Se
denomina así a la última variante aparecida en Sudáfrica y que parece capaz de
extenderse por el mundo con facilidad en el futuro próximo. Ya hemos integrado
otras variantes del virus como la alfa, la omega, la épsilon…, nombres todos
del alfabeto griego con los que se vamos denominando a las nuevas variantes que
se van imponiendo y que al poco tiempo quedan anuladas por las nuevas que
aparecen y que integran a las anteriores. La ómicron tiene la gracia, por
ahora, de haber sido la última. Ha aparecido en Sudáfrica y ha puesto a la
comunidad científica patas arriba por el hecho de ser nueva y porque no se
sabe, hasta el momento, si las vacunas que nos estamos poniendo mantendrán los
niveles de inmunidad superiores al 90% que tenían para las variantes
anteriores. Por lo pronto, el simple hecho de la duda ha ocasionado una caída
generalizada de las bolsas del mundo entero. Ahora se está investigando si la
inmunidad se mantiene o no. Si es que sí, todos tranquilos por el momento. Si
es que no, mano a ponerse a investigar para modificar las vacunas existentes
hasta convertirlas en inmunes para la variante ómicron.
Desde
el principio de la pandemia se explicó que lo prioritario era la vacuna para
todos los habitantes del planeta porque podríamos considerarnos inmunes solo si
lográbamos estar todos. Aquello se escuchó y me parece que hemos hecho como el
que oye llover, es decir, ni caso. En nuestro país, España, por ejemplo
seguimos poniendo dosis a troche y moche. Ya estamos vacunados por encima del
90%. Ahora empiezan los menores de 18 años y la tercera dosis, de refuerzo,
para los mayores de 60 años. En teoría, con este nivel tendríamos que estar, no
inmunizados, sino superinmunizados. Felices y contentos por lo tanto. Sin
embargo la inquietud ante la presencia de la variante ómicron se nos ha metido
en el cuerpo y nos tiene en plena duda en este momento porque, por más
inmunizados que estemos, y lo estamos, mientras existan países con muy bajos
niveles de vacunación, el virus sigue vivo y con capacidad para mutar de nuevo
y cada nueva mutación es un motivo de incertidumbre sobre si nuestra inmunidad
será suficiente o no.
Pues con esta somera explicación hubiera debido bastar para habernos puesto como locos a vacunar a todos los países, pero la realidad ha sido muy distinta y la mayoría todavía se encuentran en niveles de vacunación del 10, del 20%, mientras que otros, como es nuestro caso, ya no sabemos cuántas vacunas nos vamos a poner. Yo he ido con mucho gusto a mi centro de salud a ponerme mi tercera dosis por ser mayor de 70 años, tal como se me recomendó, pero siempre con la conciencia de que con el virus que nos ocupa, este covit 19 de los demonios, no hay manera de sentirnos seguros mientras ande pululando por algún sitio. Mientras siga vivo y coleando mutará en nuevas variantes y alguna puede dar al traste con los niveles de seguridad alcanzado en los países que hoy nos consideramos más seguros. Como decíamos al principio, estaremos seguros cuando podamos estarlo todos.
Muy bueno, Antonio.
ResponderEliminarComo todos.
Me temo que, por las características de la nueva variante ÓMICROM, volveremos, o estamos ya, en la "casilla de salida".
Tienes razón en todo.
Un fuerte abrazo.
Felicidades!
Me gustó mucho el vídeo.
ResponderEliminarLa canción.
Freddy Mercury...
Bravo!
Cuídate