Esta
palabra que titula el texto de hoy pertenece perfectamente a nuestra lengua. Yo
la asocio al terreno de la ciencia y, como tal, se la ha venido utilizando con
toda normalidad. La cuestión es que, de un tiempo a esta parte, se ha puesto de
moda para denominar ese enfrentamiento casi irreconciliable entre las distintas
opciones políticas. Lo que tendría que ser la saludable discrepancia en la
defensa de opciones diversas sobre la interpretación de la vida, que formaría
parte de la verdad de cada problema, no sería más que el conjunto de distintas
opciones posibles, todas legítimas y necesarias para dar validez a la diversa
realidad, que se completaría con las distintas interpretaciones posibles. El
mal uso prolongado en el tiempo, da como resultado la situación de polarización
que vivimos. Podríamos definir las distintas posiciones como partes o aspectos
parciales de una verdad común, imprescindible sin cada una de las opciones
posibles. No sé si el mal uso consentido y dilatado en el tiempo termina
distorsionándose y haciendo que cada opción o interpretación de la realidad
necesite, para reafirmarse, prescindir de cualquier argumento que no sea el
suyo propio, con lo cual, el resultado final, necesariamente tiene que ser
parcial e inexacto.
Se
entra en un bucle interpretativo en el que cada opción, perfectamente legítima
por otra parte, adopta la costumbre de ignorar cualquier argumento que no sea
el propio e intenta imponer una explicación sobre lo que acontece, que no tiene
en cuenta más que su propia explicación, con lo cual los distintos discursos
que tendrían que formar parte de un resultado final unitario e integrador, se
convierten en argumentos excluyentes que ignoran todo lo que no forme parte de
su argumentario, sencillamente y, por tanto, en enemigo a batir. Si nos paráramos un poco y
enfriáramos la reflexión de cada uno, tendríamos que concluir que no hay
argumento que pueda salir delante de manera estable si no dispone de
componentes de los distintos miembros en litigio y que ignorar a cualquiera de
ellos, significa mantener vivo el conflicto, sin posible solución.
De
esta deformación de uso ha salido la polarización de marras y ahora andamos con
ella debajo del brazo cada uno, ignorando el resultado ineludible. No hay
resultado posible si no se cuenta con las posiciones de cada uno de los
contendientes ni verdad duradera que ignore los argumentos de cada uno de
ellos. No sé en qué momento se llega a enfrentamientos tan excluyentes. De lo
que sí estoy seguro es que a base de excluir partes del discurso común no habrá
manera de consensuar nada y, por tanto, el conflicto permanente campará por sus
respetos sin solución a la vista. Dicho de otra manera: para encontrar un
resultado que permita soluciones de futuro es imperativo bajarse del burro
todos los componentes en conflicto, reconocer cada uno a su vecino y aceptar
partes del discurso que no sean las propias para que los miembros en litigio se
sientan integrados en el discurso final. De lo contrario no podrá haber ningún
acuerdo porque el sector que se sienta excluido no aceptará solución alguna
hasta que una parte de su argumentario no esté presente en la solución final.
Podríamos decir, por tanto, que bien está la polarización para el campo de la ciencia, de la que nació seguramente, porque en el terreno político, todo lo que huela a polarizar llevará implícito el estigma de .la discordia, por afirmación del discurso propio y por exclusión o ignorancia del contrario. Lo estamos viendo en el mundo entero. Todo lo que no sea alcanzar pactos en los que las distintas opciones se sientan integradas de alguna manera, no pueden significar acuerdos de futuro. Es cierto que las soluciones integradoras suelen resultar incómodas para las distintas partes. Nadie puede sentirse demasiado satisfecho porque tiene que haber cedido un espacio suficiente para verse dentro del conjunto, pero sabiendo que partes de su verdad siguen pendientes. Me siento ridículo con esta explicación, que considero tan simple, porque no entiendo cómo no se entiende.
Me encanta, y estoy de acuerdo. Excelente reflexión y desarrollo.
ResponderEliminarFelicidades y gracias de nuevo, querido Antonio.
Un fortísimo abrazo.
Feliz domingo 😊☺️🫂
Doy por supuesto tu benevolencia en el juicioo, pero valoro tu criterio y lo agradezco de todos modos. Te mando un beso
EliminarTe ha quedado un verdadero trabalenguas. El polarizdor que desporalice buen desporalizador será. Qué alguien te escuche.
ResponderEliminarA lo mejor todos estos intentos de reflexión no son mas que un juego a fijn de cuentas. Un beso.
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