El
principio de mi docencia formal fue en 1969 y centrado en lo que se denomina letras, concretamente, Lenguaje,
Geografía e Historia. Me sentí cómodo en ese ámbito de trabajo y los primeros
ocho años los recuerdo estimulantes y
creativos, no solo por la temática del trabajo, que ya lo era de por sí, sin
por el proyecto educativo que me sirvió de marco y supuso en su momento todo un
reto colectivo experimental. Las circunstancias de la vida hicieron que aquel
proyecto desapareciera a los ocho años y una buena parte del grupo humano
inicial decidió mantenerse unido y reiniciar uno nuevo, pero esta vez centrado
en los menores de 6 años, que nos pareció más asequible para la Granada de
aquel momento. En forma de Cooperativa y con algunos restos de familias del
proyecto del que habíamos salido, nos instalamos en una casa que nos cedieron
los hermanos de La Salle. Era completamente privado, como el anterior, pero la
ambición de entroncar con lo público estuvo desde el principio, si bien un poco
difusa por ausencia de modelos cercanos conocidos.
El
modelo de Regio Emilia en Italia y la experiencia del ayuntamiento de Barcelona
en España nos sirvieron de modelo orientativo al que aspirar y con esos mimbres
ideológicos pudimos dar comienzo, en permanente conexión con sus experiencias,
que disponían de mayor bagaje, a nuestra implantación. El inicio de los
primeros ayuntamientos democráticos y la notable implantación en Granada del
Movimiento Cooperativo de Escuela Popular, (MCEP), fundamentados en la
pedagogía Freinet, significaron un apoyo sustantivo para conectar nuestra
experiencia con otros sectores educativos de la ciudad. Es de justicia
mencionar el acceso a la alcaldía de Antonio Jara Andreu quien, desde el primer
momento se mostró receptivo al proyecto que terminó materializándose en forma
de Patronato Municipal de Educación Infantil, vigente desde entonces, hoy con
cuatro escuelas infantiles en distintos barrios de la ciudad y bajo la
denominación actual de Fundación Granada Educa.
Mientras
tanto, el tiempo ha ido pasando, muchos hemos tenido el privilegio de ejercer
nuestra trayectoria profesional en este hermoso proyecto y podernos jubilar
dentro de él con el orgullo y la tranquilidad de que nuevas generaciones de
profesionales lo continúan, haciendo que Granada siga siendo un referente
nacional en este sector de la educación. Como cualquier proyecto humano, su devenir
ha pasado por altos y por bajos, sin que en ningún momento haya perdido su
valor experimental, desgraciadamente en solitario en todo el sur de España. En
2010 me llegó la jubilación y, desde entonces, me fui alejando poco a poco y
acercándome al sector de las necesidades diferentes, por coincidir que mi
hermano se encuentra afectado y me parecía que debía aportar lo que pudiera al
sector, ya como familiar, la poca o mucha experiencia acumulada a lo largo de
mis años de docencia. Y en ello andamos, mientras el cuerpo aguante.
La educación infantil y el MCEP te deben mucho Antonio, y la habitación de mis hijos con espejo también. Espero que nos veamos muy prontito.
ResponderEliminarSe me olvidó decirte que envío, con tu permiso, el enlace al grupo del MCEP; habrá gente que le apetezca saber de ti. Un abrazo
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