Esta
mañana tomaba el recién estrenado AVE de Barcelona Granada junto con mi amiga y
compañera profesional de Educación Infantil, Mercedes Toro, tras haber asistido
a una jornada especial con Irene Balaguer como recuerdo personal y como
referente internacional a los pocos meses de su muerte. En la Escuela de Verano
de Rosa Sensat, que la propia Irene presidió durante varios años, cada verano
miles de maestros y maestras reflexionan sobre su práctica y profundizan sobre
su trabajo en un intento por mantenerse actualizados sobre su misión pedagógica
para encontrar la manera más acertada de responder a los retos que el momento
presente va planteando. La organización ha tenido la magnífica iniciativa de
dedicar una jornada especial, la de ayer, día 6 de Julio, a que quienes
conocimos y tratamos a Irene reflexionáramos sobre su figura. Desde Brasil a
Dinamarca, desde Uruguay hasta la Gran Bretaña, desde México hasta Francia o
Italia o cualquiera de los puntos de España, sobre todo Granada que pese a su
modestia poblacional ha concentrado 25 profesionales en Barcelona para recordar
a Irene a la que hemos vivido tan ligados durante tantos años.
Os
dejaré al final un enlace para que quien lo desee acceda al texto que ofrecí en
diciembre en este mismo blog, más íntimo y personal sobre su figura. No
pretendo ofrecer una semblanza rigurosa sobre el contenido de las distintas
aportaciones que imagino que en alguna de las revistas INFANCIA irán apareciendo en los próximos meses.
Prefiero centrarme en el aspecto personal de su figura en el sector para decir
que la palabra que más ha aparecido en las aportaciones ha sido la de que nos
ha dejado huérfanos con su desaparición de este mundo y por eso nos hemos visto
en la necesidad de reunirnos para hablar de ella. Lo hemos hecho y, tanto su
familia, su esposo Toni como sus hijos Marta, Clara y Pere, presentes en el
encuentro con su dolor a cuestas, como su otra familia, esa que formamos los
que hemos compartido vida y militancia pedagógica con ella, también rotos por
su ausencia nos hemos mirados a los ojos y nos hemos dicho: Y AHORA QUÉ.
Su
propio testimonio personal en defensa de la primera infancia a lo largo de los
años llevaba la respuesta dentro. La Irene como la hemos llamado como si se
tratara de alguien de nuestra familia más cercana, nos ha dicho que la lucha ha
sido larga hasta el momento presente y se han conseguido cosas importante por
la presencia y por la dignidad de las personas en sus primeros años de vida
pero el camino es arduo y las necesidades muchas. Con el desgarro en las
entrañas por la inesperada marcha de Irene y con las lágrimas en los ojos hay
que retomar la lucha porque los que la conocimos y la hemos visto reir y llorar
muchas veces sabemos que la fragilidad no ha significado en ningún momento para
ella aparcar la defensa de la primera infancia. Al contrario. Su recuerdo será
siempre una palanca para saber que esta lucha por la dignidad y por los derechos
de los más pequeños tiene con Irene un mito más que junto a tantos como nos han
precedido: Marta Mata, Loris Malaguzzi y tantos otros, deben ser los pilares de
nuestro trabajo desde su ausencia.
Carmina
Ferrero, otra significada luchadora desde Getafe en Madrid nos informaba en su
ponencia que la división que desde 1983 se consagró en España de primera
infancia en los dos ciclos de 0 a 3 y 3 a 6 a pesar de la oposición que
mantuvimos muchos en el Palacio de Congresos de Barcelona precisamente, muy
cerca del edificio Caixa Forum donde estuvimos ayer reunidos, está a punto de
desaparecer del sistema educativo español y que el borrador que se está
terminando de elaborar para sustituir a la denostada ley Vert puede que termine
de una vez con esta división que hemos mantenido vigente durante casi 30 años y
que no hay modo de justificar por ningún criterio técnico. Sólo se ha
sustentado en criterios económicos manteniendo un primer ciclo de 0 a 3
profesional y laboralmente de más baja calidad que el resto del sistema
educativo. Este podría ser el mejor tributo a la figura y a la memoria de Irene
que tanto luchó por la dignidad de la primera infancia mientras estuvo entre
nosotros.
Iremos al enlace!
ResponderEliminarQué fuerte la experiencia, Pilar. Cuando pasé por Zaragoza me acordé de tí. Un beso
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