La
media de infección en España se encuentra hoy por debajo de los 50 puntos. Esta
puntuación se califica como de riesgo bajo
y esto no pasaba desde hace un año, cuando la primera ola llegó a bajar casi a
cero. La diferencia entre la situación actual y la primera se llama ni más ni
menos que vacunas, pero no vacunas
cualesquiera, que ya serían positivas de por sí, sino más del 80% de la
población con la pauta completa, los mayores de las residencias y enfermos con
dificultades especiales con una tercera dosis de refuerzo. Una situación
francamente envidiable que nos hace que hablar de ir normalizando las
costumbres anteriores al covit no
tenga mucho que ver a las expectativas de hace un año. EEUU, por ejemplo,
siendo el país más poderoso y no teniendo ningún problema de abastecimiento de
vacunas, que es el problema del resto del mundo, se encuentra, sin embargo, con
una población negacionista del 40% y no tiene medios, hasta el momento, de que
su nivel de vacunación suba del 60% por más incentivos que ofrece para lograr
que aumente.
Prácticamente
está decidido ya que se inocule una tercera dosis con carácter general a los
mayores de 65 años como refuerzo, siempre que hayan pasado al menos seis meses
desde que recibieran la segunda. Como este que escribe no dispone de
suficientes conocimientos técnicos, tiene que callarse y asumir lo que le
toque, pero tiene un tufillo a especulación que los españoles, entre los que me
cuento, reciban una tercera dosis, que no dudo que pueda ser efectiva en el
caso de que las defensas hayan podido bajar en alguna medida, pero el argumento
que se planteó cuando surgió esta posibilidad de qué pasaría con el resto del
mundo, parece que no termina de llegar el momento de que reciban ni la primera.
Ahora no se dice nada pero cuando se planteó por primera vez la conveniencia de
la tercera dosis sí que se digo que su precio sería sensiblemente superior al
de las dos primeras y nadie lo ha desmentido hasta el momento, por lo que
tenemos que pensar que sigue siendo verdad.
Desde
el principio se demostró que la prioridad en las vacunaciones tuvo un carácter
netamente económico: Europa y EEUU los primeros y ya después, el resto del
mundo. Y esto ha venido siendo así hasta hoy. Con estas condiciones tenemos a
más de medio mundo esperando sus dosis básicas, bien por falta de fondos para
su compra o, sencillamente por dificultades de producción en la cantidad necesaria
para que llegue a todos. Es más, estamos viendo con estupor cómo hay vacunas
que se echan a perder en los depósitos de congelación mientras millones y
millones de personas siguen a la espera de ser dignos de que les alcance la
inmunidad. Los técnicos hablaron en su momento y dijeron que era preferible
para beneficio de todos inmunizar primero con las dosis básicas a la mayor
cantidad de gente posible antes de entrar en inocular terceras dosis a los que
dispusieran de fondos para adquirirlas. Yo estoy entre los beneficiados, pero
reconozco que es bastante escandaloso que los beneficios lleguen, como siempre,
mucho antes a unos que a otros, por criterios estrictamente económicos.
Todavía
no ha aparecido el volcán de La Palma y no porque haya cubierto su ciclo de
erupción, que se encuentra todavía en pleno apogeo, sino porque me parecía
interesante recapitular sobre el estado de la pandemia que, en las últimas
semanas lo hemos mezclado con novedades que nos apremian pero que son de un
signo completamente distinto. También se nos han quedado en el tintero los
menores que hace poco atravesaron la frontera de Ceuta y que todavía siguen con
nosotros sin resolver su situación o los miles de personas que quedaron
abandonados a su suerte en Afganistán porque hubo que salir del aeropuerto de
Kabul de aquella manera tan urgente y vergonzante a los que durante veinte años
creyeron en lo que decían los occidentales. No sé qué estarán pensando ahora de
nosotros. Todo habrá que hablarlo en algún momento, pero poco a poco.
Buenas tardes, amigo.
ResponderEliminarNada que añadir.
Otra crónica perfecta y con reflexiones muy acertadas.
Como siempre, muchas felicidades y gracias.
Besos desde Gran Canaria.