Seguidores

domingo, 3 de marzo de 2024

FRUSTRACIÓN


         Podríamos decir que se ha puesto de moda la salud mental. Sé que dicho así no deja de ser una frivolidad como otra cualquiera. Lo que sí se aprecia es que, en este momento, se habla más de salud mental que en años anteriores. Parece que con el auge del COVIT y los cambios sustanciales de vida que trajo consigo, hemos caído en la cuenta que disponemos de una mente que se sustenta en una serie de rutinas que podemos identificar como forma de vida. Siempre hemos dispuesto de una estructura identificable y más o menos compartida, pero la costumbre de su cumplimiento nos ha llevado a desarrollar de hecho unos niveles de cumplimiento que podían vivir sin necesidad de afectar nuestros fundamentos. Desde el momento en que la pandemia entró en nuestras costumbres, parece que  nuestra estructura de comportamiento se vio alterada y empezamos a darnos cuenta de que nuestra vida entraba en crisis y nos abocaba a plantearnos una serie de frustraciones que afectaban a nuestro modo de ver el mundo y a comportarnos de una manera distinta a la que dábamos por conocida hasta el momento.



         Seguramente nuestras costumbres no cambiaron tanto por efecto de la pandemia porque nosotros seguimos siéndolos mismos y el contexto en el que nos tuvimos que desenvolver tampoco cambió demasiado. Pero es verdad que el simple hecho de que tuviéramos que cambiar las horas en que podíamos salir a la calle y pasar más tiempo recluidos  en nuestras casas nos forzó a un tipo de vida nuevo y hasta la estructura académica se vio modificada con muchas más horas en el interior de las viviendas y muchas menos  para convivir en la calle. Quizá no importa tanto cuantificar hasta dónde han alcanzado los cambios que se impusieron en aquellos momentos, pero fueron suficientes para hacernos ver que determinadas rutinas podían cambiar y que las frustraciones que ocasionaban los nuevos cumplimientos significaban poner en crisis el sistema de vida conocido. Nos vimos obligados a modificar parte de nuestro esquema tradicional.



         La pandemia no acabó pero la hemos integrado, de modo que la hemos afrontado como un hecho cíclico, como si se tratara de una gripe que necesita ser combatida en un periodo concreto del año, en otoño concretamente, y la hemos incorporado como una incidencia más con la que tenemos que aprender a vivir. Así lo hemos hecho como si el cambio se pudiera resolver con una vacuna. Los efectos de aquel cambio de vida fueron bastante más complejos que los estrictamente clínicos y, con el tiempo, los hemos visto aflorar en todos los sectores de nuestro comportamiento. Los hemos concentrado en la salud mental, en parte por los cambios que nos produjo la presencia de aquel virus, pero también en parte por nuestra resistencia a integrar las  frustraciones que significó en su momento el cambio de la forma de vida que teníamos integrada. Nos costó esfuerzo entonces integrar los cambios y nos cuesta en este momento volver a la normalidad porque, aunque no nos demos cuenta, la normalidad a la que volvemos no es exactamente la que dejamos.



         Nos hemos centrado en la salud mental porque sus consecuencias se han puesto más a la vista como efecto de la pandemia, pero también porque aprovechando los efectos de la pandemia nos hemos fijado más en problemas mentales que ya estaban presentes y apenas les hacíamos caso, pero aprovechando las incorporaciones específicas a las que nos forzó aquel tiempo de cambio, se pusieron de manifiesto frustraciones que tuvimos que integrar y las dificultades que significaban su incorporación a nuestra forma de vida nueva. No hay que tener miedo a las frustraciones que tenemos que asumir por los cambios que nos vienen dados. Nuestras posibilidades de adaptación son ilimitadas y nos permiten integrar nuevas formas de comportarnos o de pensar para adaptarnos a los nuevos tiempos que nos va tocando vivir. Aprender a aprender puede convertirse en uno de los grandes logros a integrar en nuestra forma de ser.   



4 comentarios:

  1. También puede ser que al tener más tiempo vacío de ocupaciones, afloraron comportamientos y observaciones que antes tapaba una vida frenética.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo con lo que dices. En cualquier caso, el discurso de las posibilidades es para tomarlo con serenidad. Un beso.

      Eliminar
  2. Me parece otro análisis genial.
    Muy bueno, amigo querido.
    Muy interesante 😃
    Gracias 😊
    Besos 🥰

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Son palabras estimulantes, puede que demasiado, pero que agradezco profundamente porque estoy seguro que son sinceras. Un beso.

      Eliminar