovechando el momento de debilidad.



         Allá cada uno con su forma de proceder. Sólo recordar que la película que se acaba de estrenar sobre Nevenka no se ha podido rodar en Ponferrada, donde sucedieron los hechos que en ella se cuentan, porque su ayuntamiento, del PP, ha negado el permiso y se ha tenido que rodar en Zamora. Más nos vale a todos tomar buena nota del enorme reto de igualdad en el que estamos involucrados y dedicarnos a aprender, que buena falta nos hace. Se me ha ocurrido sacar de la prensa de estos días dos casos del mismo estilo para que nos demos cuenta de que en todas partes cuecen habas y, ante una injusticia como la que nos ocupa, aunque la justicia hable, si es que tiene que hablar, y cumpla con su papel, el resto de los mortales reflexionemos y saquemos cada uno las lecciones que podamos, porque el camino que hemos emprendido es largo y la empresa de aspirar a la igualdad para que todos nos convirtamos en personas, por una parte merece la pena y por otra, nos involucra a todos. Desgraciadamente, caeremos en situaciones parecidas a la que comentamos todas las veces que nuestras miserias permitan y tendremos que corregir el rumbo y pagar en cada caso los peajes que correspondan. La empresa nadie dijo que fuera fácil, sobre todo partiendo de donde partimos.



         Podríamos ofrecer muchas más propuestas parecidas, pero he querido ofrecer las que ahora están circulando y podemos tener más cerca, para que aprendamos, que buena falta nos hace. Me cuesta tener que terminar porque se me agolpan otras crueldades que estaría bien ofrecer, pero tendrá que ser en  otro momento. También me sucede que ante la magnitud del problema me siento incapaz de ofrecer una actitud que pretende ser equilibrada pero a la vez centrarme en las víctimas, que son las que con más dureza pagan el pato de las miserias colectivas. Ojalá sirvan mis palabras para que reflexionemos y aprendamos. 




domingo, 20 de octubre de 2024

INMIGRACIÓN


         Hay muchas miserias a nuestro alrededor por las que deberíamos sentirnos avergonzados y que merecerían una profunda reflexión, con la finalidad de cambiar nuestra manera de encararlas. Me ha parecido hoy centrarme en la inmigración  porque nos afecta a todos en algún momento. Acabamos de conocer que la señora Meloni, presidenta del gobierno italiano acaba de recibir un varapalo de la justicia de su país porque cuando parecía que  había descubierto la pólvora y más de media Europa se las prometía felices por haber resuelto el problema de la inmigración, ese cortijo en medio de la nada que había comprado en Albania en el que pretendía recluir cientos de ilegales, se le ha venido abajo en cuanto han llegado los 16 primeros. Después de haberse gastado un dineral, la justicia le obliga a devolver a Italia a los 16 encerrados y no sabemos más porque acaba de suceder y sólo conocemos que la jaula de oro albanesa se acaba de quedar compuesta y sin novios, por el momento. Y 17 países europeos que pretendían seguirle los pasos, con la boca abierta, queda a la espera de una nueva genialidad que aleje a los pobres de África, que estorban en todos sitios.



         En España tenemos un problema particular con los africanitos menores, que también llegan, y encima solos,  y la ley no nos permite prescindir de ellos, sino que nos obliga a acogerlos y a cuidarlos. Como andamos tirándonos a la cabeza cualquier argumento posible entre izquierdas y derechas, lo que hacemos es abandonar a Canarias, que es quien los recibe, y que se las apañe como pueda. Si esto del abandono hasta nueva orden es dramático, las ideas de utilizar el aeropuerto  Don Quijote de Ciudad Real, para hacer algo parecido a lo de la señora Meloni en Albania, pero en España. A su presidente, Emiliano García Page, que siempre está a la que salta contra el gobierno de Sánchez, le ha faltado tiempo, esta vez con razón, para decir que nadie le ha consultado y que el proyecto es ilegal y no se puede hacer. La ministra se escabulle con la excusa de que era sólo una idea  entre muchas otras y que seguirán buscando propuestas.



         Tanto con los menores como con los mayores, más conocidos como ilegales, vamos manteniendo marginados a los que llegan en cayucos, que, aunque sean muy vistosos, son una acusada minoría que estorban a donde llegan. Con la invasión de Ucrania recibimos muchos más ucranianos y todo el mundo lo vio bien. Yo también. En el caso de España en concreto, se nos cuelan por el aire miles y miles de latinos y ya han creado ellos solitos todo un sector laboral de cuidados de mayores, de limpieza y de camareros y nadie protesta. Yo tampoco. Por lo que sí protesto es por la hipocresía  general que pretende discriminar entre unos y otros, cuando lo que los diferencia no es más que el color de su piel o su religión, pero en vez hablar con claridad, nos enrocamos en argumentos ficticios y tratamos de hacer lo blanco negro para despreciar a los que nos llegan de África y miramos para otro lado con los de Ucrania o Latino América.



         Imposible dejar de recordar a más de 500000 españoles que llegaron al sur de Francia al final de nuestra guerra civil y fueron recibidos en campos de concentración y con una hostilidad manifiesta. No así otros muchos miles de españoles que llegaron a América a buscarse la vida, huyendo de su situación miserable. Muchos de ellos se convirtieron en  indianos,  los menos,  cuando volvieron a sus lugares de origen con el bolsillo caliente. De Irlanda, por ejemplo, podríamos decir algo parecido. Hoy, la presencia de San Patricio, su patrón, es pública y notoria en Nueva York, por ejemplo. Así podríamos seguir hasta cansarnos para concluir que la inmigración y la emigración son fenómenos universales que fluctúan de un lugar a otro dependiendo  de las condiciones concretas que se producen en determinados lugares.  Todos las hemos vivido más o menos y necesitamos un poco de memoria para saber que hoy formamos pare del primer mundo pero que no siempre las cosas han sido así y que también fuimos algún día buscando quien nos acogiera. La historia está sujeta a muchos vaivenes y todos participamos de ellos en un momento o en otro.   



domingo, 13 de octubre de 2024

LECTOR


         Hubo un tiempo en que se me identificaba por las calles de Granada por ser un hombre a un libro pegado porque casi siempre iba paseando y leyendo. Tengo conciencia de haber dejado de estudiar definitivamente en primero de Magisterio, que fue el curso más fácil de la carrera. Llegué a perder la imprescindible beca porque terminé con tres suspensos en junio. Ese verano me fui de emigrante a Barcelona, con intención de quedarme allí, pero la vida me tenía reservado otro camino. En septiembre volví para intentar recuperar los suspensos pendientes y aprobé una de las tres sin haber estudiado ni gota durante el verano. Con dos se podía pasar de curso y pude hacerlo porque me ofrecieron un trabajillo en el internado que me permitía costearme los estudios en adelante. No volví a Barcelona hasta muchos años después y por razones muy distintas. Sigue siendo Barcelona uno de los lugares en los podría vivir con gusto, pero me instalé definitivamente en Granada y aquí quisiera terminar mi vida leyendo.



         He ejercido mi profesión de maestro durante más de 40 años con mucho gusto,  porque de alguna manera tenía que buscarme la vida. Lo que siempre he querido hacer, ha sido leer y es lo que he hecho con  más gusto. Agradezco a la  vida haber vivido de la educación, sobre todo la segunda parte de mi vida laboral, dedicado a la educación de los menores de 6 años, pero con todos los respetos, siempre he buscado los huecos que mi trabajo me ha permitido, para ejercer mi verdadera profesión, que ha sido, es y ya será hasta el final de mis días, la de lector. En mi infancia no hubo miseria, pero sí una extrema pobreza. No conocí más libro que uno que debía llamarse ERMO, o algo así y que me lo aprendí de memoria. Antes de saber leer de verdad recuerdo pasar sus páginas leyendo sin conciencia de las letras sino con las imágenes de cada página, que me permitían hilar su contenido y verbalizarlo. A partir de entonces… silencio hasta los 15 años, por lo menos, que me topé con Maxence van der Meersch y con él empezó mi aventura.



         A partir de mi jubilación, 2010, se me abrió el mundo en  toda su dimensión y, desde entonces, no he hecho otra cosa que leer y así seguirá siendo hasta que la vida me lo permita. Todos los libros que leo me parecen pocos y creo que no busco aprender ni nada. Lo que me parece que busco es ir inflando, a través de la lectura, el globo de mi conocimiento, no tanto para saber, sino para sentir cada proceso que la vida me descubre mientras leo y que hace que ese globo se vaya haciendo más grande  y disponer una reserva de palabras, de sentimientos y de sensaciones que me permitan profundizar mejor en los intríngulis que ignoramos y que significan un reto permanente para nuestra ignorancia. No se trata de satisfacer la curiosidad para conocer más, porque la lectura no me aporta nada relacionado con el espacio, sino con la profundidad de lo que voy enfrentando. No se trata de aprender más, sino mejor.



         Nunca me he atrevido a penetrar hasta el lugar desde el que siento la verdadera dimensión de mi interés personal, que hoy por primera vez me atrevo a penetrar. Estoy seguro que no será la última que me plante aquí, aunque no sé muy bien para qué. Si me da la vida tiempo, sé que una serie indefinida de libros, sobre todo de ficción se irán  incorporando a ese globo interior del que he hablado, a través del cual iré accediendo, con toda la dicha de que soy capaz, a niveles más completos de las entrañas de las relaciones humanas, a oquedades más profundas de los sentimientos y a procesos más complejos para desentrañar los interrogantes que la vida nos plantea. No hay dardo más fuerte y más preciso para penetrar los sufrimientos, las dudas y los gozos en los que nos desenvolvemos que las palabras y la lectura no es sino una océano de palabras entre las que podemos nadar si queremos. Tengo conciencia de que este no es más que un primer paso de otros que espero y deseo que puedan venir detrás, a través de los cuales, la comunicabilidad que pretendí desde el primer día por este medio, se vaya haciendo presente en forma de palabras. Por fin.