Lo que
está pasando en el mundo con el COVIT 19
es una revolución de consecuencias que en este momento no somos capaces de
calibrar. Esta pandemia nos tiene atrapados y estamos luchando como locos por
salir de ella de la mejor manera posible, pero eso, con ser dramático no es más
que la primera parte. Los que conocen las guerras siempre dicen que lo peor no
es la guerra en sí sino la terrible y larga posguerra en la que hay que reconstruirlo
todo de nuevo, no hasta ponerlo como estaba, que es imposible, sino hacer que
podamos vivir de nuevo en aquel espacio que conocimos antes del conflicto y que
ya nunca será el mismo. No quiero caer en ningún tipo de derrotismo porque la
vida siempre es más fuerte que cualquier guerra o que cualquier virus pero sí
creo que es importante saber en qué estamos metidos y tomar conciencia de las
dimensiones de lo que estamos atravesando. No puedo dejar este tema sin tener
un recuerdo especial a los 60 millones de refugiados que pululan por el mundo
sin una patria que los acoja. ¿Cómo verán ellos el virus? ¿Estarán
contagiándose?¿A dónde podrán acudir para hacerse un test?¿Tendrán mascarillas
o tendrán que pedirlas a China también?¿para qué querrán ellos las
mascarillas?.
No
quiero seguir con las preguntas aunque me pasaría toda la mañana preguntando y
preguntándome. Hoy quiero centrarme en el encierro porque, con más o menos
intensidad, de un encierro se trata. Y quiero centrarme concretamente en uno de
esos apartamentos de unos 50 metros, en el que vive alguien: un padre, una
madre y dos hijos. Uno concretamente de dos años. Voy concretando y me voy
poniendo nervioso porque me doy cuenta de la cantidad de supuestos que me dejo
en el tintero. No quiero pensar ni por un momento en quienes disponen de
espacio y hasta de un jardín para vivir el suplicio. Lo siento también por
ellos, pero me quedo con mi propuesta. ¿Habrá estado sola la pareja alguna vez
tanto tiempo seguido? ¿De qué hablarán? Si discuten…, qué pasa. ¿Dónde se
aíslan si uno quiere estar sólo? ¿Se acuestan los cuatro a la misma hora? Y
miles y miles que se me quedan colgando porque no quiero agobiarme ni agobiaros.
Desde
que empezó esta historia fue en lo que pensé. Será deformación profesional o no
sé lo que será pero se me viene a la cabeza qué hace una persona de menos de
tres años en un espacio minúsculo, junto a su familia las 24 horas del día
cuando lo que tiene que hacer en la vida es conseguir el más completo
desarrollo muscular a base de moverse de todas las formas posibles. Si no se
mueve es como si se muriera muscularmente hablando pero si se mueve seguro que
estará molestando todo el tiempo porque el resto de la familia ya no está en
ese momento vital. La persona músculo como podríamos llamarla, no puede hacer
otra cosa porque es su momento. No tendrá otro en el que su cuerpo esté tan
necesitado de movimiento y es ahora cuando está mejor dotado para correr de acá
para allá y subirse y bajarse de cualquier sitio que pueda. Todos tenemos
límites en la vida para cualquier cosa pero cuando todo tu cuerpo te está
pidiendo actividad porque es su momento y tienes que prescindir porque no hay
espacio y porque molestas, ¿qué?.
Cada
uno elige sus fantasmas y yo me he centrado en estos dos porque he querido. Los
refugiados en general que, curiosamente, han desaparecido del mapa como por
ensalmo. Parece como si el maldito COVIT
19 hubiera resuelto el problema de un plumazo o los hubiera devuelto a sus
hogares de los que ninguno quiso salir en realidad. Se han acabado casi todos
los problemas como por arte de magia. Un problema se acaba cuando se pone
encima otro de mayores dimensiones. Ahora no vemos más que coronavirus. Como si el mundo se hubiera acabado tal como lo
conocíamos y ahora no hay más que resolver esta urgencia que nos está
cambiando. Quiero seguir recordando a las personas que acaban de llegar a la
vida, a esta vida concreta, y que lo primero con que se encuentran es con un
corsé de semejante tamaño que les dice que no pueden moverse más allá de unos
metros porque molestan. Como si este mundo no fuera también de ellos.