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domingo, 9 de septiembre de 2018

COMIENZO



         En los últimos días hemos oído que los poderes públicos van a invertir en Escuelas Infantiles de 0 a 3 años para ampliar la red pública. Nadie nunca pidió que hubiera plazas públicas para todos los pequeños. Como mucho para los que demanden. La oferta no superó en ningún momento el 20 por ciento. Ahora puede aumentar algo porque parece que se ha tomado en serio esta necesidad social que no debe ser muy apremiante electoralmente. Bienvenido sea y veremos en qué se traduce al final. El mundo al revés. En los primeros años de la vida que es cuando se ventila lo esencial de cada persona, inversiones cicateras y muy por debajo de las necesidades. En los estudios superiores, cuando las personas disponen de facultades para defenderse por sí mismos, ahí la gran inversión. Nada en contra de la última pero sí mucho en contra de la falta de sensibilidad y de visión a largo plazo por la cicatería de la primera.

         Esta semana comienza el curso en los niveles elementales y la prensa nos ofrece secuencias que pretenden ejemplificarlo a base de imágenes que indefectiblemente nos muestran a pequeños llorando a grito pelado o agarrados a una pierna que, aunque no se vea la cara adulta, desde luego se supone que corresponde a su padre o a su madre. Y parece que con eso todos quedamos informados de lo que se está tratando. La visión no puede ser más desoladora. Como si a los menores se les estuviera empujando para que entraran en centros de tortura que ellos suponen o saben y a los que se niegan con todas sus fuerzas a acceder. Una vergüenza más y una muestra inequívoca de insensibilidad por parte de los adultos y del sistema. No tiene por qué ser así y hay formas, doy sobradamente  fe, de que los pequeños pueden desear la escuela, los posibles amigos que van a encontrar y una manera de crecer que la comunidad escolar les va a ofrecer que en la  familia es sencillamente imposible.

         En los equipos de trabajo en los que he participado a lo largo de toda mi docencia cualquier miembro ha ejercido su actividad sin jerarquización alguna y con relación a los pequeños con la conciencia de que cualquier actividad tenía y tiene todo el valor educativo como para que haya que poner los cinco sentidos profesionales para llevarla a la práctica en las mejores condiciones. He visto en la prensa que hay centros en los que se llama por teléfono  las familias para que vengan a recoger a sus pequeños y les cambien la ropa cuando se hacen sus necesidades encima. En los primeros años sé que es imposible porque los centros disponen para mi vergüenza de personal auxiliar dedicado a esos menesteres. Nunca hemos dividido nuestro trabajo de ese modo y en nuestros equipos cualquiera ha cambiado los pañales cuando le ha correspondido, con la conciencia de que estaba realizando un acto tan educativo como cuando nos hemos paseado por el barrio.

         Los profesionales deberíamos mirar un hacia dentro y contemplar nuestra misión como una aportación global hacia los pequeños que no entienden de barcos y que nos harán un día a toda la sociedad pagar muy caro las consecuencias de haberlos metido a rastras el primer día de escuela porque nadie les ha explicado a dónde van y las maravillas que se van a encontrar en ese espacio inmenso que los espera. Y no digo nada lo que tardará en quitarse de la cabeza la secuencia del niño que espera en un rincón mientras todos lo miran como un apestado, a que alguien de su familia llegue a la clase para cambiarlo de ropa porque no ha controlado sus esfínteres, como si las personas responsables de su educación y cuidado no encontraran digno de su trabajo cambiar de ropa a alguien que se ha manchado porque está en sus primeros años y el hecho de que sus esfínteres no se controlen al cien por cien entra dentro de la normalidad. ¡Cuánto nos queda por aprender!.


3 comentarios:

  1. Y a este paso, poquico mas aprenderemos....
    Pero no nos rendiremo!!!!😀

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    1. Creo que tenemos la obligación de seguir llamando al pan, pan y al vino vino para que quien quiera escuchar pueda hacerlo y actuar en consecuencia. Un beso

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  2. Realmente interesante ...

    Saludos
    Mark de Zabaleta

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