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domingo, 30 de mayo de 2010

FRÍO




Ni el sol de Julio poderoso y reluciente,
ni la flor de la vida que me corre por las venas,
ni la ilusión intacta, ni el material del gozo
que impregna cada fibra, que me envuelve,
me permiten acceder a la esperanza.

No poseo un solo argumento,
una razón, un horizonte, un sueño
con que elevar mi brazo para indicar futuro.

Me llego al corazón,
ausculto minucioso sus bordes ondulados,
sus cavernas interiores, sus tonos de color,
la fuerza con que mueve los hilos de mi vida
pero por más que intento concentrarme en sus latidos,
que estudio los matices de su ritmo acompasado,
que clavo en él mis ojos a la espera angustiosa
de un signo, de alguna luz de vida,
no me ofrece otra cosa que sus fríos acordes,
mecánicos sonidos de latón y de muerte.

Desde el ayer me invaden mis sueños indefensos,
con sus caras de niños de rosadas mejillas.
¡Compasivo, mi cuerpo se ha revuelto,
espantado ante el sórdido presente,
y pretende consuelos que guarda en mi memoria
como salvoconductos que me saquen del paso,
de momentos sin brizna, ni sonido, ni caricia,
incapaces de ablandar la dura roca en la que habito!.

No es difícil caer en tentaciones,
y caigo,
soñar con paraísos con ropajes de estreno,
y sueño,
que pongan en tus labios el beso compasivo,
y beso,
la dulzura momentánea del engaño inocente.
y bebo de su fuente hasta saciarme.

Todo mi impulso se desplaza, deslumbrado por el brillo,
a la alucinación a la que me somete
el archivo del recuerdo que intenta defenderme.
Quiero tocar la dicha a toda costa,
viajar en la distancia,
situarme frente a frente, de cara al horizonte.
Disfrutar este golpe de poder de la añoranza.

Es más, en este instante bendigo mis recursos,
doy las gracias
a este bálsamo que brota en mis arcanos
disfrazado de cálido refugio,
de manso engaño, de disculpa complaciente.
Agradezco el intento
de los amigos mecanismos interiores
y valoro su interés por salir en mi defensa.

Pero la verdadera dimensión es piedra,
se llama piedra, exclusivamente piedra,
la única figura que dibuja este momento.
( ¡CUANDO SEA MAYOR QUIERO SER PIEDRA,
he dicho tantas veces! ).
Pues ha llegado al fin, es la hora del frío de la piedra,
donde la vista no cuenta con espacio, el sueño sobra
y el pálpito de vida se hunde en el vacío
configurando sólo la dureza del plomo, helada, quieta,
arrinconada al filo de todos los caminos,
quizá siempre a la espera del momento adecuado
o tal vez de reliquia,
esperando el olvido como todos los muertos.

¡Por fin se llama piedra mi corazón de fuego!.
¡Tanta llama y camino, tanto impulso y desvelo
concentrados ahora en un cuerpo yacente
postrado sobre el suelo,
escombro de esta vida que devora cuanto crea!.

lunes, 24 de mayo de 2010

PALABRAS




Hay palabras que avergüenzan a cualquiera;
otras, en cambio, ostentan lo que nombran
pero, en el fondo, todas son inofensivas.

La reposada música de "muerte",
las trompas estridentes de "canalla",
los violines sinuosos de "mentira
o las voces limpísimas de "amigo"
no son, a fin de cuentas, sino música:
Un puñado de viento que se estrella,
un artilugio, un roce inofensivo,
un juguete arbitrario. La magia del sonido
no califica el contenido que transmite.

Otra cosa distinta son los ojos que miran,
las manos que amenazan o la bocas que besan
a la vez que pronuncian los gritos de la sangre.
Otra cosa distinta es la raigambre que origina las palabras.

Porque detrás de las palabras está siempre la carne,
la historia que las mueve: el amor que las encumbra
o el rencor que las entierra. Detrás de las palabras,
sobre todo, por encima de todo, antes que todo,
esta la ciencia que, parásita, las marca,
las define, las envuelve de ropajes y abalorios,
las decora a su gusto y hasta les pone precio.
Al parecer encuentra insoportable que vivan sin su yugo.

Pero la voz es libre, gacela de los montes,
y viento y recorrido.
No es esclava del frío de las leyes. Ni de tumbas.
Pronuncia "dentellada" con la misma soltura que "amapola".
No se arredra de "fuego" ni "amanece" le emociona.
Su transparente corazón transcurre incólume
sin otro norte que sonar sin límite
navegando en el gozo de las articulaciones.

domingo, 16 de mayo de 2010

TU CUERPO NO ES EL MAR




Tu cuerpo no es el mar aunque me inunde,
no son fuego tus ojos que me abrasan,
los efluvios de tu boca no son aire,
ni tierra, aunque me cubran, tus caricias.

Medimos este juego de la vida y de la muerte
que nos envuelve en su espiral de vértigo
y es más fuerte, mucho más, que nosotros.
Nos encontramos a su arbitrio despiadado,
somos briznas apenas, que el amor precipita
por el ciego torrente del dolor y la dicha.

La salida es encontrar la inclinación del viento,
ofrecerle nuestros cuerpos, ya fundidos
y aceptar el camino-huracán que nos arrastra.
No hay dirección ni punto de destino
para el fiero corcel sobre el que cabalgamos.
El deseo es la brújula y el único equipaje
que dispone de espacio y completa el cargamento.

En esta ausencia universal de apoyo,
sin espejo posible que nos dé dimensiones,
el impulso nos lleva, a golpe de temblor,
a gozar de nosotros. No hay razones por medio,
ni bálsamo, ni amparo que cubra nuestro pánico.
Se trata de una guerra de mundos encontrados
que no acepta otro pacto, ni arreglo, ni salida,
que rendir por completo el armamento
y cambiar los pertrechos de un bando al otro bando.

Desde la incertidumbre que precede al combate,
desnudos, temblorosos, doblegados,
sin más armas que el miedo entre las manos,
nos espera el camino, tántas veces soñado,
temido tántas veces, de vivir entre el fuego
del amor que crea al tiempo que nos mata.
¡Espléndida batalla!.
¡Única guerra que merece ser perdida!.

domingo, 9 de mayo de 2010

COMPLEJA COMPOSTURA


A veces me traiciona la conciencia
y se empeña en provocar un artificio,
laberinto quizás, con mis despojos.
La noche se me encarna. Estoy perdido.
¿Qué impulso me reclama, dónde nace, como un brote,
la fuerza de rescate que me libra del olvido?.

La forma es el refugio, doy a luz, me recompongo
a base de los ojos, del volumen del pecho,
del traje que me cubre, del músculo que muevo,
pero ese recorrido, por más que se completa,
no termina de darme resultados convincentes.

Como si el mismo plano donde luce un cerezo
frunciera con mi carne, indiferente
si sufro de montaña o duermo de tiniebla,
si empujo de pinares o canto de alimento,
si palpo como lumbre o muero de ceniza.

Como si el límite no fuera suficiente
como si la materia que sostengo, que no es otra que el mar,
que el pájaro, que el pino, que la higuera,
fuera sólo guarida, falsa muerte,
espejismo que confunde costumbre con deseo.

Debo seguir, entonces, subiendo sin medida,
por encima del número concreto, de la temperatura,
del glóbulo y la muerte que me cierra el camino,
hasta alcanzar el territorio - estado, sentimiento -,
que me incluya, vulnerable como un nido,
pero incapaz de soslayar la angustia y la miseria.

Allí me siento vivo, palanca unida al tiempo
a través del abrazo entre las sábanas,
del aroma fugaz de la salvaje clavellina,
del Bosco y su Jardín de las Delicias,
de Danzas Povlosianas y fuegos de Amor Brujo.

Con diligencia traslado el domicilio
y fijo residencia definitivamente.

¡TOTAL, POR UNAS OLAS!





¡Total, por unas olas!.

No sé si despertar sobre la arena,
si alzar el horizonte de tu ausencia
por si el mar te refleja entre mis brazos.
Tal vez te has confundido con la espuma
y juegas a no verme mientras brillas.

¡El tiempo es caprichoso!. ¿Quién me dice
que no estabas esperando este momento
este extraño vacío,
para coger, al fin, la dirección del agua?.

En cualquier caso, ¡total por unas olas!,
la presencia persiste. ¿Qué es el tiempo
por más que se disfrace?. ¿A quién engaña el tiempo?.

Con estas mismas manos, que son tuyas,
antes de abrir los ojos, aprovecho,
y, nadando, te sumerjo entre las sábanas
para que la mañana, cuando llegue, testifique
que la muerte, ¡sólo muerte a fin de cuentas!,
no tiene dimensión ni te conoce.

¿Cómo puede la muerte establecer las leyes
si es tan negra, tan hermética y ajena?.
El mar está contigo
y mi sueño pertinaz es un beso de algas.

ELVIRA, TIMÓN DE PLATA




Elvira, timón de plata,
blanca espuma, caracola,
con el mar impregnando tus pupilas.

El viento caprichoso nos envuelve cada tarde,
nos dibuja a su antojo,
nos mima o nos rechaza
pero su fuerza siempre te alimenta.

¿Quién ha visto un ser humano con ojos de infinito,
que juega con la orilla cargada de palabras?.
¿Cómo encantar, de qué manera
meter en tu cabeza lo inefable,
lo que no tiene nombre,
la grandeza sublime del tanteo y de la duda
a través de la arena milenaria,
de unas gotas de espuma,
del sonoro silencio de las olas?

Te canto, te acompaño,
¡te invito tantas veces a soñar con las piedras!.
Tú discrepas y me exiges que concrete:
¡cuantas son dos y dos, si mañana es mañana,
la Luna, Catalina
a donde se va el sol una vez que se pone
como viven los peces ...!
¡Necesitas cada cosa con su nombre,
como el náufrago,
cuya vida se sustenta en una tabla ¡.

La mentira del tiempo nos ha unido,
hija y padre nos llama,
¡qué mas da!,
pero los dos vamos sabiendo poco a poco
que la vida se construye cada día,
que no importa llegar sino el camino
y que no hay mas misterio que el esfuerzo
ni otro placer que nuestras manos sudorosas
amasando y puliendo la gran bola del mundo.

RETRATO DE FAMILIA.


Me llamo Antonio apenas,
y triste de apellido; quizá vulgar, incluso.
Soy natural de aquí y vivo de milagro.
Me sustenta la tierra, es inútil decirlo, pero aclaro
que me compongo de agua sobre todo.

Ya murió el bisabuelo cucaracha
y no pude llorarle como se merecía
porque andaba, mientras tanto, gozando eternidades.
Mucho tiempo después, he conocido
los parientes lagartos, las encinas,
algunas amapolas, peladas cumbres altas
y todos me han contado largamente
sus célebres hazañas: nocturnas caminatas,
refugios, comilonas, intrépidas huídas...

Después nació la higuera, prima hermana,
coincidió con el surco y, desde entonces,
hasta la lluvia mansa me mira de otro modo,
como si se tratara de mi madre.
Debo tener los ojos de semilla
o el tronco retorcido
o la misma nariz como un tomate.
De otro modo no se explica que confunda,
por ejemplo, la lágrima más simple
que brota en un momento de descuido
con parte de su carne torrentera,
fluyente, bardomera, desbordable.

Actualmente procuro ser discreto
para no cunfundir miedo con aire
ni reja con latido, ni punto con planeta.
- ¡Como el canto es tan grande
la propia fuerza del rumor quisiera
cubrirlo todo con sus propias manos! -.
Con lo cual, ¿hasta dónde llegaría
la ciencia de soñar?. ¡Pues no se sabe!.


¡Para evitar la mezcla inconveniente
mejor será que en este punto calle!.

JARAMAGO 3 Y ÚLTIMO

Una vez y otra vez,
Como rueda implacable en forma de pregunta.
¿Es Abril? ¡Pues aquí estás!,
Borbotón amarillo, sin que nadie te busque.

No sé por qué me retas, jaramago.
Se me nublan los ojos con tu flor diminuta
Que toma posesión de los espacios, como un manto,
Y se adueña de la tierra llenándola de vida

Para qué tanta fuerza
Tanta inmensa belleza inevitable
Tanto clamor de luz por los caminos,
Orgullo de qué objeto si nadie te ha buscado
Si nadie te ha querido
Si de ti sólo se espera que te vayas
Es mas, extraños artilugios se dedican a borrarte de los mapas,
Pero tú parece que no entiendes
O tal vez no entendemos tu mensaje persistente
Contra viento y marea
Que se afirma en cualquier borde
Aunque nadie lo busque

Hay una cosa cierta, tu presencia.
Apenas se anuncia Abril y no hay barrera
¡A cubrir el espacio como si se tratara de un mandato!

Me niego a comprenderte
Sé que me estás hablando. Tanto empeño no puede ser baldío.
Lo reconozco. De acuerdo. Tú eres el más fuerte,
Para ti la presencia y el dominio.
Yo renuncio, no quiero competencia con tan gran enemigo.
Pero sé que estas palabras de tu vida y de tu muerte
Son estrictamente mías y aquí está mi venganza

En este desafío tan desigual con ser tan poderoso
Sólo puedo poner algunas letras para aliviar tu impacto
Que me envuelve en Abril. Llámale canto.

JARAMAGO 2

Otra vez jaramago
vigor a toda prueba,
de nuevo abril pletórico.
Otro manto amarillo,
señales que definen,
impulsos esforzados
no sé qué de concordias
y armonías ancestrales.

Horada jaramago las pupilas
como un dardo amoroso y fulminante,
camina hacia secretos interiores.
ligados al latido,
al pálpito de vida.

Jaramago es la fuerza que va y viene
que sale y que regresa ,
lo mismo que una higuera
que un monte coronado
que un grito de dolor.

Como si, a fin de cuentas,
la vida sólo fuera
un solo panorama .
Imágenes diversas
que confluyen en fuente en unos casos,
o en color desbordante,
o en fragancias,
o en espinas en otros.

Todas salen de la tierra,
jaramagos al fin,
para acoplarse al tiempo
rebozando su cuerpo
con el sol, con el viento, con el agua
hasta que el devenir sin límite
las lleva nuevamente a la semilla,
una vez que han cubierto el ciclo de la vida.

El nacer y el morir, que son la misma cosa.

JARAMAGO

Ha sido jaramago, escándalo amarillo,
cuyo trasunto en flor humilde se estremece
mientras borda brisa fresca en los caminos.

De su arcana semilla,
junto al arcén postrada,
escombro, olvido,
al parecer simiente de la nada,
este abril, de goces rencoroso,
ha penetrado las oscuras galerías,
ha barrenado los hilos de la vida
con húmedo vigor,
y ha logrado el milagro.
La explosión ha sido en verde,
y el culmen amarillo, como un manto de oro.

Lirio morado pudo ser, pudo ser cardo,
amapola sangrante, margarita.
¡Tanto azul incorruptible,
tanto sol implacable,
tanto polvo acumulado en las orillas,
tanta plegaria inútil!.

De imposible embarazo, parto al fin exuberante.
Se llama jaramago y culmina, de momento, los anhelos,
reconcilia los temores del desierto,
a la vez que proclama
la síntesis de vida que aguardaba en la tierra
su preciso momento de hornacina,
de esplendor, de insultante presencia.
¡Aquí está para contarlo!.

LA RUTA DEL AGUA

Si empiezo diciendo que el agua es la fuente de la vida yo sé que, durante mucho tiempo, durante casi todo el tiempo, esta frase ha hablado de la importancia decisiva del agua en las formas de vida y en las culturas y de que en el camino del conocimiento debemos llegar al agua para entender dónde se ha vivido, por qué y cómo, según las épocas.
Podemos establecer un recorrido fidedigno, siguiendo las rutas del agua, de las distintas concentraciones humanas sin temor a equivocarnos demasiado. Junto a los distintos itinerarios las gentes de todas las épocas han desarrollado su historia y su cultura valiéndose de ese líquido de vida como fuente de subsistencia y como elemento de poder con el que dominar o ser dominados según las posibilidades de acceso o no a su uso y disfrute.
Esta que paso a describir es, por tanto, una de las muchas trazadas por el ancho mundo. Esta me afecta por el hecho de haber nacido en Alfacar. Mucha gente celebra su pan pero en el pueblo, con razón o sin ella, se dice que es el agua la que establece la diferencia y dota a la combinación con la harina de ese punto tan celebrado que es posible que en breve lo podamos conocer como denominación de origen PAN DE ALFACAR. Como tantas veces en la vida, las verdaderas razones se ocultan con pudor buscando un recato en el que tal vez se esconda su verdadera fuerza.
Quiero empezar al revés. Comentaré las distintas fuentes de salida, partiendo de la más distante en dirección al punto de magia de donde surgen todas:
PILARILLO DE LAS ESCUELAS.- Se encuentra en medio del pueblo y ya no tiene escuelas junto a él, que eso es cosa de otros tiempos. Su caño tiene sonido de gloria y sabor de hogaza. Su magia queda demostrada desde el momento que mi Elvira es incapaz de pasar una sola vez por delante sin echarse una garfada a la boca y exhalar ese característico ¡Ahhhh! que tan claramente indica satisfacción y gozo.
PILARILLO DE LOS ENANOS.- Se haya escondido al comienzo del Carril, hoy oficialmente empeñados en que se llame Avenida de Valencia de Alcántara cuando todos saben que seguirá siendo el Carril por los siglos de los siglos. Los dos se llaman Pilarillos porque, como su propio nombre indica son pilares y pequeños, casi ridículos, pero sólo en extensión porque de ningún modo se puede decir de la calidad de sus aguas. Concretamente en este de los ENANOS la única explicación posibles es que el caño indica claramente debajo de modo que hay que agacharse para conseguir el líquido elemento. Se haya justo frente a lo que fue tantos años la Carnicería de Irene, una pequeñísima plazuela en la que también bordaba tul mi tía Ángeles con aquellas manos de oro. La fuerza de su caño es grande y su agua de primera.
LA FUENTE EL PIEJO.- Ya sé la anomalía de su nombre pero qué le vamos a hacer, así son las cosas. A nadie en su sano juicio se le ocurriría llamarle de otro modo. Has pasado ya la cruz de San Marcos y estás a un paso de FUENTE CHICA. Está un poco escondida en un recodo a la derecha. Lo mejor es preguntar al primero que te encuentren: ¿no está por aquí LA FUENTE EL PIEJO?. Seguro que das con ella sin ningún problema. Su caño también es discreto de volumen pero su producto verdaderamente exquisito.
FUENTE CHICA.- No hablamos del nacimiento porque no es fácil meter el hocico tan bajo. El pilarillo está detrás de la placeta, una vez que bajas las escaleras y parece que ya te marchas sin haber bebido. Entonces te lo encuentras a tu derecha. Su caño es recio y será difícil que no te mojes pero puedes quedar perfectamente saciado si embocas con determinación, que es lo suyo. Hoy no podrás encontrar, es cierto, ni a María ni a Anica las gitanas, elaborando con primor sus cestas de mimbre, sentadas como faraones en aquellas sombras tupidas y con los pies dentro del pequeño manto de agua que cubría la zona de manera permanente. ¡Qué le vamos a hacer! ¡No se puede tener todo en este mundo!
EL MORQUIL.- Es, sin duda, el néctar de las aguas. Ya pasó a la historia aquel cilindro que daba acceso al nacimiento y al que, aparte del irremediable ¡Eeeooo!, si tiraba una piedra atada a un junco para comprobar la suerte y otras propiedades. Solo era posible acceder a base de garfadas o bien agachándose y metiendo la boca directamente en el caudal a ras del suelo. Hoy está todo tapado y sólo queda un chorro poderoso aunque un poco solitario. De todas formas no hay que menospreciarlo. Te invito de corazón a que lo compruebes. Lo del néctar sigue en pie. La cola de gente llenando garrafas que se puede encontrar con frecuencia todavía habla de su poderío cualitativo.
FUENTE GRANDE.- Y por fin encontramos la semilla. En la falda del Calar y de las últimas estribaciones del PARQUE NACIONAL DE LA SIERRA DE HUÉTOR, seguramente provenientes de mil veneros ocultos y de otros mil recovecos insondables, tú te fijas y ves salir a borbotones lo mismo que si fuera lluvia, pero al revés, de abajo arriba, esa maravilla que nos identifica y nos define. Resulta que hace ya muchos siglos le llamaron nuestros bisabuelos musulmanes FUENTE DE AINADAMAR que en castellano entitula fuente de las lágrimas. No tenemos más remedio que parar aquí porque la otra opción sería meternos por los centros de la tierra y no es plan.
Seguramente este mundo tiene miles de circuitos como el que comento, pero este es el mío, entrañable, cercano y que hoy me gozo en compartir con vosotros. Cabe que hoy me despida con un beso de agua.

LOS MORISCOS

Hace ya unos cuantos años, en el extinto DIARIO DE GRANADA, propuse la conveniencia de cambiar la fiesta de La Toma, del 2 de Enero, por la de La Fiesta de Granada. Pretendía modificar el criterio de celebración de una derrota militar al servicio de los vencedores de terribles consecuencias y trasformarla en un momento de encuentro en el que cada sensibilidad pudiera expresar su punto de vista sobre un momento de la Historia digno de reflexión y de capital importancia para Granada.
Algunos lectores me espetaron entonces que a dónde iba yo con mis apellidos tan perfectamente castellanos como si no hubiera otra forma de asumir la Historia que la versión de los vencedores y prescindir de otros puntos de vista posibles y tan legítimos como los que más.
Desde entonces, como venía sucediendo hasta ese momento, el evento no ha cambiado, pero la polémica tampoco. Y es que las heridas no se curan por decreto. Puede haber muchos puntos de vista para encarar cualquier momento de la Historia, y es bueno que los haya.
Mi pretensión se sustentaba entonces y se sustenta hoy con algunos conocimientos mejor fundamentados en que La Toma de Granada tuvo como consecuencia la eliminación de un pueblo y de una cultura perfectamente española. Todavía resulta que la dinastía más longeva en la Historia de España resulta ser la nazarita granadina con más de 250 años de permanencia en el común suelo patrio.
Al poco tiempo del terrible hecho de La Toma y gracias a la intransigencia Católica, Apostólica y Romana, los granadinos fueron obligados a dejar sus hogares y haciendas y tuvieron que irse de sus casas, bien a otros países o repartidos por toda España con el nombre de MORISCOS. Fueron sometidos a toda clase de abusos, injusticias y tropelías. Perseguidos en su propio país, proscritos, exentos de derechos, súbditos de segunda, o tercera o nula categoría a lo largo de 118 años y finalmente expulsados con lo puesto de su propia tierra por Ley a través del fatídico Decreto de Expulsión de 1609.
Su delito no fue otro que el de haber nacido en Granada, tener una cultura distinta a la hegemónica y seguir manteniendo fidelidad a sus ancestros allí donde hubieran sido desterrados. Tuvieron que acatar una religión que no querían, cambiar su lengua su forma de vestir, sus costumbres, sus ritos de nacimiento matrimonio o muerte, sus fiestas. De nada les valió. Vivieron siempre con la espada de la intransigencia religiosa católica sobre su cabeza, analizados con lupa ellos, sus hijos, sus nietos, sus biznietos… sin que nunca pudieran ser sus comportamientos suficientemente fiables para los poderes reinantes a lo largo de más de un siglo. La riqueza general del país se resintió gravemente con su expulsión y se sabía, pero ni aun así los poderes constituidos fueron capaces de encontrar una fórmula que asumiera que en España debían caber todos los que habían nacido en ella.
Desgraciadamente no es el único caso de genocidio en la Historia pero me parece de libro. Se ha celebrado el centenario de su expulsión, 300.000 dicen las crónicas oficiales siempre discretas para mostrar sus vergüenzas. No se ha escuchado ni una palabra de disculpa al respecto. Ni un gesto que diga que aquellos españoles tuvieron que dejar sus casas y sus bienes porque el país donde habían nacido y donde tenían enterrados a sus muertos decidió en un momento que tenían que irse. Se llamaban moriscos como pudieran haberse llamado indios o rojos…. Qué más da.
Nadie va a resucitarlos ya ni este ejemplo de la Historia que vivo con tanta angustia tal vez por lo cerca que me queda se puede trasladar a hoy porque cada momento histórico hay que medirlo con sus parámetros contemporáneos. De sobra lo sé. Pero también sé que en la vida se puede aprender, que podemos reflexionar y revisar comportamientos que nos han llevado a ruinas y a injusticias de las que no podemos sentirnos orgullosos y sí de avergonzarnos y proponernos no repetirlos nunca mas.
Tampoco valen ahora argumentos del orden de que la evolución de la cultura cristiana nos ha hecho ser lo que somos hoy mientras que la musulmana ha evolucionado por otros derroteros y sabe Dios dónde estaríamos en caso de haberse mantenido en España. Tampoco me parece asumible que los musulmanes que hoy nos llegan como inmigrantes vuelvan a recuperar algo que fue suyo. Creo que eso son sofismas destinados a justificar nuestra pereza mental y nuestra falta de capacidad autocrítica.
Por supuesto que la cultura musulmana tiene elementos criticables, como los tiene la cristiana, pero el drama de grupos humanos que en un momento determinado tienen que salir del lugar que los vio nacer y buscarse la vida por el mundo hostil, ese es el que creo que es el meollo de la cuestión. Hace unos años lo vivimos nosotros en propia carne por cuestiones económicas y parece que aprendimos poco. Hoy estamos recibiendo a otras gentes que buscan supervivencia y futuro y parecemos tan miopes como aquellos para los que los moriscos suponían un peligro imposible de asumir y no había más remedio que decretar su expulsión.
Este país tiene una deuda con el recuerdo de muchos miles de hijos a los que, en un momento determinado y por el hecho de pensar de manera distinta al poder constituido en aquel momento, decidió expulsar y quedarse tan pancho.