Hoy se
está celebrando un encuentro, conmemorando los 40 años de vida de una
institución pedagógica, de capital importancia. Se trata, ni más ni menos, que
de cuatro escuelas infantiles, cada una de ellas con 100 niños y niñas de cero
a 6 años, instaladas en barrios
significativos de la ciudad de Granada donde vivo. Mi aportación al
acontecimiento es el de mi testimonio personal, que participé, desde el
principio, en tan ambicioso proyecto, diseñando una manera de educar en Granada
que, en aquel momento, no tenía parangón España. La influencia nos llegó desde
el Ayuntamiento de Barcelona que la
había iniciado unos años antes y que, en el Auditorio Manuel de Falla en
diciembre de 1979, unos 800 profesionales del sector acordamos llevarla a algunos
ayuntamientos: Valencia, Getafe, y otros, en forma de propuesta que
denominamos, EDUCACIÓN INFANTIL, y que, a partir de entonces venimos
reivindicando para todas las personas desde el momento mismo de su nacimiento y
cuya exigencia seguimos manteniendo hoy, que todavía no está conseguido.
Esta
tarde se celebrará una mesa redonda para conmemorar este acontecimiento que,
tanto para Granada como para otras instancias públicas con ligeras variantes
nacieron por España como una primera educación pública que intentaba dar
respuesta a necesidades que, por entonces eran perentorias porque apenas
existían y que, en este momento, siguen sin estar resueltas por completo. Hay
todavía niños y niñas de menos de 3 años que no tienen un puesto de Educación
Pública, cuando realmente lo están necesitando. Al poco tiempo de haber
comenzado, el tramo de edad de 0 a 6
años se convirtió en dos, una de 0 a 3, que quedó fuera del sistema educativo y
otra de 3 a 6 que la administración pública ha terminado asumiendo y lo ha
incorporado al sistema educativo general mientras que el 0 a 3 ha quedado más
como centros asistenciales con lo que, instituciones como es el caso de la
nuestra, aquí en Granada, trabajando para los niños de 0 a 6 años, han quedado
prácticamente como testimonios a extinguir y la escuela pública sigue sin dar
cabida a todo el sector de 0 a 3 que está volcado en la privada en algunas
instituciones públicas como ayuntamientos, cooperativas y similares o,
sencillamente en sus casas con sus familias, fuera del sistema educativo.
Mañana
espero tener el privilegio de asistir a una concentración pública, en la plaza
del Carmen, en la que pequeños y mayores que asisten a las escuelas municipales
y sus familias y conocidos o las
personas interesadas en general, tengan
el privilegio de reunirse una vez más y sigan reivindicando de los poderes
públicos una plaza de calidad para los más pequeños que la necesitan. He
quedado con mi amigo Manolo Benítez para vernos y espero contaros con más
detalle el devenir de lo que veamos, sintamos, y compartamos sobre lo que haya
significado el encuentro. Habrá tiempo de hablar de ese asunto, pero no quería
resistirme a anunciaros esta semana y casi con seguridad de lo que
continuaremos la próxima. Lo que hemos
aprendido todos: educadores, familias, ciudad…, de este sector educativo no
podremos valorarlo como se merece, por más que vivamos, pero podemos, eso sí,
pasarnos la vida agradeciendo el haber pertenecido a esta docencia y haber
contribuido desde la ciudad de Granada a este sector del conocimiento tan
necesario para las personas.