Los
calendarios de cada año se elaboran con las semanas convencionales, más una
serie de fiestas que se reparten entre el poder civil y el religioso Este año
Navidad y Año nuevo han ocupado el espacio de un domingo cada uno, lo que
indica que, desde el punto de vista laboral, los lunes que le siguen se han
convertido en festivos porque los domingos acumulan dos fiestas cada uno. Por
lo demás, nada de particular, salvo las temperaturas que llegan muy templadas,
de modo que en esta zona apenas hemos visto heladas hasta el momento,
incidencia que ha despistado a los almendros, que han adelantado su floración
unas tres semanas, lo que significa que como las heladas lleguen tarde, cosa
bastante probable, nos podemos encontrar con que puede perderse la cosecha de
almendras, en todo o en parte, dependiendo del frío que nos llegue en la última
parte del invierno. Otra incidencia, que ha muerto el papa emérito, Benedicto
XVI, que cedió su pontificado hace 9 años y ha vivido apartado de las tareas
de gobierno hasta ayer mismo, que murió
a los 95 años. Su sustituto Francisco presidirá sus honras fúnebres, cosa que
no sucedía en la Iglesia desde hace más de 6oo años.
Dos
notas a destacar. La guerra de Rusia contra Ucrania mantiene su crueldad sin
expectativas de paz, por ahora, y en el día de hoy debe acceder al poder el
señor Lula, presidente electo de Brasil y debería ser investido por el señor
Bolsonaro, que fue su contrincante en los recientes comicios y los perdió. Que
terminara la guerra de Ucrania debería ser lo lógico, aunque no parece que vaya
a pasar, tal como van sucediendo los acontecimientos. Parece que no hemos
alcanzado el límite de ignominia y de crueldad y hace falta que la muerte nos
siga enseñando su cara más cruel hasta ver si terminamos aprendiendo algo tan
simple como que la paz debe ser la natural manera de convivir entre las
personas. Hemos sabido también que el señor Bolsonaro ha viajado a EEUU,
casualmente, con lo que el señor Lula tendrá que encontrar quien le imponga la
banda del poder al estar ausente su legítimo contrincante. Ambos datos nos
mantienen inquietos y nos hablan, una vez más, de la fragilidad de la paz y de
lo difícil que es que los acontecimientos sucedan como deben, para que podamos
vivir, sencillamente tranquilos.
No
hace falta ser demasiado fino para acordarnos del intento de Toma del Capitolio
por los seguidores de, señor Trump y animados por él mismo, como pudo ver en
directo el mundo entero. También el señor Joe Biden tuvo que encontrar quien le
trasmitiera el poder porque su contrincante decidió por su cuenta viajar a sus
propiedades de Florida, en vez de cumplir con su obligación y entregar el poder
a quien legítimamente le acababa de ganar las elecciones. Ninguno de los dos ha
reconocido la victoria de sus contrincantes, por más que la justicia de sus
respectivos países haya ratificado la limpieza de los procesos y la legalidad
de los resultados. Pero también en ambos casos tenemos el ejemplo de hay quien
no sabe reconocer que ha perdido cuando todos los poderes les están diciendo
que han perdido. Son dos ejemplos parecidos de la grandeza de la democracia,
pero también de su fragilidad. Dos grandes países, hegemónicos en América, no
terminan de respirar tranquilos porque dos señores que en su día fueron aupados
al poder a través de unas elecciones, deciden no reconocer los resultados de
otras elecciones, tan legítimas como las suyas, si los resultados no les son
favorables.
Tendríamos que alarmarnos y hasta sublevarnos por el hecho de que alguien se constituya, por su cuenta y riesgo, en capaz de no aceptar los resultados de unas reglas de juego que rigen para todos sus conciudadanos. En el caso del señor Trump, la propia justicia de su país está investigando, desde el peligroso incidente del Capitolio, qué normas se saltaron aquel fatídico día, tanto por él como por sus seguidores. En el caso del señor Bolsonaro, ya iremos viendo, en el futuro inmediato, lo que pasa. Mientras tanto… Año nuevo… y viejas vergüenzas con las que tenemos que convivir, como si fuéramos enfermos incurables.
Muchas felicidades por tu articulo y por el Nuevo Año.
ResponderEliminarSalud, Paz y bien...
Qué no quede por no desearlo y soñarlo, aunque las espectativas sean pesimistas.
Un abrazo enorme de corazón a corazón.
Mientras los políticos continúan con su Game Of Trones de la vida real, el ciudadano común es el que paga los platos rotos, una tregua es lo que necesita el mundo. Feliz año y saludos!!
ResponderEliminarMe temo que de NUEVO, va a tener poco, y no a mejor.
ResponderEliminarHabrá que agarrarse a "los machos del caballo" y algo más.
Felicidades 🎉