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domingo, 27 de marzo de 2011

APRENDER

Cada uno aprende lo que quiere, cuando quiere y porque quiere. Nadie aprende por nadie sino por sí mismo y sólo. Pasamos por la vida todos, vivimos secuencias parecidas en tiempos casi idénticos, nos relacionamos, en muchos casos, con las mismas personas y sin embargo nos interesan secuencias diferentes de las que cada uno bebemos lo nuestro y aprendemos como si estuviéramos en mundos distintos. Esta es la grandeza del aprendizaje, que en ningún caso se puede producir de fuera adentro. Nadie puede aprenderme por nada del mundo. Soy yo el que ha de decidir el qué, el cuando y el como. Y ya me pueden estar machacando con algo que, hasta que yo no decida que eso lo voy a incorporar a mí, no hay nada que hacer.

No sé por qué me vienen a la cabeza aquellos versos de Antonio Machado: Sabemos que los vasos, sirven para beber. Pero lo que no sabemos, para qué sirve la sed. Tiene que haber alguna relación con el aprendizaje que no alcanzo a conectar, pero siempre que pienso en el tema me surgen los mismos versos y no creo en las casualidades. En la escuela y en la familia no paramos de enseñar cosas a los pequeños, como si tuviéramos prisa y como si su vida y su crecimiento dependieran de nosotros. Pero no es verdad. El papel de los adultos para los niños pequeños es fundamental. Se podría decir que imprescindible. Deben acondicionar espacios, tiempos y situaciones para los niños puedan crecer en buenas condiciones. Pero en ningún caso pueden sustituir la función de aprendizaje, que es específica de los recién llegados.

En otros tiempos o en otras culturas, es posible que los pequeños adolecieran de falta de estímulos para despertar sus sentidos. Esto puede ser un problema porque los pequeños necesitan esas estimulaciones. Hoy, por el contrario, más bien lo que nos pasa es que estamos ahítos de estímulos pero tan ahítos que puede que estemos logrando el mismo resultado que cuando no teníamos suficientes. Porque aparte de los estímulos necesitamos tiempos para poder digerir toda la información que nos llega para poderla incorporar a nuestra estructura de vida. Los rumiantes se pasan mucho rato arrancando hierba con los dientes y almacenándola en su primer estómago, la panza. Pero eso, con ser indispensable, no les alimenta de por sí. Necesitan después tumbarse tranquilos, volver a traer a la boca todo lo que han comido y rumiarlo lentamente para que pueda pasar a los otros estómagos, redecilla, libro y cuajar, para que se pueda convertir en sangre, en músculo, en grasa…, para que puedan digerirlo en definitiva.

Aquí es, probablemente, donde nos encontramos atascados y sin salida. Hoy, casi seguro, nos llega información de casi todo, de sobra. Pero nos falta tiempo de digestión de todo eso que nos está llegando para ver qué podemos incorporar a nuestra vida y qué debemos eliminar de ella. Esa es la función del aprendizaje, esa labor de rumia de todo lo que hemos recibido pera seleccionar lo que nos quedamos y lo que eliminamos. Y para eso, entre otras cosas, lo que necesitamos es tiempo, que se nos permita espacios de intimidad donde podamos tantear una y mil veces qué nos aporta cada información nueva y si nos sirve o no.

11 comentarios:

  1. Si, es perfecta tu reflexión. Y la comparación con los rumiantes, más que acertada.
    El exceso de "estímulos" "información" es un mal contemporáneo, no va acorde con los tiempos biológicos, sin dudas.
    Tendrá costo. Ya lo tiene.

    Un abrazo.

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  2. Hola Antonio.

    Como siempre me encantan tus reflexiones y enseñanzas.
    Si información no falta y hasta demasiada, Muchas veces no acorde a la edad.
    Y claro no se digiere bien.

    Cuantas veces por correr demasiado y no escuchar, la juventud se dan muchos batacazos.

    Un abrazo, Montserrat

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  3. Cuanta razón tienes Antonio,tan malo es el exceso como la falta,me encanta amigo como te explicas y tus conclusiones sabias...Gracias y que tengas una excelente semana...Besos

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  4. Hoy aprendí a valorar más la vida , descubrí Que el amor llena, que el cariño queda, y que Las personas como TÚ son un regalo de Dios.
    ***********
    Hola mi estimado, disculpa que no comente tu post, el tiempo no me alcanza, luego vuelvo eh.
    Besos de tu amiga…
    (¯`v´¯)
    `•.¸.•´
    ¸.•´¸.•´¨) ¸.•*¨)
    (¸.•´ (¸.•´ .•´¸¸.•´¯`•-> SOYPKS
    ______●
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    ☻/
    /▌
    /|Feliz Inicio de Semana.

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  5. Soypks, no creas, no pienso perdonarte lo más mínimo. Es más te condeno, con tu permiso por supuesto, a que sigas ofreciendo tus comentarios en este humilde blog y a que recibas con el mejor humor que puedas, las reflexiones de este abuelete medio tarambana que está empeñado en este momento en sacar petróleo con este tema de la educación de los más pequeños. Un beso

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  6. Qué placer es leerte, Antonio.
    Tú has recordado los versos de Machado y yo he asociado inmediatamente sed con necesidad.
    Si no existe la "necesidad" como estímulo, no será preciso beber, si no encontramos el tiempo suficiente para colocar cada información en su compartimento correspondiente, dará exactamente igual cuál sea la materia que se ofrezca como manjar.
    Tu casa es un reducto de juicio y buen decir.
    Un beso.

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  7. Cada vez que entro en tu blog me haces reflexionar y pensar. Me doy cuenta de que lo que dices es totalmente cierto.
    La metáfora que pones sobre los rumiantes me encantó, es acertadísima.
    Los críos tienen ahora tanta información a su alrededor que están completamente agobiados e incluso incapaz de digerirlas todas. Y claro, cmo tú dices, eso es lo mismo o casi peor que no tener ningún estímulo.
    Por qué le damoa tanto a los críos? Me da la impresión de que queremos que crezcan demasiado pronto sin darnos cuenta de que todo tiene su proceso.

    Un abrazo

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  8. Hola Antonio ! como siempre me encanta leerte.
    Es cierto, tienes razòn falta tiempo para tanta informaciòn. Pero ahora se puede elegir mejor que antes y la educaciòn creo es mejor tambièn, mas libertad de elecciòn y los niños son màs libres- no en todos los casos,claro-
    Mi nieta aprende con una velocidad increible, mis niños tambièn asi lo hacen, los niños ahora al tener màs estìmulos y ver màs, despiertan antes y graban mejor-
    Ahora que si, nadie puede aprender lo que no quiere, lo que no le gusta- a la fuerza nada se consigue, solo estropearlo todo a la larga-
    Para aprender bien se necesita espacio, un ambiente agradable, tiempo ( no hace falta una barbaridad de tiempo ) pero sobre todo ganas de hacer las cosas, los niños tambièn perciben eso y aprenden mejor si captan buena onda :)

    Un beso Antonio y un fuerte abrazo- gracias por compartir 1

    Aurora

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  9. Es un gusto encontrar un sitio dedicado a la educación, desde esta perspectiva.
    Me alegra haber llegado hasta aquí.

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  10. Me gusta la forma en que te explicas, aprender es como beber, la sed creo que es la necesidad de comprender, la curiosidad que envuelve todo quello intuimos. He aprendido como un niño.
    UN saludo y un fuerte abrazo.

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