Están
a punto de cumplirse los primeros ocho años de este COMO NIÑOS que un día se me
metió entre pecho y espalda, yo dije en su momento que con fuerza pero
cualquiera que me leyera entonces, allá por septiembre de 2010 tenía completa
libertad de creerse o no. Hoy creo que
ya queda claro que no se trataba de un caprichito de tres al cuarto que hoy
podía entrar como mañana podía salir. También tenía claro su título y ya aclaré
en su momento que no necesariamente tendría que ser hablar de niños aunque
seguro que lo sería fundamentalmente. Como niños no es ser niños
necesariamente, aunque tampoco está reñido. A lo mejor en su interior podía
caber de todo, que era y sigue siendo mi idea y que ese título fuera una
referencia permanente de su origen y de sus señas de identidad. Ese fue su
origen y esa sigue siendo una referencia válida para definirlo. No he
encontrado color más bello para que sirva de imagen que la flor del cardo y por
eso la mantengo.
En más
de una ocasión he recibido la sugerencia de traspasar todos estos contenidos
semanales a la forma de libro. Primero porque puede que alguien le encuentre un
interés que vaya más allá que el de la lectura de domingo y después porque se
trataría de un formato asequible en su paginación, acostumbrados como estamos
en nuestra cultura de andar pasando hacia adelante y hacia atrás, quizá con la
conciencia de que dentro se contenga por lo menos una buena parte de la vida y
pensamiento de quien a base de voluntad y de persistencia lo ha ido alimentando
hasta alcanzar el volumen que ha alcanzado hoy en día. Y lo he intentado con
mis propias fuerzas, podéis creerme. Pero este medio a través del que nos
comunicamos me llegó en 1994, cerca ya de mis 50 años y a pesar de que ha llovido
desde entonces, esta es la hora en que sigo sintiéndome un extraño en el
elemento y lo mucho o lo poco que le saco me cuesta sudores. Me he dado por
vencido, de momento.
Mi
hija Elvira que nació con el siglo, en cambio, echó los dientes con un
ordenador en la mano y eso se nota al momento. Es verdad que también coincide
que este elemento le interesa desde que la conozco. Seguramente eso es lo que
más contribuye a que se maneje en estas coordenadas como Elvira por su casa. He
hablado con ella del tema y en cuanto acabe de editar este texto nos vamos a
sentar y espero que podamos hacer nuestro primer libro juntos. Yo aporto el
contenido, que me ha tomado lo suyo y ella espero que logre hacer de todo un
formato de libro que podamos incluir a la parte derecha del blog, junto a los
demás que han ido saliendo a lo ,largo de los años. Le he llamado punto a este
apunte para dar la idea de reposo, de descanso, de respiro para mirar al
horizonte, pero nada más. El próximo domingo, si tengo vida para entonces, aquí
estaré de nuevo estrujándome el magín a ver qué sigue saliendo.
Seguramente
la idea de COMO NIÑOS me va a acompañar ya mientras viva porque el contenido
que tiene en mi pensamiento no es limitado ni en el espacio, ni en el tiempo,
ni en el contenido, pero ya se irá viendo. En un principio el planteamiento es
de presentarlo en formato de libro pero en este mismo medio al que, como he
dicho antes, he llegado tarde al que me he aficionado con fuerza por muchas
razones que sería prolijo desgranar ahora. Como ya sé que en la vida no
conviene decir de este agua no beberé ni
este cura no es mi padre, aquí me quedo por si mañana nos da el volunto y
decidimos pasarlo al papel. Hoy por hoy el proyecto se cierne a concentrar los
casi quinientos textos en un formato de libro y ofrecerlos a cualquiera
libremente para que pueda entrar y salir de ellos con todos sus contenidos al
alcance de la mano. Termino dando gracias a la vida, una vez más, que me ha
traído hasta aquí y a vosotros que me habéis hecho compañía.