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domingo, 6 de marzo de 2011

POSESIÓN

La vida es como un arco que se va desplegando en el espacio y encontrando una curva que debe concluir junto al punto en el que comenzó. Cuando se empieza a vivir el mundo existe porque nosotros lo vemos. Somos la medida de todas las cosas. Todo es nuestro, nos pertenece por derecho de posesión. Las cosas son si las miramos y cuando queremos que algo no esté, sencillamente nos tapamos los ojos y con eso desaparece. No ha realidad que no pase por nosotros y mientras nosotros lo estimamos oportuno. Es el gran MÍO de cada uno.

La experiencia nos ha de ir limando con el roce implacable de los años hasta lograr que nos demos cuenta, primero de que al menos somos dos: cada uno de nosotros por un lado y el resto del mundo por otro. Con esa idea andaremos toda nuestra infancia hasta que ya en la adolescencia suframos la segunda gran revolución que nos dice que sólo somos parte de un grupo entre muchos otros grupos al margen de nosotros que tienen su vida propia. A partir de ahí, nada nuevo. Solo un proceso de expropiación de poder hasta llevar al punto, si es que llegamos, de ser capaces de prescindir de todo y aceptar que nuestro mundo ya no es este y que mejor nos vamos y aceptar la muerte como un bálsamo de paz y entregarnos a ella.
En la conciencia esto es así, pero es así porque la cultura forma ese cauce en nosotros para hacernos circular por ese proceso, digamos que razonable, en el que el ciclo de la vida se cumple y va desde tenerlo todo hasta terminar desnudo de deseos y aceptando el final con dignidad.

Existe la prueba de por donde somos capaces de despeñarnos si la razón no impera y nos impulsa solamente el deseo como si estuviéramos repitiendo de nuevo los procesos iniciales. Las formas de demencia que conocemos nos hacen involucionar hasta encontrar nuestros inicios, los procesos más simples de comportamiento, aquellos en los cuales no existía otra cosa que nosotros y el mundo no era otra cosa que nuestro criado en exclusiva y en todo momento pendiente de nuestros antojos. Incluso en esos casos en los que la razón ha dado paso en nuestra mente al desenfreno del deseo, llega un momento que hasta el propio deseo se convierte en demasiado elaborado y somos capaces de alcanzar cotas más elementales de comportamiento y se nos puede olvidar masticar, o respirar y entonces nos morimos, sin ninguna conciencia de lo que estamos haciendo y como si todo fuera algo que nos está pasando fuera de nosotros y solo somos una pieza de un rompecabezas que nos incluye y que nos lleva donde quiere.

El principio es la posesión absoluta y la cultura y el aprendizaje es el proceso de desprendimiento de nosotros mismos y de nuestras cosas hasta llegar a la renuncia total en el mejor de los casos y a sabiendas de que de no renunciar nosotros, será la contundencia de la vida la que se encargará de enajenarnos de todo sin contemplación alguna ni tampoco crueldad sino como algo inevitable que debe cumplirse y que esta, que siempre estuvo, por encima y al margen de nosotros.

11 comentarios:

  1. Hola Antonio, buenos días.

    El Proceso de la vida, nos va llevando a nuestro itinerario.
    Cada uno con nuestra filosofía lo podemos ver de una manera.

    Lo que si entiendo es que demadiados apegos no son buenos y esto lo enseñan en todas las creencias, al fin y al cabo nos vamos ligeros de equipaje.

    Si vamos aceptando lo que nos va viniendo, el viaje sin retorno, nos va a ser más placentero.

    Aparte de las creencias que yo pueda tener, escribo en general.

    Gracias por compartir estas enseñanzas.

    Un abrazo, Montserrat

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  2. La aceptación de la muerte, es algo que en nuestra cultura "no está de moda", hablar de la muerte es como mentar al diablo.
    Creo que es algo que debería estar presente en nuestras vidas desde que tenemos uso de razón, pues solo aceptando la muerte, aceptamos la vida.

    Un abrazo
    Mercedes

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  3. Yo creo que está presente,de hecho todos sabemos que vamos a morir,y que puede ocurrir en cualquier momento...Pero es cierto, que nadíe quiere morirse...Yo no quiero pensar en la muerte de ninguna manera, es más, quiero tenerla lejos, de mi pensamiento....Te imaginas, como viviriamos entonces? Mejor tenerla lejos...Ya asomará,su manto negro cuando llegue el momento....Ahora a ser felices, viviendo el día a día...Todo llega...hasta la muerte...Buen post Anotonio...Y la foto del niño,la foto primera, es preciosa,vaya una cara que tiene el niño,jajajaja...Me encanta..besos

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  4. Si, coincido con esta exposición.
    No toda la humanidad entiende o padece estos temores, en Oriente (ya sabes por qué lo digo) está implícito el concepto de lo efímero, lo pasajero, forma parte de la cultura ancestral.
    Quizás en Occidente cueste más por aquéllo de la eternidad, el paraíso perdido ¡ por nuestra culpa !, la rebeldía para aceptarlo .. en fin.

    Me parece una entrada excepcional, muy buena Antonio, como ya nos tienes acostumbrados.
    Un abrazo.

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  5. HOLA,MI NUEVO AMIGO,PRECIOSO TRABAJO,QUISIERA SABER,COMO EDUCADOR QUE SOS,DE DONDE SACAS,TUS IMAGENES,Y PALABRAS BIEN PUESTAS,EN LOS POST!
    TE DIGO QUE EN EL BLOG ESTÁ COLGADA,LA NUEVA DIRECCION ,CON FEED,Y DEMÁS VARIACIONES,PARA COMENTAR
    TE DEJO MI MAS SINCERO APRECIO,NO MIENTO JAMAS!
    LIDIA-LA ESCRIBA

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  6. Antonio como bien dice Mercedes, solo aceptando cada momento de nuestra vida, añadiendo ese final que tiene que llegar seremos capaces de aprender a vivir. Buena entrada me hiciste pensar y eso me gusta. Un beso

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  7. Pienso que la vida son ciclos donde vamos aprendiendo de cada una de ellas, con mayor o menor dificultad dependiendo de la personalidad de cada uno. Pero es cierto que si aceptamos las trabas que nos va poniendo la vida llegaremos a ser más consciente de que todo tiene un final.

    Me haces pensar.

    Un beso

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  8. Más que una aceptación por el final: la muerte, yo encuentro en tu texto el camino inevitable hacia la madurez que nos enseña el "desapego" a todo aquello que hicimos nuestro en los desmanes de la niñez e incluso de la juventud.
    Ese desapego es, sin duda, el camino magnífico hacia la propia libertad.
    Un beso Antonio y gracias por estos estupendos razonamientos llenos de sabiduría y experiencia.

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  9. Hola Antonio, buenas noches.

    Interesante lo que expones, como siempre-
    Los apegos, las renuncias, las posesiones, la vida en si misma.
    Uno va aprendiendo en el camino de la vida que cuanto mas ligero va, mejor se siente- no son buenas las posesiones ( de ningun tipo )
    Ligero se anda muy bien, se respira muy bien, y la vida se disfruta mejor-
    Los niños son posesivos, son ellos ante todo, hay adultos asi tambien pero gracias a dios no muchos-
    La gente aprende, se educa, la vida enseña mucho si se sabe ver y escuchar-
    Lo importante quizas sea, escucharse a uno mismo ( por dentro ) y entonces se descubre que andar ligero es lo mejor en todos los sentidos.
    Cuanta reflexion da este post- tendria una charla larga contigo seguramente muy libre :)

    Un beso y un fuerte abrazo

    Aurora

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  10. Cuando descubrimos que el mundo no es mío sino de todos, que en la donación de uno mismo se encuentran los momentos mas intensos de paz, que somos seres humanos y que lo que nos ayuda a crecer es justo la no homogeineidad, que todos nos necesitamos...habremos dado pasos hacia adelante
    Leerte ha sido grandioso
    Un abrazo
    Stella

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  11. hola Antonio muy buena entrada y como siempre muy interesante. Grande abrazo e buen fin de semana.

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