Hace casi 40 años ANTONIO FERNÁNDEZ LÓPEZ me escribió un sencillo prólogo a
mi primer libro de poemas. Estuve de visita en Granada y con una prima del
padre de mis hijos y su esposo salimos de tapas y entre las personas presentes
estaba Antonio. Le comenté mi interés por la poesía. Posteriormente debí de
enviarle copia de los poemas del libro UMBRALES, que fue publicado en 1984.
Hace 22 años que
vivo en la provincia de Granada. He preguntado a varías personas para que me facilitaran
el número de teléfono de Antonio, aún sin éxito. Quería y quiero hacerle
entrega en mano de ejemplares de libros de poemas publicados y sobre todo:.
AGRADECER PERSONALMENTE SU APOYO EN AQUEL ENTONCES. Es probable que se hubiera
dilatado mis ganas de decirme y decirle al mundo.
Antonio, muchísimas
gracias, por esas palabras que abrieron y apartaron miedos.
Ahora vivo en Cájar,
cerca de Granada, cómo te lo he dejado por mensaje privado en Messenger.
Espero lograr
comunicarme contigo.
Ivonne Sánchez
Barea.
Pues, mira por dónde, querida Ivonne, acabas de
llegar. En este momento, después de 40 años, contactamos de nuevo. En cuanto
termine de escribir este texto me pondré en contacto contigo, vía Whatsapp.
Estamos a unos 10 kilómetros de distancia el uno del otro. Sin embargo ha
tenido que ser Ismael Lorenzo desde Miami, a quien acabo de conocer hace una
semana, quien nos ponga en contacto.
Parece
que me voy del tema, pero no es verdad. Hoy se iba a llamar BAJADA EN PICADO o algo así, pero
decidme quién es capaz de pasar por alto un texto como el que acabo de recibir
y que os paso literal, como si nada hubiera pasado. Yo no he podido y ahí os lo
pongo de cabecera para que nos pueda servir de reflexión dominguera. Lo primero
que me viene a la cabeza es este poemita de Rafael Alberti que recito miles de
veces como si se tratara de un martillo pilón:
Que
no me digan a mi,
Que
el canto de la cigüeña
No
es bueno para dormir.
Si
la cigüeñita canta
Arriba
en el campanario,
Que
no me digan a mí
Que
no es del cielo su canto.
No sé
qué relación tiene una cosa con otra, pero mi mente las ha relacionado al momento.
Del mismo modo, esta vez un poco más lógica, también me llega que la distancia más corta entre dos puntos no
es la línea recta, sino la que los une antes. En este caso han pasado 40
años y, estoy seguro, que millones de vicisitudes en cada uno de nosotros para
que, vía Miami, nos llegue la conexión deseada a Ivonne Sánchez Barea y a mí.
Sería suicida, a estas alturas de la película, no hacer que se produzca la
conexión, aunque no sea más que por unir un deseo, largamente sentido, con su
destino. No tengo ninguna garantía de lo que va a pasar después pero sé que el
siguiente paso que tengo que dar, es conectar con Ivonne, mirarla a los ojos,
recibir ese ejemplar de UMBRALES que desea ofrecerme y hablar con ella un rato.
Lo que pase después…, ya veremos. Por mi parte os daré cumplida referencia por
si alguien tiene interés en conocer cómo sigue esta historia.
No es la primera vez que me pasa algo similar. Una vez más mi aprendizaje es que las casualidades no existen sino que, muchas veces, nuestro conocimiento no alcanza a unir dos puntos concretos. Nuestro reto, por tanto, está en confiar en la vida bastante más de lo que lo hacemos normalmente y aprender, siempre aprender. La vida tiene siempre lecciones para nosotros, aunque no siempre nosotros estemos receptivos para asumirlos. Dejo como conclusión esta frase de Jesús, de uno de los cuatro evangelistas que no puedo precisar: ni un solo pelo de la cabeza se mueve sin que mi padre, que está en los cielos, lo conozca. Hoy no tengo otro padre que no sea la ARMONÍA de la vida y a ella me remito.
No imaginas cuánto me alegra este reencuentro, y por supuesto que desearía saber cómo sigue.
ResponderEliminarConozco, quiero y admiro mucho a Ivonne. Es otra grande. También desde hace, mínimo, 22 años.
Imagina cuánta emoción.
Todo sucede en el momento adecuado.
Y ha llegado.
Este año, tenemos muchas golondrinas en febrero... Primavera anticipada.
Muchas felicidades y besos.
Te agradezco tu deseo del reencuentro. Ya se ha producido y tendremos que seguir aprendiendo. No estoy seguro que las cosas sucedan en el momento adecuado. Tampoco de que sea bueno que haya tantas golondrinas. No hay más que ver cómo se nos están agotando las reservas de agua. Un beso.
ResponderEliminarDesde Umbrales, ese paso y traspaso de la puerta, el trayecto ha sido arduo.
ResponderEliminarGracias siempre gracias.