Con el
motivo de la guerra de Ucrania de fondo nos hemos detenido unas pocas semanas,
dejando ver que dentro de la guerra hay otras guerras. Hemos visto cada día con
más claridad, que en cualquier guerra las mujeres, sufren otra que no tiene
nada que ver con la que hay en los frentes donde los obuses y los cañonazos nos
muestran la cara más fea. Por el contrario, nos muestran una que mira al
futuro. Porque es el futuro el que termina dibujándose en medio de cualquier
conflicto. El conflicto un día termina y es entonces cuando interviene todo
este mundo alternativo que, mientras los del frente se mataban, se estaba
diseñando al margen. El conflicto un día termina y de él surge un mundo
distinto al que conocíamos. Eso no puede estar previsto en los planes el con
los que se fabrican los conflictos. Los combatientes que sobreviven tienen que
aprender a vivir en un mundo que no conocían y los que dejaron sus casas
volverán y traerán bajo el brazo el germen de un estilo de vida que será nuevo
para todos.
La
conmemoración del primer año del conflicto armado ha coincidido con el 8 de
marzo, Día Internacional de la Mujer. Ambos acontecimientos, la conmemoración
del conflicto armado y el 8 de marzo,
coinciden en el tiempo y se antoja insoportable la idea de que la guerra
pueda terminar sin que Rusia tenga un
resultado satisfactorio que mostrar a su pueblo, que tantas vidas humanas ha
aportado. Hemos visto cómo el mundo entero llenaba las calles reivindicando el
protagonismo femenino en la construcción del mundo, después de tantos siglos de
injusticia soportando un papel secundario mientras siguen significando la mitad
del género humano. De unos años a esta parte, el proceso de empoderamiento
femenino parece imparable y se convierte en el fenómeno revolucionario de más
profundo calado de cuantos hemos vivido hasta el momento. Quienes vivimos en el
primer mundo quizá no terminamos de darnos cuenta de que esto no ha hecho más
que empezar porque la mayor parte de los
países mantiene intactas sus costumbres ancestrales.
Dentro
de España en donde los primeros cambios son muy visibles, no faltan reacciones
masculinas que se resisten a reconocer la profundidad de las tradiciones que
nos han traído hasta aquí y mucho menos a asumir las primeras medidas que nos
señalen por dónde debe vislumbrarse el futuro. Algunas normas legales
promoviendo la paridad de las mujeres en los puestos de decisión alarman cuando,
la realidad de los cambios se resisten a implantarse de manera natural porque
las tradiciones son muy fuertes y disponen de raíces casi inamovibles. Las
primeras propuestas de que el gobierno del mundo se reparta al 50% más o menos,
puesto que ese es el porcentaje aproximado en el que la población se divide
entre hombres y mujeres. El resultado de tantos siglos hasta el día de hoy no
da resultados muy alentadores. En las propuestas de cambio que se proponen pueden
cometerse errores pero tendrá que ser el tiempo el que nos los muestre y. si
llega el caso, se corregirán.
Lo que me parece completamente imperdonable es que la desconfianza ante posibles excesos y hasta errores que nos depare el futuro, la consecuencia haya de ser el apego a una tradición manifiestamente injusta que durante siglos y siglos hace que la mitad de la población haya de seguir sometida a las imposiciones de la otra mitad. El resultado es tan imperdonable que la cultura en la que nos movemos se fundamenta en principios que nunca han ampliado una cultura que rebase más de la mitad de la inclusión de quienes la diseñan y quienes la implantan. No es posible mantener un mundo como el que tenemos mientras la mitad de quienes lo vivimos está excluido de su gobierno y sus consecuencias, que nos afectan a todos, nos mantienen con unas cotas e empobrecimiento insoportables. Las consecuencias de los cambios que nos esperan no pueden ser propiedad de nadie porque sus consecuencias nos afectan a todos y han de surgir con la participación de todos.
Así es.
ResponderEliminarTal cual.
Gracias por todo amigo querido y tan añorado.
Besos grandes.
Eres cada día más sabio.
Da gusto leerte.
Ojalá podamos vernos.
No pierdo la esperanza.
Y que sea muy pronto.
Besos 😘 .
Feliz domingo