A estas
alturas del año, todavía en plena primavera, ya hemos rozado los 40 grados. No se trata de
un año excepcional ni nada de eso. Es que Granada tiene esa gracia durante las
horas tórridas de las 5 de la tarde. La ventaja, siempre, es que la noche tira
del termómetro hacia abajo y permite dormir, que es la prueba de fuego para
saber si el descanso se permite o no porque esa es una línea divisoria muy
clara entre lo asumible y lo angustioso. Puede que sea la cercanía de Sierra
Nevada que las amplitudes térmicas se amplían de modo que llegar a los 40 puede
ser frecuente pero bajar de los 20 por la noche también. Los edificios
escolares viven una situación que es difícil resolver. Cuando el calor ataca
con toda su dureza es un problema para los pequeños y uno echa de menos el aire
acondicionado que es un signo de los tiempos y que se ha generalizado en casi
todos los hogares. Pero claro, también conviene hacer cuentas y pensar la
importante inversión que supone climatizar los grandes espacios de los
colegios.
La
costumbre es que durante junio y después en septiembre la escuela empieza un
poco antes por la mañana y termina a las dos de la tarde que no son las horas
más tórridas del día. Es verdad que cuando el calor aprieta es difícil ponerse
comprensivos y uno busca la solución inmediata del aparatito que es capaz de
bajar la temperatura interior hasta donde se quiera, pero no estaría mal
encontrar un punto de armonía para resolver los problemas derivados del calor
pero con una cierta medida porque se trata de una necesidad que si bien puede
ser un poco agobiante, no voy a negarlo, lo cierto es que no se extiende más
allá de un mes antes del verano y otro al comienzo del curso siguiente, lo que
quiere decir que la importante inversión que requiere la climatización general
sólo tiene utilidad dos meses no completos y el resto del año prácticamente se
hace innecesaria. En este sentido, una cierta ponderación del gasto tampoco nos
viene mal porque los recursos son limitados y conviene tenerlo en cuenta.
Sé
perfectamente que el sentido del equilibrio climático es muy bonito decirlo
cuando uno no lo está soportando en su propio cuerpo pero no estaría mal contar
con el aire libre para que los pequeños puedan sobrellevar el calor de manera
más natural. Ni encontrar sombras arbóreas en los centros que con demasiada frecuencia
adolecen de árboles y se convierten en desiertos de cemento que uno se lo
piensa dos veces antes de cruzarlos a pleno sol. El agua puede ser otro recurso
para acercarse y permitir su manipulación. Las salidas de los espacios
interiores cerrados. Seguramente ninguno de estos elementos por sí solos nos va
a resolver la situación climática de por sí pero si nos damos cuenta, en
conjunto estamos hablando de una serie de medidas que contribuyen a facilitar
el día a día en aquellos lugares, yo pienso en mi Granada, pero cada uno puede
pensar en el que tenga más cerca, que no tengan que estar pendientes siempre de
grandes gastos y de los beneficios artificiales solamente para hacer la vida
más llevadera en los periodos más dificultosos del año.
Lo que
sugiero no es más que una reflexión. Lo último que querría es que alguien
pudiera interpretar que lo que promuevo es que nos aguantemos con las
inclemencias del tiempo. Lo que pasa es que estamos en un momento en el que
parece que ya todo lo sabemos y hemos aprendido que a base de inversiones todo
se puede resolver y creo que es necesario que entendamos que las inversiones
son importantes y está muy bien que las podamos tener a nuestro alcance cuando
sea necesario, pero también está bien que tengamos conciencia de que los
recursos son limitados y no podemos perder de vista que nuestras necesidades
también se pueden modular y alcanzar niveles de satisfacción que pueden no ser
los óptimos en todos y cada uno de los momentos del año pero que nos pueden
permitir resolver nuestras necesidades con niveles de inversión asumibles en
función de lo que en cada momento vayamos necesitando. El sentido de la medida
no debemos perderlo por nada del mundo.
Con el calor (como con la Iglesia,)
ResponderEliminarhemos topado!!!!
Muy buen artículo !
Hay zonas de la educación que se pueden convertir en un peligroso jardín, pero los que no hemos sido nunca muy prudentes, a esta edad ya no vamos a dejar asuntos pendientes. Un beso
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