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domingo, 24 de septiembre de 2023

CONFUSIÓN


         En las elecciones generales del 23 de Julio el Partido Popular  fue el más votado, pero su resultado se le hizo amargo porque, pese a ser la primera fuerza, no pudo cumplir ninguno de los dos objetivos que pretendía: derrotar al sanchismo, que había sido su gran caballo de batalla durante toda la legislatura anterior y, sobre todo,  durante la campaña electoral y conseguir un número de escaños suficientes para gobernar 176, bien solo o con Vox, cosa que la mayoría de las encuestas le auguraban. Una amarga victoria porque el Psoe quedó como segunda fuerza, pero con cerca de un millón de votos más que en la legislatura anterior y con perspectivas de conseguir una mayoría de gobierno con los partidos que le habían apoyado en la legislatura anterior. El primer argumento que empezó a esgrimir el PP, visto lo visto, fue que debía gobernar la fuerza más votada, cosa que no está prevista en la Constitución. Llegó con este argumento a pedir al Partido Socialista que se abstuviera para facilitarle el gobierno, hasta el punto que se puso de moda un chascarrillo surgido del señor Rufián que decía: toda la campaña luchando contra el sanchismo y ahora pidiéndole ayuda a Sánchez.



         Cuando el argumento de la fuerza más votada decayó, llegó el momento de las consultas del jefe del estado para ver quién debía ser el encargado de  formar gobierno y el señor Feijó, líder de la derecha se empeñó en que él debía ser el que lo intentara por ser la fuerza más votada, a pesar de que los números no le daban para conseguir una  mayoría suficiente. El rey lo nominó como primer candidato. Solicitó a la Presidenta del Parlamento 45 días para intentarlo y la Presidenta le sugirió que se apañara con 30. Desde entonces ha intentado conseguir apoyos suficientes con las distintas fuerzas parlamentarias. El plazo termina el día 27, en el que tendrá que presentar su candidatura ante el parlamento, pero el número de apoyos con que cuenta son los mismos que el primer día, 162 votos.



         El país no ha conocido durante estos 30 días ni un solo dato sobre el programa de gobierno del candidato. Lo que sí sabemos es que esta mañana, convocados por el Partido Popular se manifiesta en Madrid todo el que quiera, en un acto de afirmación nacional, ante el peligro de que, en el caso de que el señor Feijó no consiga la mayoría para formar gobierno, tenga que ser el señor Sánchez el encargado por el rey para  intentarlo y eso supondría que, para conseguirla, necesitaría los votos de los nacionalistas y España podría romperse porque su gobierno estaría sustentado en los enemigos de la patria que, lo que buscan, es precisamente romperla. El posible candidato señor Sánchez no tiene encargo alguno para formar ningún gobierno porque el primer candidato, señor Feijó, hasta el martes 27 no presenta su candidatura ante el parlamento, pero como los 162 votos de su apoyo inicial no se han movido desde el principio, ahora lo que se busca es  conseguir, bien que algunos diputados del Partido Socialista traicionen su disciplina de voto y apoyen al señor Feijó para que logre, al menos, los cuatro votos que necesita  para ser investido o que algunos voten contra el señor Sánchez, cuando le toque presentar su candidatura, y así conseguimos que los enemigos de España no logren romperla.



         No creáis que yo entiendo demasiado todo este galimatías que he intentado aclarar para vosotros. Mi visión personal es mucho más sencilla. Resulta que el Partido Popular se las prometía muy felices porque casi todas las encuestas le prometían que no iba a tener ningún problema para formar gobierno con el apoyo de Vox y los resultados le han dicho que no. Desde entonces anda desesperado para conseguir los cuatro malditos votos que le faltan y no hay quien se los ofrezca. El martes está ahí, detrás de la puerta, y tiene que presentarse ante el parlamento sin la mayoría suficiente y arriesgarse a perder un gobierno que, según sus cálculos iniciales, tenía al alcance de su mano hasta que se produjo el dichoso recuento, la tarde y noche del 23 de Julio. Sencillamente, eso pasa por vender la piel del oso antes de cazarlo.  


            

domingo, 17 de septiembre de 2023

POBREZA


         Leí un artículo el jueves pasado en EL DIARIO que me encajaba con lo que habíamos tratado en el texto del domingo pasado. Sobre una foto de Agadir, ciudad marroquí que soportó un terremoto parecido al producido hace unos días la zona de Marrakech y el Alto Atlas con consecuencias catastróficas de similar gravedad a las de esta vez, que ya superan los 3000 muertos y subiendo. Muchos bomberos españoles, que fueron de los primeros que se plantaron en la zona siniestrada para intentar encontrar vida bajo los escombros, están volviendo desesperados con los perros adiestrados, porque la realidad se ha impuesto con toda su crudeza y, que se sepa, sólo una niña ha sido rescatada con vida, después del importante despliegue de medios y personas empleadas en el rescate. Todo el esfuerzo se ha invertido en rescatar cadáveres de los escombros, que no era el objetivo inicial. Con las edificaciones que se han encontrado, las mismas que había en Agadir antes de su desastre, resulta casi imposible que queden huecos de vida cuando se producen los derrumbes. Al mismo tiempo se esperan en breve importantes lluvias, que convertirán la zona en un barrizal impracticable, donde solo es posible acceder a lomos de animales.



         La experiencia de Agadir, no muy lejos de la zona siniestrada, habla por sí misma. En su momento se reconstruyó con edificios sólidos de hierro y cemento, como debía corresponder a una zona sísmica y hoy se la conoce como la Marbella de Marruecos. Parece que los pobres están diseñados para soportar todas las desgracias posibles y el mundo tiene que tragarse imágenes como la de un señor tirando de su carrito y su burro con algunos cachivaches que ha podido salvar de su vivienda, camino de nadie sabe dónde, a ver si existe un espacio en el mundo donde poder empezar de nuevo. Japón ha soportado grandes terremotos de alto poder destructivo y seguramente seguirá soportándolos en el futuro porque su sismicidad es muy alta, pero pasa por ser un modelo de solidez en sus construcciones, por lo que soporta mejor semejantes desgracias, aunque es verdad que la seguridad plena tampoco la ostenta.



         Y estamos con la atención centrada en el terremoto y nos llega la bofetada de que en la cercana Libia del Este, porque desde la desaparición de Gadafi, el país está dividido en dos y gobernado por señores de la guerra. Un estado fallido, vamos. Si los muertos marroquíes superan los 3000 en este momento, en Libia son más de 11000 los cadáveres contabilizados por ahora y ya veremos los que sumarán cuando se les unan los desaparecidos. Volvemos al drama de la pobreza como efecto multiplicador de las desgracias. Las lluvias caídas han sido dramáticas pero el desastre no han sido solo las lluvias. El efecto multiplicador del drama se ha producido porque han cedido dos presas, que se sabía que estaban en mal estado y que nadie hizo nada por resolver, y la fuerza del agua ha arrasado la ciudad de DERNA, de unos 100000 habitantes, sembrando de cadáveres toda la zona y el Mediterráneo, que ahora se va encargando de depositar en sus playas poco a poco. Con lo cual, no salimos de Guatemala, cuando entramos en Guatepeor.



         Lo de Marruecos podemos decir que la fragilidad de las edificaciones han multiplicado una desgracia natural que nadie puede controlar, pero el rey, que estaba de vacaciones en su residencia parisina de más de 40 millones de dólares, tardó 19 horas en volver a su país y ponerse a frente del drama que tenía en casa, cuando el mundo entero ya se había movilizado en ayuda de los damnificados. A los 4 días del seísmo lo hemos visto visitando un hospital y besando a varios heridos. En Libia sabemos que los dos mandatarios que tienen repartido el territorio se han unido y parado su guerra interminable para enterrar los miles de cadáveres que se pudren por las calles y van aponerse de acuerdo, eso han dicho, para estudiar quién es el responsable de que las presas hayan cedido, provocando la retahíla de muertos que parece que no importan a nadie. Sé que decir que la pobreza no resuelve los problemas por sí sola es una obviedad, pero estoy seguro de que agrava hasta el infinito las desgracias que muchas veces no se pueden evitar. Y la pobreza no viene del cielo, sino de las decisiones de los responsables.   



domingo, 10 de septiembre de 2023

TERREMOTO

 


Un fuerte terremoto de intensidad cercana a los 7 grados en la escala de Richter ha sacudido el sur de Marruecos, en la zona de Marrakech y alrededores. Por ahora, hace dos días que se produjo, ya se contabilizan más de 2000 muertos y un número similar de heridos. Vemos las imágenes de grandes cantidades de polvo de los desprendimientos de edificios que indican la importante fragilidad de las edificaciones para soportar una sacudida de este calibre. Granada, donde  resido, es zona sísmica y ha soportado sacudidas semejantes en tiempos pasados que yo no he conocido. En esta zona son relativamente frecuentes y sabemos muy bien el efecto que producen en las personas. Se llama pánico y es imposible de controlar porque nadie lo espera ni conoce su intensidad cuando se produce ni sabe el tiempo que va a durar la sacudida ni las réplicas siguientes. La última secuencia que sufrimos aquí fue hace un año o dos. Una secuencia de varios, que llaman enjambre y se repitió en varios días. Ninguno alcanzó los cinco grados de intensidad, que ya es mucho, pero no tiene nada que ver con uno de 7.                                                                  


 La primera reacción suele ser salir a la calle, sea la hora que sea, para encontrar un espacio diáfano en el que uno tenga la sensación de que nada te puede caer encima, que es el peligro inminente. Te sientes tan impotente ante semejante fuerza de la naturaleza que no sabes dónde guarecerte y lo que buscas es huir de semejante peligro que te sobrepasa por completo y consideras que sólo el espacio libre te puede defender. Con tanto como investigamos sabemos muy poco sobre terremotos pese a que amplias zonas del planeta: el cinturón de fuego del Pacífico que va desde la Patagonia hasta Alaska, es la de más alta sismicidad y con demasiada frecuencia nos deja muestras de su poder de destrucción como la zona de Japón y otras. Pero, como en este caso, nos podemos dar cuenta de que no hay espacio que se pueda encontrar a salvo de semejantes secuencias.                                                  


  No es solo que nadie se puede encontrar fuera de este peligro sino que sabemos que estos acontecimientos también discriminan entre ricos y pobres. Podemos recordar países como Haití o Nicaragua, que han sufrido grandes terremotos y las consecuencias en vidas humanas y en destrozos materiales ha sido muy altas porque sus construcciones no disponían de suficientes medidas de seguridad para defenderse, en la medida de lo posible, de semejantes desgracias. Este último de Marruecos, desde el momento que la prensa nos ha mostrado las grandes polvaredas de la cantidad de edificios que no han soportado las sacudidas, podemos suponer que la mortandad será alta porque los materiales no parece que dispongan de muchas medidas de defensa para afrontar una embestida semejante. Es cierto que países como Japón que tiene fama de alta calidad en sus edificaciones, ha dado muestras de soportar muchos terremotos, pero otros han producido muchos destrozos.                                                                                       


 Y es que no es solo la intensidad lo que cuenta, sino la duración, la réplicas y toda otra serie de características que contribuyen a agravar la siniestralidad de un acontecimiento ya de por sí altamente siniestro y ante el cual, nuestras posibilidades de defensa son bastante limitadas. Lo cual no quita que en el momento que veamos grandes polvaredas por el derrumbe de los edificios, podamos pensar con ciertas garantías que las posibilidades de defensa de los habitantes son muy limitadas porque las calidades de las edificaciones en las que estaban viviendo son incapaces de soportar sacudidas de un calibre semejante. Estaría bien que sabiendo hasta qué punto somos indefensos antes estos peligros naturales con tan alta capacidad destructiva, pudiéramos disponer de más fondos para investigar mayores y mejores formas de defendernos antes peligros tan desgraciados. Sé de sobra que nunca podremos alcanzar todas defensas necesarias, pero estoy seguro que determinados palacios de la zona de Marrakech han quedado en pie y esas diferencias hablan por sí solas.   



domingo, 3 de septiembre de 2023

VERANEO

 


         Este año hemos roto las compuertas y parece que medio mundo, o más, se ha colado por nuestras fronteras. Falta cada vez menos para que tengamos que encontrar sitio para alojarnos, no vaya a ser que decaiga el negocio del turismo, que es lo prioritario. Este año parece que batimos record absoluto. Las cifras, por primera vez, empiezan a asustar. Lugares como la Alhambra, por ejemplo, ya tiene su tope en 8000 visitantes, diarios, como máximo, pero La Alhambra es un lugar vacío. Qué se hace con el Albaicín, donde en cuanto le metes tres grupos de giris, ya están sobrando la mitad de los albaicineros. Lo hemos visto en muchas otras localidades, Barcelona puede ser un buen ejemplo, en donde se está produciendo el fenómeno de la despoblación de los autóctonos porque los dueños de viviendas de alquiler prefieren ofrecerlas a los turistas, a precios astronómicos, antas que  a ciudadanos estables a precios moderados. De modo que la despoblación de los centros urbanos avanza que da gusto. Parece que nadie piensa que se trata de pan para hoy y hambre para mañana y que, al final, podemos estar muriendo de éxito.



         Lo de las playas resultaría cómico si no fuera dramático. Ya se puede acercar cualquiera a la playa que guste, hoy, que va a encontrar el espacio que quiera para bañarse o tomar el sol, siempre que una dana como la presente se lo permita, cuando hace cuatro días, la guerra de las sombrillas, sin ir más lejos, hacía irrespirable el simple hecho de encontrar un pequeño espacio donde instalarse cerca de la playa, desde antes de que amaneciera. Parece que las ciudades se habían trasladado a las costas desde el 1 de julio al 31 de agosto y no cabía un alfiler. Nos hemos convertido en un país de camareros, de sólo dos meses. Cuando vives el éxodo en primera persona, te sientes apenas un número entre millones, que te llevan y te traen donde quieren sin que tus preferencias personales le importen a nadie un pito. Si toca a la playa, pues a la playa y si hay que volver a las ciudades, pues a lo que se diga. Para cualquier cosa, cada vez las colas más largas porque todos debemos hacer lo mismo cuando lo diga no sé quién, que es quien manda.



         Y no es porque falte cabeza porque hace ya varios años que se va insistiendo en la necesidad de ir dejando las concentraciones de espacios y tiempos y promover la diversidad para aprovechar mejor un recurso, el turismo que,  según los últimos datos conocidos, alcanza más del 12% de la riqueza nacional, pero que si logramos distribuirlo mejor en el espacio y en el tiempo, puede aumentar su potencial y significar para España más y mejor riqueza, por ejemplo en el empleo, que está demasiado concentrado y no suficientemente repartido como podría. Se sigue insistiendo en esta idea de la mejor distribución de esta riqueza pero parece que el monstruo de la concentración pesa demasiado y le cuesta moverse con la agilidad que la buena distribución requiere. No nos hemos creído del todo que los cambios necesarios no son un capricho, sino una necesidad. Lo contrario no tiene ya mucho más recorrido y podemos estar alcanzando fácilmente el final de la gallina de los huevos de oro que significó en su momento el turismo. La experiencia de este año y sus posibles records, ojalá que sirva para ver la luz del futuro y ponga a pensar a los poderes públicos y a la industria correspondiente porque las alternativas apremian.



           Esta manera de organizarse, siempre a corto plazo, puede que en el principio de la puesta en marcha de las iniciativas tenga algún sentido, pero el tiempo hace que los pequeños proyectos crezcan y se conviertan en monstruos que como no vayan modificándose según requieran las nuevas situaciones, terminan atorando los recursos y haciendo que las posibilidades que un día crearon importantes expectativas se conviertan en mazacotes repetitivos y sin futuro. Si esto se produjera, y tenemos datos para saber que es posible, terminaríamos por perder la iniciativa y andar a remolque de una serie de posibilidades que pierden su perspectiva de futuro por falta de agilidad de sus dirigentes y terminan hundiéndose por falta de iniciativa.