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domingo, 28 de abril de 2024

VAIVENES

 

         Cuando marzo mayea, mayo marcea, El refranero tiene lecciones miles,  de las que echamos mano cuando queremos sacar una lección o su contraria. El refrán con el que abrimos hoy nos viene al pelo. Ya hemos tocado los 30º grados veraniegos bien temprano y hemos visto las playas repletas de paseantes y hasta de bañistas, en  tiempo descaradamente temprano. Pero mira  por dónde, nos encontramos a las puertas de mayo y más de media España tirita todavía y hasta ve caer nieve, aunque no cuaje. Cierto es que todo el litoral mediterráneo no alcanza temperaturas tan bajas, aunque algunos grados sí esperan mejor momento para subir  y las ropas de abrigo se vuelven a hacer presentes, no sabemos hasta cuándo. Aquella cruel sequía que padecíamos hace unos meses, apenas es ya sólo un recuerdo en la mayor parte del territorio, si bien permanece preocupante por el arco mediterráneo. No estaría de más, que ahora que la sequía se ha calmado tomáramos nota y nos dedicáramos a conectar unas cuencas con otras por si las moscas.



         Esto del tiempo no ha sido, ni sigue siendo, el único de los quebraderos de cabeza que veníamos arrastrando. Las tensiones políticas entre gobierno y oposición es otra que tal baila. Desde las elecciones de julio pasado, la fuerza que obtuvo más votos se empeñó en vender su hegemonía, que era verdad, ignorando que los resultados electorales no son más que un dato, pero no el definitivo. En España es el parlamento el que designa quien gobierna y no es la fuerza que más votos obtiene sino aquella que consigue una mayoría absoluta de escaños, 176. Hasta este momento no se había cuestionado esta forma de gobierno, que se recoge en la Constitución, pero mira por dónde las encuestas andaban muy optimistas hasta el recuento final y fue entonces cuando los datos facilitaron una fuerza hegemónica, pero incapaz de aglutinar una mayoría suficiente para gobernar. De modo que fue la segunda fuerza la que fue capaz de concentrar la mayoría necesaria y formó gobierno. Otra cosa es que los resultados finales tienen que ser asumidos por todos y, después de casi un año, andamos de litigio.



         No es la primera vez que pasa. Recuerdo allá por 1993 que toda la derecha se conjuró en el llamado Sindicato del Crimen, convencidos de que serían capaces de doblegar al Sr. González, en el poder desde 1981. Los recuentos no arrojaron ese resultado y aquella noche se habló de tongo en el recuento, sencillamente porque los números no daban lo que las previsiones se esperaban. Supongo que estas tensiones forman parte de la normalidad y cada fuerza tiene todo el derecho a esperar los resultados que estime oportunos. Pero los recuentos finales son los que mandan y ellos son los que terminan decidiendo quién gobierna y quien se queda en la oposición hasta una próxima convocatoria. Con el resultado de las últimas generales parece que no está muy asumido y aquí andamos tensionando la cuerda de la convivencia por si la flauta sonara y se hiciera presente alguna forma de que lo que en su día fueron previsiones frustradas, encontraran alguna salida airosa y alcanzara el poder quien en su momento no fue capaz de alcanzar los votos necesarios para ser proclamado.



         Las democracias son sistemas en los que todos tienen derecho a manifestar sus puntos de vista pero ese mismo hecho, que permite que haya opiniones distintas, las hace frágiles y es capaz de tensionar la convivencia hasta niveles peligrosos porque es verdad que existen reglas que todos conocen pero tienen que ser asumidas y respetadas por todos. De lo contrario, la vida se puede convertir en un permanente guirigay y en este momento parece que es el caso. La tensión ha alcanzado un punto que el presidente del gobierno ha dicho que hasta aquí hemos llegado y se ha encerrado en sus dependencias durante cinco días, que se cumplen mañana, en los que ha dicho que saldrá a manifestar su actitud de continuar en el gobierno o rendirse a las presiones que no paran de llegarle y que tire la toalla, abandone su cargo y el parlamento tenga que resolver el problema de su sustitución. 



domingo, 21 de abril de 2024

FERIAS


         Las tenemos de colores diversos, ni siquiera están tan lejos unas de otras, su contenido implica a grandes capas de población, mueven enormes cantidades de dinero y hay casos en que el jolgorio que implican parece no tener límite, la de Sevilla, por ejemplo, que puso su cierre anoche, sobre las doce, con el despliegue de fuegos artificiales, que espero que el tiempo les permitiera cerrar la semana a base de consumiciones a placer y con temperaturas de los 30 grados en adelante. No tengo datos de las últimas horas, pero sé que el cielo se abrió de par en par y, al menos por mi zona, Granada, recibimos un sonoro concierto de relámpagos y truenos seguido de una Dana que descargó agua con fuerza por zonas determinadas y, al menos, se llevó la vida de un pequeño de ocho años como tributo inmisericorde de las fuerzas de la Naturaleza que pueden hacer daño hasta cuando benefician. Espero que a los sevillanos les permitieran cerrar su semana grande con  el desmadre de gozo y señorío que nos han demostrado a lo largo de toda la semana que anoche concluyó.



         Pero hay otras ferias y suceden a la vez. En la interminable guerra de Rusia con Ucrania, que ya supera los dos años, estábamos pendientes que los EEUU libraran 60000 millones de dólares con los que podrían torcer el pulso a la correosa Rusia, que no me explico cómo acaba de encumbrar de nuevo a Putin hasta 2030 como si los miles de combatientes que va dejando muertos en Ucrania no le dolieran. El dinero se venía retrasando por problemas internos de los americanos y en Ucrania se estaban terminando hasta las balas. No sé si esta enorme cantidad de dólares que van a recibir en breve serán suficientes, por fin, para concluir un conflicto que parece eterno y que lleva enterrados a miles y miles de rusos y de ucranianos y que parece que lo que necesita no es más vidas de unos o de otros, sino más dólares que inclinen la balanza, por fin, hacia el lado ucraniano y haga volver a los rusos a su casa, a ver si terminan de darse cuenta de que el enemigo lo tienen en el Kremlin y no se acaba agrandando Rusia un poco más sino tratando de mejorar las condiciones de vida de su gente.



         Nos queda una nueva feria de sangre en Gaza que, por obra  y gracia del señor Benjamín Netanyahu lleva enterrados ya a más de 34000 palestinos, más o menos la mitad niños, con la excusa de terminar con Hamás, al que han convertido en el monstruo terrorista que asalta territorio israelí sin que nadie lo reciba y le pare los pies, teniendo el servicio secreto más famoso y eficaz del mundo. Todavía no se ha escuchado ni una palabra de explicación sobe cómo los terroristas de Hamás pudieron entrar impunemente en territorio israelí sin que nadie los recibiera como se merecían en aquel momento. El mundo sólo sabe lo que nos llega de información pero, por más cruel que resulte, no falta quien afirme que el desliz de seguridad monumental pudo ser debidamente permitido para que la respuesta israelí se desplegara a placer contra la población civil palestina y terminar con la franja de Gaza. Yo reconozco que me faltan datos para emitir un juicio solvente pero sí tengo ojos para ver lo que está pasando y comprobar que los palestinos no paran de morir y el señor Netanyahu no para de matar.



         Pues aquí dejo estos ejemplos de ferias diversas que se están produciendo al mismo tiempo y en espacios no demasiado lejanos. En la de Sevilla se van a batir, por lo visto, todos los record de asistencia y gasto, hasta el punto que ya se está pensando también si no hará falta reflexionar sobre algún tipo de control porque tanto éxito necesita equilibrar lo que se gana y lo que se pierde en el conjunto. Las otras dos muestras, cuyo contenido es más de sangre y de vidas humanas que de otra cosa, necesita que su análisis sea suficientemente profundo para encontrar las verdaderas causas de su inicio y quienes son los beneficiados de su desarrollo. Yo ofrezco los nombres de Putin y Netanyahu a los que parece que no les están resultando malamente ambas contiendas ni se les ve demasiado interesados en terminar con ellas.    



domingo, 14 de abril de 2024

EL CAMINO


         En el transcurrir de la vida no para de ofrecernos objetivos que se nos ponen delante y nos entretienen en el esfuerzo más o menos intermitente de lograr metas que nos proponemos. Anoche, a las doce de la noche se produjo el encendido de miles y miles de bombillas para inaugurar la Feria de Abril de Sevilla. Contemplando aquel fasto, que va a durar hasta el próximo sábado, echaba la vista atrás un par de semanas y todo lo que anoche era jolgorio y esplendor, por mor de la abundante lluvia que nos ha regado generosamente este año, se convertía en un drama inconsolable que anuló “la madrugá” de la Semana Santa, momento cumbre de escenificación religiosa y profana del ritual que se ha establecido. Seguramente muchas personas de las que aquella noche lloraban inconsolables por no poder lucirse por las calles junto a toda la parafernalia correspondiente, participarán, anoche y toda esta semana, aderezados con los trajes al uso y con toda la parafernalia correspondiente, manifestando el culmen de la alegría y el gozo sin fin dentro las 1000 casetas instaladas para tal efecto.



         Los datos hablan de que un millón de personas pasarán por el ferial y se moverán unos mil millones de euros a lo largo de los ocho días de Feria. Imposible dejar de recordar aquella pena sin fin de hace unos días frente a este regocijo desenfrenado en un plazo de tiempo tan exiguo. Parece que los participantes, más que personas con pensamiento propio, sean muñequitos que se mueven en un sentido o en otro y alcanzan la desesperación o el desenfreno en tiempo record. Hace muchos años, mi amigo Paco mandó un coche a recogerme a RNE para pasar una noche en su caseta, que yo desconocía y, cuando ese mismo coche me devolvió a las 6 de la mañana a la puerta de mi casa, saqué la conclusión nítida de que Santo Tomás, una y no más. A lo largo de mi vida, que ya no es corta, he huido de bullicios y, cuando he claudicado, como en este caso, para cumplir con mi amigo, la experiencia me ha confirmado que será difícil que se me pueda encontrar allá donde se aglomere una muchedumbre.



         Seguramente estará bien que estemos todo tipo de personas, con visiones de la vida y sus aconteceres diversos. Eso implica riqueza y diversidad. Un ilustre sevillano, Antonio Machado, que terminó muerto en Colliure (Francia), ya dejó dicho lo conveniente que resulta hacer camino al andar y dejar las estelas de nuestros pasos en los mares infinitos, a sabiendas de que no volveremos a pisar de nuevo lo que han sido las señales que hemos pisado por primera vez. Lo último que quisiera es que sonara a menosprecio mi actitud frente a otras manifestaciones posibles. Lo único que pretendo es valorar el camino frente a ningún destino y defender la diversidad de actitudes como elementos de riqueza frente a la intención de que todos hagamos lo mismo en un momento determinado. Sí preciso que, en mi caso concreto, mi espacio elegido será alejado de  las aglomeraciones y puede estar cerca de cualquier piedra del camino en la que reposar y darle vueltas a las cosas.



         Sé que podría haber centrado esta reflexión sobre otros temas, no me parece menor ni mucho menos el ataque de Irán en respuesta a la destrucción, por parte de Israel, de la embajada del Líbano, con la consiguiente muerte de varios militares iraníes, entre ellos un general. Irán prometió respuesta y parece que la está cumpliendo. El señor Netanyahu, primer ministro de Israel ya había avisado que devolvería el golpe a quien se atreviera a atacarle. Se ve que no ve las cada vez más numerosas manifestaciones de su pueblo reclamando que se dedique a conseguir que vuelvan de una vez los 130 rehenes que todavía tiene Hamás en su poder y que cumpla el derecho internacional con los civiles palestinos y permita que llegue la ayuda humanitaria para evitar la hambruna por falta de alimentos en vez de bombardear a los cooperantes que pretendían llevar comida a la población palestina hambrienta. He preferido reflexionar sobre nosotros y nuestras cosas por si somos capaces de limpiar nuestra casa antes de mirar la de nuestros vecinos.  


      

domingo, 7 de abril de 2024

GRACIAS, MARZO


         Después de todo este marzo de riego que nos ha resuelto el gravísimo problema de sequía que veníamos padeciendo, podemos respirar con cierta tranquilidad, al menos, un año más. Aunque le situación ha mejorado bastante, no podemos olvidar que la cuenca mediterránea, a pesar de haber aumentado sus reservas, todavía se encuentra lejos de la tranquilidad. Sería adecuado que, aprovechando esta mejora coyuntural, tomáramos cartas en el asunto y nos dedicáramos a dotar de un aumento de agua dulce a esta importante zona del país, bien dotando a la zona de alguna desaladora más, porque en ese espacio viven bastantes millones de personas y parece que el déficit hídrico que sigue manteniendo, tiene cierto carácter estructural. No parece muy razonable que, una vez que disponemos dc cierto respiro por el importante aumento de las reservas, nos  dediquemos de nuevo a olvidar nuestras carencias y, a la vuelta de la esquina, estemos de nuevo sacando los santos a la calle reclamando agua, como si este asunto pudiera resolverse con rogativas.



         Por lo visto se está estudiando cambiar la Semana Santa, ponerla en unos días fijos y que no dependa del año lunar. Las propuestas se encaminan a la segunda semana de abril, pero las estadísticas desmienten la idoneidad de la nueva fecha posible porque los datos indican que abril es el mes más lluvioso del año y los riesgos de que se mojen las procesiones podrían ser más altos que los de este año, por ejemplo. También hay que considerar que le Feria de abril se produce en la última semana del mes y apenas quedarían días libres entre el fin de la Semana Santa y el comienzo de la Feria. Seguramente este posible cambio de fechas se quede en nada porque las dificultades no parece que fueran a  disminuir si se produjera. Por otra parte, en años como este, a pesar de lo que digan las estadísticas, será difícil que en abril vaya a llover más de lo que lo ha hecho en marzo. Quizá sería más sensato no andar moviéndonos tanto al ritmo de las coyunturas y dotar a las zonas más proclives a la sequía, ahora que podemos respirar, al menos por unos meses más.



         Tampoco me parecería una temeridad dotar de acueductos estratégicos amplias zonas del país que ahora están desembalsando agua porque los embalses se encuentran por encima de los niveles de seguridad y desplazando esos excesos hacia las zonas que, a pesar de haber mejorado sus niveles de reserva, todavía se encuentran por debajo de lo que sería recomendable. Resulta un poco vergonzoso estar reflexionando sobre la conveniencia de dotar de mayor reserva de agua las zonas que más adolecen de ella, pero es que parece que tenemos los problemas delante de nuestros ojos, y este de la carencia de agua lo es, y nos dedicamos  a mirar de soslayo y no centrarnos en que este problema requiere una solución decidida, Creo que no es arriesgado considerar a toda la zona del Mediterráneo como más cercana al desierto que el resto y, por tanto, más necesitada de garantizar las reservas que precisa para su consumo, antes de que se nos eche encima una nueva crisis como la que acabamos de vivir y todavía nos colea.



         No sé a qué dios tendríamos que agradecer que hace un mes, una serie de humedales se encontraran completamente secos y en estos, momentos nos encontremos con la reserva de agua precisa para que los animales dispongan de lagunas suficientes para cubrir los descansos en los largos desplazamientos migratorios o sencillamente para que puedan revolcarse a placer y gozar del líquido elemento. Cuando hace un mes esos suelos se veían completamente cuarteados y pidiendo humedad a grito pelado. Lo primero que debemos es agradecer a marzo que haya propiciado ese cambio de situación tan significativo que nos permite al menos un año más de tranquilidad, a ver si mientras tanto, nuestra memoria despierta y se pone en marcha para resolver los problemas pendientes que la sequía deja por resolver en las zonas que han quedado más desabastecidas.