TRES EJEMPLOS

 

         En los últimos tres días el sur del Líbano ha sufrido tres ataques insólitos, se cree que de Israel,  con un resultado de más de 30 muertos y miles de heridos con un procedimiento imprevisto de medios, que se achacan al mosad, servicio secreto israelí, causando el pánico en la zona y desarbolando buena parte de la estructura de las milicias de Hezolah. La operación ha sorprendido y admirado al mundo por su compleja elaboración y por su eficacia. Es imposible dejar de preguntarse dónde estaba este servicio israelí antes del 7 de octubre para permitir que Hamás perpetrara el sangriento atentado que dio origen a este conflicto palestino-israelí que está destrozando la zona de Gaza, que se ha llevado ya la vida de más de 40000 palestinos y de cuyo flagrante fallo de seguridad nadie ha respondido hasta el momento. Miles de israelíes, familiares de los rehenes apresados entonces por Hamás, llevan meses exigiendo a Netanyahu que negocie su liberación sin resultado alguno. Demasiadas contradicciones y demasiadas dudas sin aclarar.

         En el debate televisado entre Trump y Biden de hace un mes se hizo patente la fuerte diferencia de resultados a favor de Trump para desolación de los demócratas. Las encuestas daban por perdida la elección del 5 de noviembre a favor de Trump, si las cosas no cambiaban. De manera angustiosa, el partido demócrata se volcó para convencer a Biden de que se retirara como candidato, visto lo visto. Al principio se resistía pero, al poco tiempo dio un  paso atrás y accedió como candidata la que había sido su vicepresidenta, Kámala Harris. A partir de ese momento, una vez que el plenario demócrata confirmó la candidatura de Kámala Harris, las encuestas comenzaron a cambiar de signo y en este  momento se manifiestan a favor de Kámala, si bien con unas diferencias que no garantizan claridad en los resultados, pero sí suficientes para que la esperanza haya impuesto la idea de que la victoria es posible si se mantiene la tendencia y se acentúa la presión sobre Trump, que parece que renuncia a nuevos cara a caras con Kámala en televisión, una vez que los resultados del primero, frente a ella, no le salieron muy favorables.

Agradezco a Sara O. Durán, mejicana con la que he tenido el honor de entablar un jugoso diálogo a través de nuestros respectivos blogs. Me ha insistido mucho en la valía de la presidenta electa de su país, Claudia Sheinbaum, que será investida el 1 de Octubre, de la que espera un trabajo eficaz y satisfactorio para ella y para sus conciudadanos. En un plazo extremadamente breve, la posibilidad de que América cambie como de la noche a la mañana, se ha hecho posible. Los dos principales países, EEUU y Méjico pueden aparecer gobernados por dos mujeres con una amplia preparación técnica y con un fuerte deseo de servir. En el caso de Kámala, tendremos que verlo el 5 de noviembre, que son las elecciones pero en el caso de Claudia Sheinbaum, apenas quedan unos días para que empecemos a comprobarlo. Sería la prima vez que, cualquiera de los dos países, estarían gobernados por una mujer, lo que podría significar para el mundo entero, un cambio significativo que, al menos en el caso de Méjico, el día  1 de Octubre será una dichosa realidad.

Si bien por razones muy distintas naturalmente, en periodos muy breves de tiempo, las realidades en los que se producen los cambios, para la vida de la gente se convierte en otra cosa muy distinta entre el antes y el después, en un caso para mal, en otro para duda porque el resultado no se sabe hasta el momento y en el último, esperemos que para bien si tenemos en cuenta la espectativa creada en torno a Claudia Sheinbaum desde junio que fue elegida. El simple hecho de que a mí me permitan esta reflexión ya significan un aprendizaje profundo, en el primer caso extremadamente doloroso, en el segundo de duda y en el tercero de feliz confirmación que ojalá que la realidad inmediata venga a corroborarlo en pocos días, una vez que sea investida presidenta. Gracias, Sara, por tu aportación.