Estábamos
atravesando un invierno cálido y seco y nuestra alarma subiendo de manera
preocupante porque los niveles de agua embalsada han descendido hasta niveles
que no se conocían desde hacía años. Y cuando estábamos preparados para echarnos
las manos en la cabeza como muestra de preocupación máxima, aparece marzo y se
pone a llover y a nevar en casi todo el territorio nacional, no diré para
resarcirnos de las deficiencias acumuladas, sobre todo en Cataluña y Andalucía,
que andaban por debajo del 20%, pero sí de manera abundante, por lo que se
plantea un final de invierno, francamente esperanzador. Aunque no se alcance para
tirar cohetes, porque el déficit es muy pronunciado y puede que se necesiten
años para alcanzar cotas tranquilizadoras. Las perspectivas, de todas formas,
han cambiado de sentido y, por lo pronto, prometen.
Dos
acontecimientos, además, de primer orden, que requieren ser destacados también
en marzo. El 8 DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER que cada año va tomando más presencia, hasta el punto que está
llenando las calles cada vez más y nos está diciendo que la revolución de la
mujer se impone cada año con más fuerza. Lo que en origen fue la manifestación
de cuatro sufragistas, apenas testimoniales, frente al desprecio masivo de las
fuerzas vivas que las miraban por encima del hombro, se han ido extendiendo y
profundizando en sus reivindicaciones, hasta el punto de que se están
convirtiendo en la revolución más
profunda que hemos conocido, porque afecta ni más ni menos que a la mitad de la
población y los cambios que viene promoviendo significan un mundo nuevo en el
que desaparezcan los hombres y las mujeres como los hemos conocido hasta el
momento y sean sustituidas por las personas, sean del género que sean, iguales
ante la ley y ante las costumbres, que van a significar un mundo nuevo al que
hoy apenas si alcanzamos a vislumbrar las primeras señales y en el que todos
tendremos que aprender a situarnos como miembros igualitarios.
Mañana,
día 11, se conmemora el 20 aniversario del más grande ataque terrorista sufrido
por nuestro país, en los trenes de cercanías de Madrid, alrededor de las 7´30
de la mañana. El resultado, 192 muertos y más de 1500 heridos que sembraron de
luto a España entera y que pudiéramos haber llorado con un solo plañido, como
hubiera sido lo lógico, de no haber coincidido el atentado con los días previos
a las elecciones generales del 14 de marzo. El gobierno de entonces tomó la
decisión de asignárselo a ETA, que todo el mundo compartió en un principio, pero
cuando los datos, pasadas las primeras horas, fueron dejando pistas, cada vez
más claras, de que no se trataba de ETA, sino que apuntaba a Alkaeda y al mundo
islámico, el gobierno decidió mantener la tesis de ETA porque le beneficiaba
para las elecciones del día 14. El día 12 ya sabía el mundo entero que el
atentado era obra de Alkaeda, y el gobierno pretendió mantener la autoría de
ETA hasta que se produjeran las elecciones.
La población fue siendo consciente de la gran mentira en la que el Gobierno pretendía involucrarnos para sacar provecho de los resultados electorales del día 14 fue tomando la calle y exigiendo la verdad. El resultado electoral, que el PP daba por hecho, se volvió en contra y encumbró a José Luis Rodrríguez Zapatero. La sombra de que hubo una conspiración contra el PP en la que pudiera estar involucrado el Partido Socialista se mantuvo en vigor hasta que se celebró el juicio, a pesar de que la sentencia condenó a los culpables y dio el caso por cerrado. Es más, este año se celebra el 20 aniversario de aquel trágico atentado y todavía hay quien mantiene viva la teoría de la CONSPIRACIÓN aunque los autores están cumpliendo condena, salvo los que se inmolaron con sus propios explosivos en un piso de Leganés que tenían alquilado para sus reuniones. Hay quien afirma que desde entonces se impuso la polarización en la vida política y todavía vivimos sin que gobierno y oposición hayan encontrado acuerdos básicos para suavizar su relación.
Hoy ha caído más de metro y medio en Sierra Nevada. Es una gran noticia, aunque de nuevo se avecina más calor...
ResponderEliminarConfiemos...
En cuanto al día de la mujer, me enfada tanta división y partidismo...
Una vergüenza. No me gusta nada. Espero que en poco tiempo se acabe tanta estulticia y sea una conmemoración y reivindicación especialmente para la mayoría de los países de esta Tierra.
Gracias, amigo querido.
Siempre cercano, incisivo y sabio en tus observaciones.
Besos y felicidades por todo.
Me refiero a la nieve, claro, cuando digo lo del metro y medio de hoy...
ResponderEliminarJajajaja 😂😂❤️🫂
Siempre hemos vivido aquí con la idea de que teníamos un almacén de agua con la nieve.En primavera, con el calorcillo se iba derritiendo poco a poco y disponíamos de deliciosa bebida con el deshielo. Ahora sabemos que el cambio climático también nos afecta y tenemos que contar con él. Un beso
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