Sánchez,
a Aagesen en las horas críticas del apagón: “Sara, háblanos en castellano”
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Los técnicos de Red Eléctrica entraron
en shock cuando el presidente se plantó en sus instalaciones. “Quiero
información ya”, les urgió en una segunda visita durante la madrugada del
martes. Ordenó que la prioridad fuera restablecer el suministro e informar a la
opinión pública, pero sin dar una estimación de la hora en que regresaría la
electricidad por si no podían cumplirla. “Entre 6 y 10 horas” fue lo primero
que soltó el director de Servicios de la compañía desoyendo la recomendación
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— Los cinco segundos y tres “errores en cadena” que
desencadenaron el gran apagón
Pedro Sánchez preside la reunión del
Consejo de Seguridad Nacional el día del apagón. Pool Moncloa
3 de mayo de 2025 21:49 h
Actualizado el 04/05/2025 05:30 h
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Siguiendo
A las 12.40 del lunes 29 de abril España y
Portugal se fueron a negro y en El ala oeste de La Moncloa
aseguran que nadie perdió los nervios durante las horas críticas. El
Gobierno de Pedro Sánchez está entrenado en crisis sobrevenidas. Tras afrontar
la gestión de una pandemia, un volcán en erupción, las consecuencias de una
DANA, la guerra en Ucrania o la Filomena, los protocolos de gestión de crisis
están sobradamente ensayados. Otra cosa es la percepción ciudadana. La crítica
de la oposición. Y si la experiencia es un grado, a ojos de los expertos o de
según qué opinión publicada.
Lo que sigue es una
reconstrucción de cómo se vivió en el Gobierno el apagón que dejó al país sin
luz ni telecomunicaciones durante horas, a tenor de los testimonios directos
que elDiario.es ha recabado entre ministros, jefes de gabinete y secretarios de
Estado. No están todos, pero sí gran parte de los que integran la cápsula
monclovita que gestiona un trance que nadie vio venir. Ni el Gobierno ni las operadoras
ni Red Eléctrica ni los millones de ciudadanos que experimentaron estupefactos
un viaje al pasado de la era analógica que permanecerá en el recuerdo colectivo
durante años.
“Tenemos una emergencia nacional”
En el instante en el que se
produjo el apagón, el presidente del Gobierno está reunido con su homólogo de
Chipre, Nikos Christodoulides. Diez minutos más tarde, le pasan una nota para
comunicarle que su jefe de gabinete, Diego Rubio, necesita que salga con
urgencia. “Entiendo que no me sacas de la reunión para darme buenas noticias”,
le espetó al abrir la puerta y encontrarse con su mano derecha. Así era.
“Tenemos una emergencia nacional, una caída a cero del suministro eléctrico”,
le soltó sin más preámbulos Rubio.
Desde Red Eléctrica ya habían
comunicado a Presidencia el apagón masivo. No sabían la causa, pero aseguraban
que ya trabajaban en la recuperación del servicio. Los datos reflejaban que,
hasta el momento del apagón, la demanda programada era de casi 25.000
megavatios (MW) y, que sin embargo, la real se situó en poco más de 10.000. Es
decir, 15.000 megavatios se habían esfumado sin dejar rastro. A partir de ese
momento, todos los aparatos del país conectados a la luz dejaron de funcionar,
salvo en Baleares y Canarias.
Reunión extraordinaria del Consejo de
Seguridad Nacional en Moncloa, dos días después del apagón eléctrico registrado
en toda la península ibérica EFE/ Fernando Calvo/Pool Moncloa
Una hora antes y, tras la
habitual reunión de los lunes con su equipo más cercano, el presidente había
recibido otra pésima noticia: la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz
había dictado un auto con el que daba el primer paso para sentar en el
banquillo de los acusados a su único hermano, David
Sánchez, por la supuesta adjudicación irregular de un puesto de alta
dirección en la Diputación pacense en 2017 y la posterior adaptación del cargo
a sus necesidades. Abril es el mes más cruel, escribió el poeta y Pedro
Sánchez debe de estar muy de acuerdo, a tenor de lo que vivió el de este 2025 y
el de 2024, que le llevó a tomarse un kit kat para decidir si seguía o no en el
cargo.
Una Malla
B de telefonía encriptada
Los lunes son para el Gobierno
un día en el que se perfila la estrategia de la semana en los diferentes
comités de dirección y por eso casi todos los ministros, con alguna excepción
–a Óscar Puente le pilló la noticia en AENA reunido con el comisario europeo de
Transportes– se encontraban en sus dependencias habituales. Este extremo
facilitó que Sánchez pudiera comunicar rápidamente con ellos para citarlos en
La Moncloa, ya que el complejo presidencial y los ministerios están
conectados por lo que se conoce por la “Malla B”, un sistema fijo de telefonía
encriptado que aumenta la resistencia de la red en caso de que falle un nodo o
una conexión.
El atasco
para regresar a Moncloa desde Red Eléctrica
Pasadas las 13 horas, casi
sobre la marcha y ante la falta de respuestas de los responsables de Red
Eléctrica, un Sánchez “frío, sereno y en estado puro”, describen quienes
estaban allí, decide plantarse en las instalaciones de la empresa que
transporta la energía eléctrica desde los puntos de generación hasta la red de
distribución para exigir in situ la información. Hasta allí se desplazan
también la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara
Aagesen; el titular de Transformación Digital, Óscar López; el de Transportes,
Óscar Puente; el de Interior, Fernando Grande-Marlaska; la de Defensa,
Margarita Robles; el de Economía, Carlos Cuerpo, el director de la oficina
económica de La Moncloa, Manuel de la Rocha y Diego Rubio.
“La tensión por la falta de
respuestas era evidente”, asegura uno de los presentes, que recuerda de este
modo la primera conversación entre Sánchez y la presidenta de Red Eléctrica,
Beatriz Corredor:
–¿Cuál ha sido la causa?
–No sabemos.
–¿Cómo? ¿Cuánto se tarda en
restablecer el suministro?
–Estamos haciendo
comprobaciones, pero no sabemos el motivo, sólo que han desaparecido 15.000
megavatios. Aproximadamente, entre seis y diez horas.
Un miembro del gabinete
recuerda que las caras de perplejidad de los presentes y el estado de shock de
los técnicos eran notables por la situación inédita y por la profusión de las
explicaciones técnicas. Sánchez ordenó que la prioridad debía ser restablecer
el suministro e informar inmediatamente de lo ocurrido a la opinión pública,
pero sin dar una estimación de la hora en que regresaría la electricidad a los
hogares por si no podían cumplirlo. “Entre seis y diez horas” fue lo
primero que soltó Eduardo Prieto, director de Servicios de Red Eléctrica,
desoyendo la recomendación del presidente cuando compareció a las 14.30 y habló
de “una oscilación muy fuerte en los flujos de potencia” de las redes y de “la
desconexión del sistema eléctrico español del europeo” que llevó al colapso y
el consiguiente apagón generalizado. La presidenta de Red Eléctrica, Beatriz
Corredor, no compareció y Prieto volvería a hacerlo sobre las nueve de la noche
con el director de la Oficina Económica de La Moncloa, Manuel de la Rocha,
instalado en la sede la empresa, que no abandonaría hasta casi las 5 de la
mañana, ya con el servicio restablecido al 99%.
Mientras el coche del
presidente regresaba a La Moncloa en medio del gran atasco que registraron las
principales carreteras de acceso y salida de Madrid, Sánchez convocó para las tres de la tarde la primera de
las seis reuniones que en 36 horas celebró el Consejo de Seguridad Nacional. Ninguna
de ellas tuvo lugar en el búnker de La Moncloa, sino en la sala de reuniones
contigua a su despacho. Allí pidió primero un mapeo a los ministerios de la
situación de sus respectivos ámbitos (transportes, comunicaciones, seguridad,
ciberseguridad, hospitales…). La experiencia de la DANA, en el caso del
Ministerio de Puente, facilitó parte del trabajo, ya que el ministro
mantenía aún abiertos los chats que abrió durante la tragedia de Valencia para
intercambiar información con delegados del gobierno, subsecretarios y
presidentes de las empresas públicas. Es en ese momento cuando Sánchez ordena
prioridades a sus ministros, tras obtener de fuente directa el control de daños
y comunica a su equipo que comparecerá personalmente a las 6 de la tarde, como
si la “tenebrosa sombra de Mazón y su desaparición durante las horas críticas
de la Dana planeara en sus pensamientos”.
El tren
atrapado en el túnel de Pajares
Para entonces ya sabían que más
de 30.000 personas estaban atrapadas en trenes por toda España y que el peor
situado para el rescate fue el que quedó parado en el túnel de Pajares, en
Asturias, a ocho kilómetros de la salida. El sistema ferroviario fue el que más
preocupación despertó, ya que puertos y aeropuertos pudieron funcionar con
total normalidad. De hecho, por razones de seguridad, se decidió cancelar un
20% de los vuelos y, finalmente, sólo un 8% de los programados no pudo
despegar.
“¿Nos
puedes explicar qué es venirse a cero?”
El ministro del Interior
desplegó en menos una hora un operativo con más de 30.000 agentes de Policía y Guardia Civil durante la
emergencia, pero si algo se ha puesto en valor internamente
en el Gobierno, además de la proeza del restablecimiento del suministro en 14
horas o la reducción del índice de delincuencia en un 40%, ha sido la alta
capacitación de la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica,
en quien Sánchez ha delegado el peso técnico de la crisis. El presidente, de
hecho, está convencido de que el perfil de esta ingeniera química de profesión
que fue antes secretaria de Estado de Energía es el más apropiado para
transmitir “seguridad y conocimiento a la ciudadanía en estos momentos de
incertidumbre”, aunque no tenga desarrollado aún el registro político.
De hecho, tan profusas y llenas
de tecnicismos fueron las explicaciones sobre el funcionamiento de la red
eléctrica en la primera reunión del Consejo de Seguridad Nacional que el
presidente tuvo que invitarla a que hablara para los legos en la materia.
“Sara, por favor, háblanos en castellano para que lo entendamos”, le espetó.
“¿Nos puedes explicar qué es venirse a cero?”, le apostilló en otro momento de
su exposición inicial mientras la vicepresidenta encadenaba términos como
“energía síncrona” o “ciclo combinado”.
Antes de esa primera reunión
del Consejo de Seguridad Nacional (CSN), Sánchez habló telefónicamente con el
ministro marroquí, Aziz Ajanuch; el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el
presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski; el presidente del Consejo Europeo,
António Costa; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el
primer ministro de Portugal, Luís Montenegro; el jefe de Estado, Felipe VI y el
secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
Tardó en comparecer por primera
vez ante la opinión pública, sí, cinco horas y media, lo que dio pie a que la
oposición hablara de otro apagón –el informativo–, de la falta de
explicaciones e incluso de la asunción de responsabilidades. Pero en su equipo
defienden que “estuvo al mando, estuvo donde correspondía y en menos de 24
horas compareció en tres ocasiones con la escasa información que le
proporcionaba Red Eléctrica”.
La única
licencia para la carcajada: un bulo
La situación era grave y ya
circulaban algunos bulos que desatan la histeria entre ciudadanos que acuden en
tropel a cargar alimentos, pilas, transistores y papel higiénico a algunas
grandes superficies que mantenían sus puertas abiertas. Entre los “cazabulos” que trabajan en
Moncloa leyeron en un presunto medio de comunicación una información sin firma
que atribuía el episodio a Argelia. Fue el único momento donde en La Moncloa
sucumbieron a la mofa y se concedieron licencia para la carcajada.
En la primera reunión del CSN,
Sánchez ya informó a su equipo que había intentado sin éxito hablar hasta en
dos ocasiones con el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, que se
encontraba en Valencia en el Congreso de los populares europeos. Indicó por
ello al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, que informara de la situación
al portavoz parlamentario del PP y al resto de grupos, como así fue. Cuando
Tellado habló con Bolaños era consciente de que Feijóo estaba incomunicado como
el resto de los españoles.
Durante su comparecencia, Sánchez no descarta ninguna hipótesis y
anuncia que el Gobierno llegará al fondo del asunto pero sigue sin tener
explicaciones de por qué un supuesto sistema infalible que es la envidia de
Europa ha fallado estrepitosamente y “la información que reclama le llega a
cuentagotas”, se queja otro ministro del gabinete de crisis satisfecho de que
“todos los mecanismos estuvieran engrasados de otras tantas crisis
sobrevenidas” desde que Sánchez está en el Gobierno.
La batalla
por librar las indemnizaciones
Cuando el presidente vuelve a comparecer
ante la opinión pública sobre las 23.00 horas del lunes, el suministro ha
vuelto a gran parte de España, pero las dudas y la inquietud persisten en el
Ejecutivo. Ya hay plena conciencia de la batalla que operadoras y Red Eléctrica
están dispuestas a librar para eludir la asunción de responsabilidades y, sobre
todo, el pago de las multimillonarias indemnizaciones.
La situación del suministro ya
es otra, pero Sánchez decide trasladarse de nuevo a las instalaciones de Red
Eléctrica insatisfecho y “muy cabreado” por los escasos datos que le facilitan.
Allí permanece hasta pasadas las dos de la madrugada y le acompañan las
vicepresidentas primera y tercera, el ministro de Transformación Digital y su
jefe de gabinete.
El tono del presidente en esta
segunda visita “fue tremendamente duro” con los directivos de la empresa.
Corredor seguía sin aparecer en público, pero las explicaciones privadas
tampoco convencían. “Quiero información y la quiero ya”, requirió el presidente
a los directivos de Red Eléctrica. “Que fallen 35 centrales eléctricas en cinco
segundos tiene que tener alguna explicación”, añadió. Algunos directivos del
sector ya habían reclamado la asesoría de sus equipos jurídicos y las
operadoras privadas se resistían a facilitar datos al Gobierno. Uno de los
debates técnicos que se libró es si el Ejecutivo podía entrar o no directamente
en el sistema informático de Red Eléctrica.
En el Ejecutivo siguen hoy sin
descartar ninguna hipótesis y, aunque “no hay un sólo indicio de un
ciberataque”, según varios ministros, esa puerta no está tampoco cerrada, si
bien todo apunta a un fallo sistémico ante el que la red de distribución “no
pudo reaccionar”. El porqué está aún por aclarar. Hay varias investigaciones abiertas, una de ellas en la
Audiencia Nacional y otra en la Comisión Europea, pero los
millones de datos de las operadoras y de Red Eléctrica que ha recibido el
Gobierno no aportarán luz en un horizonte inmediato. Más bien hablaríamos de un
plazo de entre tres y seis meses, según la estimación de Bruselas.
Pero en cuestión de tiempos, no
hay sincronía entre lo político y lo técnico. La oposición quiere saber ya, y
esta semana ha preparado una batería de preguntas dirigidas a la vicepresidenta
tercera y ministra de Transición Energética en el Congreso y en el Senado. El
presidente comparecerá además el miércoles en la Cámara Baja. “Será una
verdadera prueba de fuego para Sara [Aagesen] en quien el presidente tiene
plena confianza y anima a que explote su formación técnica en sus
comparecencias porque es señal de conocimiento y competencia”, responde un
ministro a la pregunta sobre si las explicaciones de la ministra son
inteligibles para la ciudadanía.
Si el PP esperaba igualar la
gestión de la DANA que hizo la Generalitat Valenciana con la que el Gobierno
está haciendo del apagón “pincha en hueso”, según palabras del equipo de
Sánchez, para quien más allá de que aún se desconozcan las causas del incidente
la ciudadanía ha visto “quién sí y quién no tiene al frente de las crisis a
equipos competentes y a dirigentes que están donde tienen que estar, dan la
cara y toman las riendas de la situación desde el primer momento”.
“Una
cabeza de turco fácil”
Cuestión distinta es que la
apuesta de este Gobierno por las renovables esté en el punto de mira, que el
apagón haya reabierto el debate sobre el mantenimiento de las nucleares o que
una empresa semipública como Red Eléctrica con un 80% de accionistas privados
haya estado o no a la altura. Beatriz Corredor, que descarta su dimisión, es
para varios ministros que recelan de su actuación “una cabeza de turco fácil”,
si bien admiten que su continuidad al frente de la compañía dependerá de la
colaboración que esté dispuesta a prestar en los próximos días para esclarecer
la situación. De momento, en La Moncloa a nadie le consta que Sánchez esté
pensando en un relevo, aunque sepa que “su análisis como el de las operadoras
privadas será sesgado” por lo que hay en juego, que son las diferentes cuentas
de resultados. El motivo: aquí todos son parte y se pasan la pelota
constantemente entre unos y otros por el impacto económico del incidente.
Pero si algo ya tienen
interiorizado en el Gabinete de Sánchez es que en estos tiempos la gestión de
crisis es una parte integral de la acción de gobierno. Y, también, bromea un
asesor del presidente, que las películas de ciencia ficción “están equivocadas
porque todas trasladan el hecho disruptivo de que cuando falla una pieza básica
[en este caso la electricidad] empieza el Apocalipsis”, algo que el apagón del
29 de abril ha desmentido categóricamente.
Los cinco
segundos y tres “errores en cadena” que desencadenaron el gran apagón
La electricidad se cayó, pero
“el sistema funcionó porque se regeneró en tiempo récord”. Y así se ha
reconocido internacionalmente, pese a que los responsables de la red fueran
ágiles en reparar el suministro pero no en encontrar las causas que provocaron
el apagón y el Ejecutivo asuma que llevará tiempo señalar a los responsables y
en que se producirá un nuevo choque con las eléctricas. De momento, las responsabilidades
que se atribuyen son compartidas entre las operadoras y la red de distribución,
pero todos los escenarios están abiertos.
Pues...
ResponderEliminarMejor no comento.