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domingo, 9 de julio de 2023

ESPEJO

          Ya sé. No insistáis. A estas alturas, lo prudente sería centrarse en la campaña electoral. Detenernos en los programas y analizar lo bueno y lo malo que, según nuestro criterio, encontremos. Pero se me ha cruzado un 49 CONGRESO DEL MOVIMIENTO COOPERATIVO DE ESCUELA POPULAR – MCEP de por medio y todo ha saltado por los aires. Quise saludar a Enrique de Cantabria, que sé que venía y hace mil años que no lo veo. Y me presenté en el C. P. Fuente Nueva, donde se ha celebrado, muy cerca de mi casa. Lo he abrazado con mucho gusto pero el espejo me ha devuelto un engaño a pesar de haber saludado también a Paco Olvera, con el que cada semana comparto comentarios de este humilde blog y abrazar a Tere Flores, como la niña que vi siempre en  ella, aunque me ha aclarado que ahora es la mayor del grupo de Granada y he verificado que su pelo era blanco y su risa franca y jovial, como siempre, He saludado por lo menos a veinte más, que decían conocerme pero que yo recordaba a medias.



         Mi cabeza ha querido ofrecerme el mismo colegio en forma de aulas prefabricadas y un grupo de maestros y maestras jovenzuelos, yo entre ellos, preparando el IV Congreso de lo que entonces se llamaba ACIES, que se terminó celebrando en el Instituto de Cogollos, cerca de Granada, en donde se acuñó el nombre que todavía ostenta. Cuarenta y cinco años de distancia, más de media vida repleta de grandezas y miserias, como supongo que es normal, y hoy de visita en una situación que siempre he considerado mi espacio y mi gente. Los espejos son así de caprichosos. Tú llegas creyéndote el rey del mambo y el cabrito te devuelve la imagen de un viejo incapaz de andar más allá de 500 metros sin tener que echar un descansillo. De vuelta a mi casa, confirmé que estaba satisfecho, como siempre, de lo vivido hasta el momento, que me sigo sintiendo un privilegiado, como siempre, pero el espejo me ofreció una isla a mi alrededor, a mí, que en la vida me había sentido aislado, si bien nunca he dudado que nacimos solos y que solos moriremos.



         Por la tarde fui a llevarle un cacharro a mi hija Alba, que se ha roto una pierna y me lo había pedido. En cuanto la saludé el nudo que se me había formado por el camino, fluía por mis ojos en forma de llanto, de agradable llanto, a pesar de que no soy muy llorica, mientras ella me preguntaba si me pasaba algo y yo la tranquilizaba para no entrar en pormenores que nos podían haber llevado toda la tarde y no era plan. Entregué el encargo y me volví con su abrazo, que agradecí, aunque en mi familia no somos de muchas carantoñas. Volví a mis cosas, en aquel momento leer en el ordenador hasta las siete y media, antes de la merienda cena sentado frente a los reportajes de la dos. Me sentía en paz y no sabía por qué. Había quedado en volver al congreso, con los cuarenta y cinco años de distancia en el cuerpo desde mi incorporación de entonces y mi visita de hoy. El nudo seguía presente en la garganta, aunque el llanto no volvió a brotar. No me hubiera importando.



         Había dejado un saludo pendiente, Marina, la compañera de Enrique, y le prometí volver para saludarla. Nuevas presencias y saludos nuevos, unos coincidiendo con los de ayer y otros en forma de sonrisas, como el que entra y sale por un espacio que ha sido su espacio durante tanto tiempo y, en medio, conciencia de haber sacrificado un día entero de lectura, lo que más me importa en este momento sin sentirme culpable. Tendría que buscar un asiento porque ayer terminé cansado de estar de pie. No está ya uno para muchos trotes. Mientras, con la vista buscaba a Victoria que, mientras prepara oposiciones, se le ha signado la secretaría del grupo. Me aclaró que no era la encargada y localicé a Jorge Ríos, viejo conocido como padre de una hija que tuvimos en la escuela y ahora miembro de este grupo. No creo que le extrañara mi gesto porque nos conocemos bien. Le pedí que me apuntara de nuevo y le pagué mi cuota de socio para el curso próximo. Cuando me dieron el nombre del grupo en Wassap, su saludo fue el primero. He decidido contarlo porque necesito hacerlo y para eso estoy en mi blog.    



7 comentarios:

  1. Muy hermoso todo. Y emotivo. Mucho.
    Espero y deseo que Alba se recupere pronto... Y que continúes disfrutando y emocionandote con la Vida y esos momentos inolvidables que vas sumando.
    Feliz domingo, amigo querido. Te extraño.
    Gracias por compartir tus vivencias y, personalmente, por no hablar de políticas y elecciones...
    Puede que, por primera vez en mi vida, te pregunté a quien votar cuando llegue el momento... No quiero ni pensar en ellos.
    Te quiero y admiro, mi granadino genial.
    Cuídate

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    1. Votaré a SUMAR porque creo en Yolanda Díaz. Te agradezco tus palabras. a pesar de todo. Un beso

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  2. Qué bellas palabras y qué alegría volver a verte.

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  3. Nicolás González11 de julio de 2023, 3:31

    Ay, Antonio, qué me gustó verte después de tantos años. Él me conoce, pero para aquellas piensen ¿este quién es? Pues tuve la oportunidad de coincidir en la clase de 3º A en el internado del Ave María del Chapiz, la Casa Madre le llamaban, con Antonio. Años magníficos. Y sí yo también estuve en Cogollos, pero no me enteré de nada del congreso, andaba yo en otros menesteres. Pero sigo, así que algo habré aprendido. Un abrazo muy, muy fuerte Antonio. Y un recuerdo, me compré mi primer libro "rimas y leyendas" de Bécquer influenciado por tí y la poesía. Eso no lo sabes, pero yo te lo digo para que lo sumes a tu vida, grande y llena. Nicolás González.

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  4. ¡Qué maravilla! Antonio ha sido una maravilla el podernos abrazar, el podernos comunicar y hablar de casi todo. ¡Qué cadena de recuerdos vividos y presentes! Desde aquel Cogollos lejano en el tiempo pero no en la memoria, hasta este Fuentenueva lleno de experiencias freinetianas. Y, qué curioso, ese uso del espejo que aprendí de ti en un curso que fuiste a dar a Gijón u Oviedo (no me acuerdo) y al que fui desde mi tierra. Allí vi por primera vez el espejo. Grande Antonio. A seguir y un fuerte abrazo, doble por nuestra parte por la apoyatura de Marina. (Este aparato no me deja poner mi nombre.... qué le vamos hacer.)

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  5. Me han contado muchas veces vuestras historias (a mi siempre me han encantado) yo soy nuevo, entre en el 92 y ya no he faltado a ningún congreso. Elscribo con dificultad pues tu escrito me ha humedecido los ojos. Estamos en el esfuerzo por extender esto que nos parece tan necesario para la sociedad, para la escuela. La pedagogia Freinet, el Mcep. Que entre gente nueve que esté por la emancipación. Pero tu relato, tu voluntad de pagar la cuota me parece una cosa tan joven, tan audad, tan tierna que nos da ánimo. Sabemos, pero (somo humanos) a veces dudamos. Cosas como esta nos dan fuerza, en la cooperación lo conseguiremos. Gracias Antonio

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  6. Hola Antonio, que penita no haber podido encontrarme contigo en el congreso del mcep, aterricé en Granada unos días después de tu visita y me he quedado con las ganas de darte un abrazo. Ahora, al fresquito del norte, leo tu blog y no puedo dejar de emocionarme. Eres grande Antonio Fernández

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