La vida se compone de un conjunto de porciones, podríamos llamarlos ladrillos a sabiendas de que no lo son, colocados uno junto a otro, que van formando un armazón que viene en llamarse con el nombre de cada uno. No hay muchos secretos ni estamos sometidos a cambios bruscos ni a genialidades y ocurrencias. El valor que se impone es el poder de cada día y esa porción que poco a poco nos va definiendo, moldeando, labrando con esfuerzo cómo somos y quiénes somos. Entender esto tiene poco secreto pero mucha importancia.
No sé qué milagro puede existir en propiciar que una persona que acaba de nacer se levante a una hora determinada, coma mas o menos a las mismas horas cada día, se le cambien los pañales y se le propicie el descanso un tiempo conveniente, pero siempre el mismo más o menos y por la noche se encuentre con el sueño a su hora y durante un periodo más o menos idéntico. Pues bien, este conjunto de rutinas, acciones sin gran trascendencia que se repiten, son las que van formando una estructura de vida que con el paso de los días va definiendo al sujeto que las vive, lo va configurando y va haciendo desarrollar a esa persona un tipo de comportamiento que está directamente relacionado con esas vivencias.
Tanto el vivirlas como el no vivirlas nos define de la misma manera porque los días pasan por todos y nos van dejando su marca indeleble y para siempre. Lo que pasa es que si cada porción de influencia se nos instala sin orden ni concierto, sin apenas relación con la anterior, nos irá dejando una marca de comportamiento inseguro, voluble y desorientado mientas que si el orden de la influencia que nos llega se mantiene constante, asumirenos la estructura de vida como un elemento que nos ofrece seguridad, previsión, conocimiento y fortaleza. Y tanto una cosa como otra, sin necesidad de que nadie nos lo explique, sencillamente por la fuerza de la repetición que funciona en nosotros como un clavo que se va introduciendo dentro a base de golpes y cada golpe pertenece a un día. Un golpe solo no tiene casi nunca un valor determinante, pero el conjunto de golpes nos da indicio de la hondura y la profundidad de la vivencia que estamos asumiendo.
Ni debemos, por tanto, angustiarnos por meteduras de pata que todos cometemos en algún momento, ni tampoco engolarnos con genialidades de un momento brillante. Tanto unas como otras no legan a tener más valor que el de momentos aislados con una importancia muy limitada. Pero lo que importa de verdad suele suceder en la sombra, en la humildad de cada día, sin brillo, pero con el valor de la constancia, que es lo que va produciendo en la persona que crece una estructura de comportamiento en un sentido o en otro. Ni que decir tiene que mi aportación se inclina si ninguna sombra de duda por aquella influencia que llega a los niños a través de la estabilidad y de la repetición porque esas características son las que producen en los más pequeños vivencias de seguridad, de estabilidad y de consolidación con la vida y con las personas que lo cuidan. Cualquier otra fórmula, por genial que pueda ser en un momento, propicia la digresión y desorienta al pequeño y lo dispersa.
Interesante como siempre tu reflexión.No es que yo sea un cognitivista cerrado pero si es cierto que la repetición, la rutina de ciertas acciones fortalece la asociación de ideas en los niños. Un saludo
ResponderEliminarEs precioso lo que acabas de escribir.Eres un gran profesor,a mi,(con la edad que tengo),me estas enseñando mucho.Me encanta leerte por como explicas y conduces tus escritos.Besos de luz para ti y los que amas.
ResponderEliminarMe encanta tu entrada. Por muy dura que parezca la palabra rutina, para mí, esa rutina, crea la estabilidad necesaria. Lo mismo me apedrean por decir estas cosas.
ResponderEliminarHacía semanas que no venía por tu "casa". Llevo un tiempo liada, estuve de viaje (pasé unos días también en tu tierra) y, a la vuelta, se me está haciendo duro compaginar trabajo y ponerme al día con vuestros escritos.
Espero que me perdones.
¡Ay las violetas!... ¡Cómo me gustan!... Me llegó el aroma.
Besos.
Ni debemos, por tanto, angustiarnos por meteduras de pata que todos cometemos en algún momento, ni tampoco engolarnos con genialidades de un momento brillante. Con esto me quedo, para mi muy importante...Es un placer siempre leerte,lo haces genialmente...Y la foto del bebe, autentica, jajajaja, bsos Antonio...
ResponderEliminarSi Antonio. Lo explicas genialmente, la repetición de acciones en este caso no tiene nada que ver con la despreciada "rutina" como símbolo de aburrimiento, desidia. Al contrario.
ResponderEliminarEs la base de una estructura necesaria y, repito, lo has volcado del modo perfecto.
Un abrazo.
Cecilia
Gracias por tu invitación a conocer el tejo, ha sido todo un descubrimiento.
Estoy absolutamente de acuerdo. No tengo nada que aportar.
ResponderEliminarUn abrazo
Mercedes
http://arboldedianaenelespejo.blogspot.com/2011/02/el-camino.html
ResponderEliminarEl GINKO BILOBA, árbol de la vida.
Todo un símbolo.
Gracias Antonio.
Voy a por una foto de la GRan Vía de Colón, con los Ginkos brotando ..
ResponderEliminary será la próxima entrada.
El árbol de la Vida, después de Tsunami, que amablemente Taty Cascada me ha permitido reproducir.
Secuencia lógica.. y deseada.
Un abrazo y gracias.
Hola Antonio.
ResponderEliminarMagnífica tu entrada de hoy.
El orden y unos buenos hábitos, y sobre todo el cariño, desde pequeños, fortalecen a la persona.
Buenas noches y que sepas que leerte tambien es aprender.
Besos, Montserrat
Cecilia, com tú lo hagas seguro que estará bien porque me resulta envidiable el interés que pones en los árboles. Me alegro mucho de que en granada, aparte de la Gran Vía, que es la que más ginkgos tiene, en el parque García Lorca, muy céntrico, también hay toda una fila de unos 40 más o menos y están ya bastante grandes. Otros están diseminados por distintas plazas. Un beso
ResponderEliminarAbordas con tal precisión las 'rutinas' que en efecto cobran todo el valor que tienen.
ResponderEliminarSi bien se mira, y en sentido amplio toda nuestra vida se basa sólidamente en rutinas 'perfectas'. No son demérito, en absoluto.
Buena entrada y tal como la cuentas me induces a reflexionar.
ResponderEliminarPero pienso que la estabilidad en los pequeños debe darse por el orden que marcan las acciones, al menos esa es mi opinión.
No sé si llamarlo rutina, lo llamaría estabilidad, orden. Es mi humilde opinión.
Un abrazp
Un lujo regresar y seguir aprendiendo de tu mano.
ResponderEliminarBesos mil!!!
Hola Antonio !
ResponderEliminarEstupenda entrada ! totalmente de acuerdo contigo- la repeticiòn ( no el aburrimiento ) genera en el niño, el bebe, una estabilidad, una seguridad que ira definiendo su personalidad-
No le llamaria rutina- es un orden, que es necesario- pero ese orden no significa llevarlo a rajatabla, es un orden respetando y entendiendo al niño, como es el, cada uno tiene su caracter-
Es darle estabilidad a su vida, desde el principio, rodeandolo de amor por sobre todas las cosas, es la mejor estabilidad que hay.
Un beso
Aurora
Una magnifica entrada, he leido, releido y disfrutado, lqas fotos maravillosas, los niños son lo mejor de la vida
ResponderEliminarUn abrazo
Stella
La rutina qu para un audulto puede llegar a ser lacerante, en los niños adecúa su mente y su incipiente personalidad a unos gestos y costumbres que determinarán en su conducta futura los primeros pilares sobre los que sustentará su futuro equlibrio, aunque necesiten de nuevas adquisiciones por el camino.
ResponderEliminarEs un verdadero gustazo leerte Antonio.
Un placer exquisito.
Besos siempre.
La Amistad es un hilo de ORO que
ResponderEliminarAta los Corazones de 2 Personas.
Gracias por gastar un pedacito
De tu Hilo en Mí.
Un Abrazo con mucho
Cariño y Buenos Deseos
Feliz Fin de Semana.
Besos de tu amiga…
(¯`v´¯)
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Que alejada tu reflexión de las pasajeras modas que nos innundan, que difícil resulta ahora hablarle a las jóvenes madres de la importancia de las rutinas, los horarios, parece que todo esto es antiguo y caduco.
ResponderEliminarMe encantó leerte, como siempre, quizás porque compartimos algunas formas de ver la vida.
Un cordial saludo