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domingo, 10 de octubre de 2021

REENCUENTRO

 


         La media de infección en España se encuentra hoy por debajo de los 50 puntos. Esta puntuación se califica como de riesgo bajo y esto no pasaba desde hace un año, cuando la primera ola llegó a bajar casi a cero. La diferencia entre la situación actual y la primera se llama ni más ni menos que vacunas, pero no vacunas cualesquiera, que ya serían positivas de por sí, sino más del 80% de la población con la pauta completa, los mayores de las residencias y enfermos con dificultades especiales con una tercera dosis de refuerzo. Una situación francamente envidiable que nos hace que hablar de ir normalizando las costumbres anteriores al covit no tenga mucho que ver a las expectativas de hace un año. EEUU, por ejemplo, siendo el país más poderoso y no teniendo ningún problema de abastecimiento de vacunas, que es el problema del resto del mundo, se encuentra, sin embargo, con una población negacionista del 40% y no tiene medios, hasta el momento, de que su nivel de vacunación suba del 60% por más incentivos que ofrece para lograr que aumente.



         Prácticamente está decidido ya que se inocule una tercera dosis con carácter general a los mayores de 65 años como refuerzo, siempre que hayan pasado al menos seis meses desde que recibieran la segunda. Como este que escribe no dispone de suficientes conocimientos técnicos, tiene que callarse y asumir lo que le toque, pero tiene un tufillo a especulación que los españoles, entre los que me cuento, reciban una tercera dosis, que no dudo que pueda ser efectiva en el caso de que las defensas hayan podido bajar en alguna medida, pero el argumento que se planteó cuando surgió esta posibilidad de qué pasaría con el resto del mundo, parece que no termina de llegar el momento de que reciban ni la primera. Ahora no se dice nada pero cuando se planteó por primera vez la conveniencia de la tercera dosis sí que se digo que su precio sería sensiblemente superior al de las dos primeras y nadie lo ha desmentido hasta el momento, por lo que tenemos que pensar que sigue siendo verdad.



         Desde el principio se demostró que la prioridad en las vacunaciones tuvo un carácter netamente económico: Europa y EEUU los primeros y ya después, el resto del mundo. Y esto ha venido siendo así hasta hoy. Con estas condiciones tenemos a más de medio mundo esperando sus dosis básicas, bien por falta de fondos para su compra o, sencillamente por dificultades de producción en la cantidad necesaria para que llegue a todos. Es más, estamos viendo con estupor cómo hay vacunas que se echan a perder en los depósitos de congelación mientras millones y millones de personas siguen a la espera de ser dignos de que les alcance la inmunidad. Los técnicos hablaron en su momento y dijeron que era preferible para beneficio de todos inmunizar primero con las dosis básicas a la mayor cantidad de gente posible antes de entrar en inocular terceras dosis a los que dispusieran de fondos para adquirirlas. Yo estoy entre los beneficiados, pero reconozco que es bastante escandaloso que los beneficios lleguen, como siempre, mucho antes a unos que a otros, por criterios estrictamente económicos.



         Todavía no ha aparecido el volcán de La Palma y no porque haya cubierto su ciclo de erupción, que se encuentra todavía en pleno apogeo, sino porque me parecía interesante recapitular sobre el estado de la pandemia que, en las últimas semanas lo hemos mezclado con novedades que nos apremian pero que son de un signo completamente distinto. También se nos han quedado en el tintero los menores que hace poco atravesaron la frontera de Ceuta y que todavía siguen con nosotros sin resolver su situación o los miles de personas que quedaron abandonados a su suerte en Afganistán porque hubo que salir del aeropuerto de Kabul de aquella manera tan urgente y vergonzante a los que durante veinte años creyeron en lo que decían los occidentales. No sé qué estarán pensando ahora de nosotros. Todo habrá que hablarlo en algún momento, pero poco a poco.



1 comentario:

  1. Buenas tardes, amigo.
    Nada que añadir.
    Otra crónica perfecta y con reflexiones muy acertadas.
    Como siempre, muchas felicidades y gracias.
    Besos desde Gran Canaria.

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