Esta
semana hemos sido conmocionados por la
noticia de que dos hijos, de 13 y 15 años, han matado a su madre adoptiva de
una puñalada en el cuello y, después, intentaron huir. Lo primero que se me ha
venido a la mente ha sido el asesinato de Asunta Basterra, aquella niña gallega
de 12 años, a manos de sus padres adoptivos, hace unos años. En ambos casos se
hizo hincapié en la cualidad de adoptados de los menores. Las noticias no
afirmaban en ninguno de los dos casos la condición de adoptados de los menores
como determinantes en la tragedia pero el mismo hecho de que lo mencionaran sin
más, hace que el sentido de la información, hace que quien lo lee fije su criterio en esa cualidad, en
el primer caso para responsabilizar a los padres de Asunta como si la niña no
estuviera suficientemente querida y hasta envidiada por el punto de genialidad
que, al parecer, manifestaba. En el caso de los dos hermanos ha quedado la
imagen de que puede haber sido la excesiva rigidez normativa de la madre la que
puede haber desencadenado la tragedia porque los rendimientos académicos de
ambos, al parecer, eran muy buenos.
Creo
que sería justo desligar la idea de la adopción de los trágicos resultados
finales en ambos casos porque, desgraciadamente, entre uno y otro caso, hemos
tenido noticias de menores maltratados y muertos por sus progenitores con los
argumentos más diversos, sin que la paternidad sea cuestionada por más que los
resultados, en esos casos, hayan resultado lo mismo de trágicos.
Tradicionalmente venían apareciendo en los medios el psicólogo de la Fiscalía
de menores de Madrid Javier Urra o el Juez de menores de Granada Emilio
Calatayud como expertos universales que nos hacían una serie de comentarios
para informar al público ignorante sobre estos comportamientos extremos que nos
conmueven durante el tiempo de vida que dura una noticia, cada vez más corto
por cierto. En este último caso, el juez Calatayud no se ha hecho presente, a
pesar de que sigue ofreciendo comentarios y hasta algún libro sobre las
sentencias originales que en algún momento lo pusieron de actualidad..
Estos
hechos que nos alarman en un momento determinado, por su excepcionalidad y
dramatismo, creo que debieran tratarse como situaciones posibles del mundo en
que nos movemos, hablar de ellos, si se quiere, alejando lo más posible las
situaciones extremas con las que se
muestran en los medios porque estoy seguro que si analizáramos con una cierta
profundidad y rigor, podríamos aprender que protagonizar situaciones tan límite
son las menos y se diluyen si las integráramos como partes de la normalidad de
la vida, por más que en el momento en que se produzcan, nos puedan parecer insólitas.
El transcurrir de la vida nos lleva y nos trae por situaciones que debiéramos
compartir con detenimiento sin tener que ponernos las manos en la cabeza a cada
paso, sobre todo porque la actualidad nos destaca cada vez más detalles que nos
pueden sorprender y que en realidad se nos convierten en motivos de
deslumbramiento repentinos, pero que terminan influyendo muy poco en nosotros,
que vamos acostumbrándonos a todo, o, incluso, destacando siempre los picos
atractivos de las noticas y menospreciamos el acontecer cotidiano de la vida, en
el que estamos la mayoría de los que
vivimos.
Mi propuesta sería que aprendiéramos a interesarnos lo más posible por los muchos ámbitos de normalidad, tanto si los conocemos por la prensa, cosa que veo difícil si adolece de algún motivo de impacto, o los conocemos cada uno por las propias experiencias que vivimos en nuestro ámbito más cercano. Seguro que podremos comprobar que son la inmensa mayoría de los casos. No digo con esto que las excepcionalidades, que cualquier día nos impresionan por su crudeza, debamos ignorarlas. Seguro que nos pueden ser útiles para saber que la vida nos puede sorprender en cualquier momento, pero sin olvidar que el grueso de la información con la que vivimos, está compuesta de situaciones sencillas que nos ilustran y nos sujetan al mundo.
Totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarFeliz domingo mi niño.
Besos 😘
Coincidencia de pareceres. por lo que se ve. Un beso 😘
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