Esta
semana hemos sido testigos en España de una secuencia insólita. Las
televisiones ofrecen la noticia, como tantas, de un fuego que se produce en un
piso séptimo de un bloque. Parecía un drama relativamente cotidiano que la
intervención de los bomberos eliminarían de las pantallas en unos minutos, como
siempre. Pero esta vez no fue así. A una velocidad completamente insólita
pudimos presenciar en vivo y en directo cómo en menos de dos horas de reloj
toda la edificación, formada por dos bloques de diferentes alturas y
relativamente aislados del resto del barrio, ardían como una tea por las
fachadas y desde ellas, achicharrando las 138 viviendas de la urbanización.
Ante un hecho tan raro, los vecinos apenas tuvieron tiempo de salir como
pudieron y salvar la vida. Hoy sabemos que la salvaron todos menos 10 que
sucumbieron al fuego en los pisos más altos sin haber encontrado el modo de
ponerse a salvo en los pocos minutos que tuvieron de margen. Mientras veíamos
la enorme bola de fuego esperábamos, incluso, que el edificio se viniera abajo
de un momento a otro. Hoy sabemos que la estructura sigue en pie, por ahora y
que los técnicos están valorando qué se puede hacer con el esqueleto que queda
en pie.
El
incendio comenzó a las 5´30 de la tarde y esa misma noche, 138 familias se
encontraban en la calle, presenciando en riguroso directo cómo sus viviendas
desaparecían pasto de las llamas y ellos no podían creer lo que estaba pasando
delante de sus ojos. En realidad, los afectados estaban alucinados ante el
espectáculo, pero todo el país no lo estaba menos delante de los televisores.
Hasta los bomberos que luchaban por sofocar el incendio tan voraz reconocían
que se sentían incapaces de dominar semejante siniestro que no tenía
comparación con cualquier otro del que ellos tuvieran memoria. Y como si se
tratara de una película de terror, todos fuimos testigos de cómo, en unas pocas
horas, la vida les cambiaba por completo a esos 138 vecinos de ese barrio de
Valencia.
El
drama sucedió el jueves y hoy va para tres días. Todas las autoridades se han
acercado a ver con sus propios ojos si lo que sucedía era de verdad y, una vez
comprobado, cómo se puede colaborar ante semejante drama, con centenares de
personas delante, que no disponen ni de un cepillo de dientes que echarse a la
boca, ni del carnet de identidad para certificar quién es y cómo se llama cada
uno, o una simple tarjeta para sacar dinero y comprarse un bocadillo para la
cena. Era como si la vida se les hubiera parado de pronto y les propusiera
iniciar el movimiento desde cero, una prueba de fuego, nunca mejor dicho, a una
serie de personas elegidas al azar, que acaban de nacer, cada una con la edad
que cuenta y que se encuentran sin nada ante el futuro más inmediato, es decir,
para la misma noche del jueves y, a partir de ahí, hasta el incierto mañana. Lo
estoy contando y me cuesta creerme que vi lo que digo y que otros lo están
viviendo en sus carnes.
La cantidad de urgencias que se presentan para ser resueltas es ingente y la angustia de la inmediatez no tiene espera porque la noche se echa encima y hay que seguir viviendo. Se valora mucho la actuación de los bomberos y de las fuerzas de seguridad. El conserje del bloque tuvo una actuación heroica yendo piso por piso para avisar que tenían que desalojar las viviendas inmediatamente, porque muchos no eran conscientes de la virulencia del fuego y, en aquel momento, su vida estaba pendiente de un hilo. El ayuntamiento ha ofrecido un bloque de 130 viviendas para poder realojar a los que han perdido sus casas y, mientras tanto, en hoteles para salir del paso. A la mañana siguiente del suceso, los vecinos inundaron los espacios disponibles de enseres de solidaridad, de los que consideraban más urgentes, hasta el punto de que los servicios de ayuda tuvieron que parar las entregas porque necesitaban tiempo para ordenar la avalancha de ayuda que iba llegando. La vida vuelve poco a poco y nos damos cuenta de que “nosotros, los de entones, ya no somos los mismos”.
¿Qué decir?
ResponderEliminarComo tú, como todos, estoy horrorizada. Impactada. Es terrible . Traumático...
Gracias de nuevo portu reflexión.
Feliz domingo 😊☺️🫂
Lo que más me ha impresionado es la provisionalidad de lo que tenemos y de lo que somos. Apenas un visto y no visto. Un beso.
Eliminar