Las
noticias doblan su valor si son directas, recientes y de primera mano. Acabo de
acondicionar las fotos que me han parecido más apropiadas y me siento delante
de la pantalla del ordenador para daros cuenta del acto que ha inaugurado a las
10 de la mañana el Alcalde de Granada. Se trata de la 6ª Marcha Asprogrades por la Diversidad. Acabo de dejar a los
participantes con su paseo otoñal gozoso y me he venido a cumplir mi compromiso
semanal conmigo mismo y espero que también con muchos de vosotros, para que os
llegue calentito. Supongo que dentro de unas horas, otros informativos más
objetivos darán cuenta del acto, como debe ser. Digamos que esto es una
confidencia entre amigos, casi familiares, que no busca tanto hacer crónica sino
valorar la importancia de que unos cientos de personas con necesidades
específicas y sus familias inunden una serie de calles de la ciudad, se hagan
presentes para el resto de los ciudadanos y manifiesten con su presencia que el
espacio público mejora si estamos todos y que la diversidad no es una limitación
sino una riqueza.
El
contenido es ni más ni menos que promover la diversidad como riqueza y la forma
es la de un paseo por una serie de calles acotadas entre el Quiosco de la
Música en el Paseo del Salón y la sede de Asprogrades junto al Palacio de los Deportes.
En medio, una serie de tenderetes por los que hay que pasar y que te sellen la
hoja de control, aprovisionarte en ellos con lo que te ofrezca cada uno, (la
imagen ofrece el de la Fuente de las Batallas en el que se puede retirar un
rico bocata de Pan de Alfacar con aceite de oliva virgen extra de los Montes
Orientales). En otros puntos de control ofrecerán otras propuestas, todas
livianas y que contribuirán a que la mañana de este domingo se convierta en una
secuencia de vida en la que Granada aparezca más diversa. El Alcalde ha tenido
la amabilidad de estar en el punto de salida a las 10 de la mañana y a cada
pequeño grupo de caminantes les ha ido deseando un feliz paseo, cosa que la
organización le ha agradecido.
Valorar
un acto tan sencillo no es más que mostrar dónde quiere poner este que os
escribe el acento sobre lo que merece destacar y lo que no. No vais a encontrar
en el recorrido ni competición ni record ni figuras espectaculares que nos
impresionen por alguna razón al resto de los ciudadanos. Vais a encontrar, eso
sí, pequeños grupos de personas,
grandes, pequeñas, bastante distintas entre sí en aspecto y en capacidades, que
toman la ciudad, que la hacen suya y que nos dicen con su presencia que el
espacio público es de todos y que cuanto más distintos seamos los que lo
vivamos, más calor tendrá el conjunto. Como sabéis, a Granada no le faltan
monumentos que mostrar a quien la visita, que cada día son más,
afortunadamente. Pero esta mañana ha lucido con luz propia uno que luce como el
que más y ha sido el de su gente, joven y vieja, en zapatillas o en carrito
pero todos formando parte de un mismo cuerpo social que nos enriquece. No sólo
es digna de ver la Alhambra y tantos otros monumentos como encierra Granada.
Sus ciudadanos son también un monumento vivo que pasea por sus calles esta
mañana.
La
lección que quiero dejar a quien se acerque y lea este texto es que juntos y
todos valemos más que cada uno separado de los demás y mirándonos de reojo con
desconfianza. También que esta lección tan sencilla pero tan profunda al mismo
tiempo está al alcance de cualquier colectivo que se lo proponga y pague con el
esfuerzo de organización el precio de su presencia. Es importante que nos
metamos en la cabeza que todos juntos valemos más y somos mejores que uno más
uno, más uno.. que, a fin de cuentas no es más que un conjunto de soledades
repetidas hasta el infinito. Había sonrisas esta mañana dignas de inmortalizar,
no por la relevancia social de quienes la mostraban, sino por la hondura de su
gesto y su valor dentro del conjunto dispuesto a comerse la ciudad.
Argumentaría hasta morirme el valor de la diversidad pero os animo a organizar
algo parecido y a que lo sintáis vosotros mismos en primera persona.