La
próxima semana Madrid albergará una importante reunión de la OTAN en un momento
de guerra abierta en Ucrania en la que el señor Putin pretende representar un
bando que tiene detrás a Rusia y una cierta complicidad o silencio de China y
el otro, Básicamente Europa y los EEUU. Nunca desapareció la OTAN, pero es
verdad que antes de este despliegue bélico provocado por Putin en Ucrania, su
visibilidad estaba bajo mínimos. Hoy se encuentra en primer plano, con algunos
países: Finlandia, Suecia, Dinamarca…pretendiendo incorporarse de prisa y
corriendo y, con la excusa de la guerra de Ucrania, afianzando la política de
bloques y creciendo por momentos la escalada militar hasta niveles que no
conocíamos desde hacía muchos años. En los primeros días del conflicto la mesa
de negociación se reunía cada día, si bien con unos resultados poco
significativos, pero hoy, sólo silencio.
Después
de cuatro meses de conflicto abierto, el silencio negociador es público y
notorio, el desastre y el número de muertos no para de aumentar por ambos
bandos, y las condiciones de vida del mundo en general no han mejorado sino que
son más difíciles que las que había antes del comienzo del conflicto y hace ya
tiempo que los negociadores no se ha sentado a encontrar un alto el fuego o una
salida a un conflicto que empieza a enquistarse en el tiempo y en el espacio.
En este lado hay voces que discrepan sobre la idea de acrecentar el militarismo
e insisten en negociar la paz por vías diplomáticas, cosa que hoy parece un
tanto insólito tal como están las cosas y del otro lado se ha establecido un
silencio informativo, de modo que todo lo que no sea seguidismo puro y duro de
las tesis gubernamentales, significa entrar de lleno en la ilegalidad y
exponerte a la persecución. Occidente dificulta las voces discrepantes a la
escalada militarista, pero permite que se pronuncien por la vía diplomática,
pero Rusia ha cerrado por completo cualquier opción que no sea la
gubernamental.
Inna
Afinogenova, una popular periodista rusa que domina el castellano latino y que
trabajaba en “RT”, ha salido de su país desde la invasión de Ucrania y se ha
incorporado recientemente a algunos medios españoles, el diario Público por
ejemplo, para informar de Latinoamérica, zona que conoce bien por haber viajado
por ella, ya que de Rusia, por el momento, no podrá informar con libertad si no
quiere entrar en conflicto abierto con su gobierno y poner en peligro sus
posibilidades profesionales, hoy cerradas a cal y canto si no se siguen
directamente las tesis gubernamentales. Inna confiesa que su conocimiento del
castellano le ha facilitado encontrar un puesto de trabajo en España, pero que
en Rusia hay compañeros suyos que discrepan también de las tesis del gobierno
pero que no encuentran fácilmente un lugar desde el que poder informar con
libertad. Ojalá cunda el ejemplo y podamos conocer distintos puntos de vista
sobre un conflicto que nunca debió producirse y que debe terminar cuanto antes
porque nos está arruinando a todos, especialmente a los habitantes de la zona.
El silencio
negociador nos está matando tanto como los bombardeos que no cesan. Hoy no se
habla de negociaciones de paz y no hay posibilidad de que el conflicto
desaparezca si no es hablando en una mesa, los unos frente a los otros. Veremos
en occidente, sobre todo en España, manifestaciones contrarias a la OTAN, que
consideran que el militarismo no nos llevará a la paz sino a una escalada
armamentística cada día más peligrosa que involucra a más países. Al mismo tiempo, conocer experiencias como la
de Inna Afinogenova nos abre un camino de esperanza de que el otro lado del
conflicto también hay voces discrepantes que, lejos de las indicaciones del
Señor Putin, mantienen una actitud crítica y promueven, desde la libertad
individual, diversidad de criterios que nos lleven a la paz. La esperanza no
está de moda estos días, pero siempre podemos encontrar testimonios que inducen
a creer en ella.
Muy buenos días, mi querido Antonio.
ResponderEliminarTal cual.
Que acabe pronto esta terrible y asesina pesadilla .
Nada más que añadir, amigo mío.
Besos
Así sea.