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domingo, 24 de marzo de 2024

DETERIORO

 

         Más de una vez he plasmado en este blog una de las grandes lecciones de mi padre. Me dio muchas, él, que hablaba tan  poco. Pero una de ellas tenía relación con la guerra, ya que fue uno de los que la protagonizaron. Siempre contaba que el primer muerto es un drama, pero que la diferencia entre el muerto 1315 y el 1316 es prácticamente ninguna. Por muy dramático que parezca, terminamos acostumbrándonos a todo, es lo que quería destacar. Estos días la prensa nos ha informado de que una  niña de 13 años se ha constatado embarazada de tres meses en un  pueblo de España y su padre y el marido han sido detenidos por tráfico de personas al comprobarse que la operación se ha realizado a través de un desembolso económico de unos 3000 euros, que el marido ha entregado al padre. La niña ha quedado bajo la tutela del servicio de menores correspondiente. En el parlamento español todo el país ha oído a un parlamentario llamar criminal al gobierno. Podríamos seguir con ejemplos similares, desgraciadamente, porque atravesamos una época en la que tenemos la boca demasiado suelta y hemos decidido dar vía libre al desmadre y no hemos encontrado el límite.



         Los ejemplos que he descrito los he vivido yo en persona o he sido testigo, como millones de compatriotas. Lo malo que tiene cualquiera de ellos, no es ya que se hayan producido, sino justamente el hecho de que se hayan  producido. Una vez que podemos integrarlos a nuestra realidad ya no podemos negarlos por más que queramos, lo que quiere decir nuestro límite de degradación de la convivencia ha pasado de lo desconocido a lo cotidiano. Desde la primera constatación del hecho en adelante ya será imposible negar los puntos descritos como parte de la cotidianeidad que tenemos que afrontar en adelante. Los destellos que nos hayan producido u otros similares, que podríamos seguir enumerando, hacen que nuestra capacidad de deslumbrarnos se haya ampliado y si en cualquier momento, uno de los hechos mencionados se repite, nunca tendrá el mismo impacto que la primera vez. Ese es el problema.



         Cualquier primera vez nos mancha y nos modifica para bien o para mal, dependiendo de si el ejemplo nos deteriora o nos engrandece. Hace unos días, en el incendio del edificio de Valencia se produjo un hecho ejemplar en positivo y la prensa no paró de valorar la actuación del conserje por su diligente actuación, avisando a todos los vecinos que desalojaran sus viviendas cuanto antes, lo que pudo salvar vidas. O la del servicio de bomberos, rescatando a una pareja rodeada por el fuego en su terraza, acercándoles una doble grúa, mientras la que llevaba la manguera alejaba el fuego de sus cuerpos, para dar paso a la segunda que pudo recogerlos y ponerlos a salvo. Por eso quiero poner de ejemplo a primeras veces que nos engrandecen frente a otras que nos deterioran. En ambos sentidos tienen un efecto ejemplarizante, de modo que una vez producido se integra en nuestra vida haciéndola un poco mejor o deteriorándola un poco más. Por la cantidad que se producen, estos días los deterioros se acumulan, por el número y porque el Parlamento en el que muchos se producen, tiene un efecto privilegiado.



         No quiero darle demasiado sentido dramático. Que cada uno de los que participamos lo valore como crea conveniente. Lo que sí me parece oportuno es reseñar que la novedad de la primera vez tiene más valor: más grande, más vistoso, más profundo…, lo que produce un efecto ejemplarizante para quienes reciben el mensaje. Tampoco quiero  convertirme en un predicador de las costumbres, ni defensor de una determinada moral para un momento concreto. En todo caso, sí quisiera destacar la importancia indiscutible de las primeras veces para que los que, por alguna razón concreta, disponemos de un púlpito de privilegio, sobre todo, asumamos nuestra función de eco y nos preocupemos de lo que hacemos o de lo que decimos porque, una vez el hecho consumado, ya no es posible hacer que no se haya producido por más que queramos.  



5 comentarios:

  1. Nunca me acostumbraré.
    Siempre me impacta, disgusta, altera...
    Tampoco quiero acostumbrarme.
    Tal vez por eso no lo conseguiré.
    Todo afecta, para bien o para mal.
    A todos.
    Me encanta tu artículo...
    Besos, amigo mío.
    Feliz descanso.

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    1. Me parece oportuno sublevarse para que la costumbre no nos domine, pero hayt que saber lo que pasa enb el mundo y sobrevivir a pesar de los inconvenientes. Salud y un beso

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  2. Siempre es un placer leerte mi guapo. Un beso.

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  3. Desde luego ya se cuenta con el adormecimiento de nuestros sentidos por el número de veces que suceden pero está en nuestras manos sentirlos todos como la primera vez, tan difícil pero no imposible.

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