Después
de todo este marzo de riego que nos ha resuelto el gravísimo problema de sequía
que veníamos padeciendo, podemos respirar con cierta tranquilidad, al menos, un
año más. Aunque le situación ha mejorado bastante, no podemos olvidar que la
cuenca mediterránea, a pesar de haber aumentado sus reservas, todavía se
encuentra lejos de la tranquilidad. Sería adecuado que, aprovechando esta
mejora coyuntural, tomáramos cartas en el asunto y nos dedicáramos a dotar de
un aumento de agua dulce a esta importante zona del país, bien dotando a la
zona de alguna desaladora más, porque en ese espacio viven bastantes millones
de personas y parece que el déficit hídrico que sigue manteniendo, tiene cierto
carácter estructural. No parece muy razonable que, una vez que disponemos dc
cierto respiro por el importante aumento de las reservas, nos dediquemos de nuevo a olvidar nuestras
carencias y, a la vuelta de la esquina, estemos de nuevo sacando los santos a
la calle reclamando agua, como si este asunto pudiera resolverse con rogativas.
Por lo
visto se está estudiando cambiar la Semana Santa, ponerla en unos días fijos y
que no dependa del año lunar. Las propuestas se encaminan a la segunda semana
de abril, pero las estadísticas desmienten la idoneidad de la nueva fecha
posible porque los datos indican que abril es el mes más lluvioso del año y los
riesgos de que se mojen las procesiones podrían ser más altos que los de este
año, por ejemplo. También hay que considerar que le Feria de abril se produce
en la última semana del mes y apenas quedarían días libres entre el fin de la
Semana Santa y el comienzo de la Feria. Seguramente este posible cambio de
fechas se quede en nada porque las dificultades no parece que fueran a disminuir si se produjera. Por otra parte, en
años como este, a pesar de lo que digan las estadísticas, será difícil que en
abril vaya a llover más de lo que lo ha hecho en marzo. Quizá sería más sensato
no andar moviéndonos tanto al ritmo de las coyunturas y dotar a las zonas más
proclives a la sequía, ahora que podemos respirar, al menos por unos meses más.
Tampoco
me parecería una temeridad dotar de acueductos estratégicos amplias zonas del
país que ahora están desembalsando agua porque los embalses se encuentran por
encima de los niveles de seguridad y desplazando esos excesos hacia las zonas
que, a pesar de haber mejorado sus niveles de reserva, todavía se encuentran
por debajo de lo que sería recomendable. Resulta un poco vergonzoso estar
reflexionando sobre la conveniencia de dotar de mayor reserva de agua las zonas
que más adolecen de ella, pero es que parece que tenemos los problemas delante
de nuestros ojos, y este de la carencia de agua lo es, y nos dedicamos a mirar de soslayo y no centrarnos en que
este problema requiere una solución decidida, Creo que no es arriesgado
considerar a toda la zona del Mediterráneo como más cercana al desierto que el
resto y, por tanto, más necesitada de garantizar las reservas que precisa para
su consumo, antes de que se nos eche encima una nueva crisis como la que
acabamos de vivir y todavía nos colea.
No sé a qué dios tendríamos que agradecer que hace un mes, una serie de humedales se encontraran completamente secos y en estos, momentos nos encontremos con la reserva de agua precisa para que los animales dispongan de lagunas suficientes para cubrir los descansos en los largos desplazamientos migratorios o sencillamente para que puedan revolcarse a placer y gozar del líquido elemento. Cuando hace un mes esos suelos se veían completamente cuarteados y pidiendo humedad a grito pelado. Lo primero que debemos es agradecer a marzo que haya propiciado ese cambio de situación tan significativo que nos permite al menos un año más de tranquilidad, a ver si mientras tanto, nuestra memoria despierta y se pone en marcha para resolver los problemas pendientes que la sequía deja por resolver en las zonas que han quedado más desabastecidas.
Amén a todo lo que dices...
ResponderEliminarBendita agua.
Aquí, apenas unas gotas, pero se agradecen.
Ojalá lloviera mucho más y con algo de intensidad, aunque si no fue en marzo, será difícil a partir de ahora.
Resignación...
Un enorme, pero bien enorme abrazo, amigo querido.
Cuídate mucho, sí?
Un mes y la situación ha cambiado radicalmente menos el corredor mediterráneo que, aunque ha mejorado, no llega a tanto. Recibo ese abrazo y lo comparto contigo. Salud
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