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domingo, 20 de octubre de 2024

INMIGRACIÓN


         Hay muchas miserias a nuestro alrededor por las que deberíamos sentirnos avergonzados y que merecerían una profunda reflexión, con la finalidad de cambiar nuestra manera de encararlas. Me ha parecido hoy centrarme en la inmigración  porque nos afecta a todos en algún momento. Acabamos de conocer que la señora Meloni, presidenta del gobierno italiano acaba de recibir un varapalo de la justicia de su país porque cuando parecía que  había descubierto la pólvora y más de media Europa se las prometía felices por haber resuelto el problema de la inmigración, ese cortijo en medio de la nada que había comprado en Albania en el que pretendía recluir cientos de ilegales, se le ha venido abajo en cuanto han llegado los 16 primeros. Después de haberse gastado un dineral, la justicia le obliga a devolver a Italia a los 16 encerrados y no sabemos más porque acaba de suceder y sólo conocemos que la jaula de oro albanesa se acaba de quedar compuesta y sin novios, por el momento. Y 17 países europeos que pretendían seguirle los pasos, con la boca abierta, queda a la espera de una nueva genialidad que aleje a los pobres de África, que estorban en todos sitios.



         En España tenemos un problema particular con los africanitos menores, que también llegan, y encima solos,  y la ley no nos permite prescindir de ellos, sino que nos obliga a acogerlos y a cuidarlos. Como andamos tirándonos a la cabeza cualquier argumento posible entre izquierdas y derechas, lo que hacemos es abandonar a Canarias, que es quien los recibe, y que se las apañe como pueda. Si esto del abandono hasta nueva orden es dramático, las ideas de utilizar el aeropuerto  Don Quijote de Ciudad Real, para hacer algo parecido a lo de la señora Meloni en Albania, pero en España. A su presidente, Emiliano García Page, que siempre está a la que salta contra el gobierno de Sánchez, le ha faltado tiempo, esta vez con razón, para decir que nadie le ha consultado y que el proyecto es ilegal y no se puede hacer. La ministra se escabulle con la excusa de que era sólo una idea  entre muchas otras y que seguirán buscando propuestas.



         Tanto con los menores como con los mayores, más conocidos como ilegales, vamos manteniendo marginados a los que llegan en cayucos, que, aunque sean muy vistosos, son una acusada minoría que estorban a donde llegan. Con la invasión de Ucrania recibimos muchos más ucranianos y todo el mundo lo vio bien. Yo también. En el caso de España en concreto, se nos cuelan por el aire miles y miles de latinos y ya han creado ellos solitos todo un sector laboral de cuidados de mayores, de limpieza y de camareros y nadie protesta. Yo tampoco. Por lo que sí protesto es por la hipocresía  general que pretende discriminar entre unos y otros, cuando lo que los diferencia no es más que el color de su piel o su religión, pero en vez hablar con claridad, nos enrocamos en argumentos ficticios y tratamos de hacer lo blanco negro para despreciar a los que nos llegan de África y miramos para otro lado con los de Ucrania o Latino América.



         Imposible dejar de recordar a más de 500000 españoles que llegaron al sur de Francia al final de nuestra guerra civil y fueron recibidos en campos de concentración y con una hostilidad manifiesta. No así otros muchos miles de españoles que llegaron a América a buscarse la vida, huyendo de su situación miserable. Muchos de ellos se convirtieron en  indianos,  los menos,  cuando volvieron a sus lugares de origen con el bolsillo caliente. De Irlanda, por ejemplo, podríamos decir algo parecido. Hoy, la presencia de San Patricio, su patrón, es pública y notoria en Nueva York, por ejemplo. Así podríamos seguir hasta cansarnos para concluir que la inmigración y la emigración son fenómenos universales que fluctúan de un lugar a otro dependiendo  de las condiciones concretas que se producen en determinados lugares.  Todos las hemos vivido más o menos y necesitamos un poco de memoria para saber que hoy formamos pare del primer mundo pero que no siempre las cosas han sido así y que también fuimos algún día buscando quien nos acogiera. La historia está sujeta a muchos vaivenes y todos participamos de ellos en un momento o en otro.   



6 comentarios:

  1. Estoy contigo, esta diferencia entre a estos los quiero y a estos no, es realmente preocupante y rastrera. Qué pronto se olvida nuestra descendencia de emigrantes que tuvieron que salir de España por uno u otro motivo.

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  2. Buenos días amigo, tú siempre tan certero. Un abrazo

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  3. Guapo, que más pudiera yo anotar si no hay nada diferente en esta lejanía; un pueblo tan pequeño pero los nacimientos de inmigrantes suceden a diario desde hace 4 años, y me refiero a que no hay más dónde acogerlos, imaginate que educación en la escuela donde un docente hace lo que puede y nada más, el rezago es una desdicha, la salud es mas tragica que nunca, los vicios y la vagancia ...etc.. y sí, a todos nos toca un poco de esta fatalidad.

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  4. Buena música, me toca la cumbia

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