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domingo, 8 de marzo de 2020

CONSTELACIÓN


         En mi segundo curso de estudios pedagógicos ya estudiaba que en la historia de cada persona se sintetiza la historia del género humano. Aquello sonaba fuerte. Otro nos hacía saber también que no hay nada nuevo bajo el sol, que puede tener un significado parecido y hasta un tercer aldabonazo se concreta en que soy humano y nada de lo humano me resulta extraño. Podríamos seguir si nos seguimos estrujando el magín pero tampoco creo que sea nuestro objetivo hoy. Con lo recogido podemos disponer de pilares suficientes como para darnos cuenta de que una persona que nace es mucho más que una individualidad aislada. En su configuración andan sintetizados siglos de ciencia que le van a llegar por mil caminos distintos de modo que no será lo mismo alguien que ha nacido esta mañana que otra persona que nació hace unos siglos. Todo un bagaje cultural se arrastra de oficio y llegamos a este mundo con una mochila que no es exactamente nuestra como individualidades sino como miembros de una especie. Cabría afinar para discernir qué traemos y qué aprendemos, pero ese es el enigma que, hasta el momento, nadie ha logrado dilucidad con claridad.

         El enigma de cada uno con su especie se complica un poco más si nos ceñimos a cada persona con su contexto más cercano. Más claro todavía. Dos personas que nacen, una al lado de la otra, pueden ser muy distintas desde el momento en que para hacerse presentes en este mundo sus particularidades pueden ser radicalmente distintas. No resulta difícil entender que un nacimiento de una madre de 15 años que fue concebido urgentemente en un cuarto de baño con un alto nivel de alcohol en los cuerpos de sus progenitores tiene enormes diferencias con otro nacimiento largamente deseado, que se produce como resultado de un profundo deseo de sus familias y que se le espera con ansia. A cualquiera le queda claro las enormes diferencias previas entre un nacimiento y otro pero tampoco podemos pasarnos de listos pensando que sabemos lo que no sabemos. Nadie puede derivar de estos mimbres tan distintos que los resultados van a ser unos u otros porque no hay garantía de que dos más dos vayan a ser cuatro en todos los casos.

         He llamado constelación a este artículo para dejar claro que hay todo un conjunto de influencias que rodean a cada ser humano desde el mismo momento en que viene a este mundo y que van a determinar en una medida su evolución futura. Esto no creo que nadie se atreva a negarlo. Pero tenemos que andar con tiento porque siendo cierto lo que acabamos de decir tenemos que ser muy prudentes en lo que podemos seguir diciendo. Hasta el momento no es posible seguir más allá porque la vida es tan rica que hace que cualquier cosa tenga su posibilidad de existir, tanto si nace con muchas probabilidades como si no. Claramente es posible que alguien que ha nacido entre algodones termine siendo un bala perdida como que quien nació de una noche loca termine siendo una persona sensata y con criterio. Es verdad que también hay que señalar que no tienen las mismas posibilidades uno que otro porque los condicionantes son muy distintos y empujan en direcciones, si no contrarias, al menos divergentes.

         Podríamos unir factores de género, hoy que es el DIA DE LAS MUJERES para complicar un poco más el puzle de la vida y tendríamos razones para ello. Las mismas que hemos explicado en los dos casos anteriores podríamos añadirle si es un niño o una niña quien acaba de nacer. Todo esto que antecede me lleva a darme cuenta de que cada nueva vida es una historia individual frente a quien quiera hacer que todos seamos lo mismo, que no faltan, si bien es verdad que hay toda una serie de componentes que todas las personas que venimos al mundo traemos por el hecho de ser personas y nos diferencias de otros seres vivos con los que compartimos el mismo mundo. Nuestra ciencia no es capaz de ir, hoy por hoy,  mucho más allá lo que hace que tengamos que ser suficientemente humildes para aceptar lo que la vida nos ofrece y seguir aprendiendo porque los enigmas siguen en pie y nos siguen condicionando.  

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