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domingo, 25 de julio de 2021

PORCENTAJE

 

         Esta novedosa lucha contra la pandemia tiene una serie de aristas que nos hacen sentirnos que vamos en todo momento un paso por detrás del virus. Dentro del mundo privilegiado en el que estamos encuadrados podemos decir sin temor a equivocarnos que alrededor del 50% de la población se encuentra ya vacunada con la pauta completa. Como las comunidades no son uniformes andamos entre el 42% las que menos y el 67% las que más. En general parece que en este momento tenemos a nuestro alcance el objetivo de alcanzar la inmunidad de rebaño, el 70% con las dos dosis, antes de que termine el verano. No sé si estos números de por sí son lo suficientemente significativos. Para abreviar podemos concluir que con las vacunas vamos bien y que disponemos de dosis comprometidas suficientes para cubrir la población al completo. Es más, parece que el gobierno ha comprometido dosis para el caso de que un sector de la población necesitara una tercera dosis de refuerzo, cuya conveniencia todavía está en discusión.



         Si nuestro nivel de sensatez fuera medianamente aceptable deberíamos estar contentos de que formamos parte del 10% de personas privilegiadas que por el hecho simple de haber nacido en un país europeo disponen de los medios adecuados para ver luz al final de este largo túnel que nos tiene doblegados durante 16 meses ya. Demasiados países tan dignos como nosotros se encuentran a la espera de que les llegue el .turno de las vacunaciones y es posible que todavía tengan que esperar más de un año para que les llegue. Digo que deberíamos estar contentos por este hecho porque lo que veo cada día es que no paramos de tirarnos trastos a la cabeza como si no tuviéramos otra misión que mirarnos el ombligo y forzar las discrepancias sobre cómo se resuelve mejor este laberinto en el que andamos un poco perdidos aunque tenemos la salida casi al alcance de nuestras manos. Es un poco la guerra de los nuevos ricos, que no ven otros ojos que los suyos como si fueran ellos los únicos que importan en un conjunto mucho mayor que nosotros, el mundo entero, que nos mira estupefacto mientras tanto.



         Entre las pocas cosas que vamos conociendo hemos averiguado que la velocidad en la vacunación no es baladí porque cuanto más tardemos en alcanzar las cotas más altas, más oportunidades le damos al virus para que mute lo que necesite y encuentre la mejor manera de adaptarse a las nuevas dificultades que se va encontrando en el camino. Desde que se empezó a vacunar hemos sorteado la primera cepa china. Al poco tiempo se impuso en este lugar del mundo la cepa británica que ahora ha quedado completamente sepultada por la cepa delta o india que predomina a estas alturas. Las vacunas estaban diseñadas para la cepa china y están resistiendo con solvencia a las nuevas que se van imponiendo hasta el momento pero es verdad que cada cepa nueva que aparece no es mejor que la anterior sino que plantea nuevas dificultades  que nos complican la vida un poco más y cuanto más tardemos en estar inmunizados con la vacuna, más posibilidades tenemos de que alguna cepa recién llegada termine por doblegar la inmunidad que, hasta el momento, se mantiene firme.



         Concluyo con un mensaje de gozo por tener el privilegio de formar parte del 10% de la población que ya está alcanzando la inmunidad y al mismo tiempo tengo que avergonzarme de que a pesar de ese privilegio, sé que vamos a seguir tirándonos los trastos a la cabeza como niños malcriados que no saben lo que tienen entre manos y que ignoran la cantidad tan enorme de personas que quedan por vacunar y que debería ser nuestra prioridad porque en definitiva, mientras no estemos todos inmunizados, el peligro no habrá pasado. Aquí no vale que uno se sienta a salvo si el virus puede estar pululando por grandes espacios y haciéndose fuerte para adaptarse a sobrevivir en medio de las dificultades que le vamos poniendo por delante. Ojalá usemos los ojos para ver y veamos unos palmos más allá de nuestras narices.


1 comentario:

  1. Pues eso mismo, querido Antonio.
    Y no sólo tener ese 7⁰ u 80% previsto. 90% es lo ideal y con tercera dosis de refuerzo.
    PERO sin olvidar, que hasta que esa proporción no sea en TODOS los países de este planeta, será inútil. Y eso está muy lejos de conseguirse, a pesar de las innumerables campañas de solidaridad, interesada, claro, por la cuenta que nos trae, pero que todavía está en pañales.
    Otra vez, enhorabuena por tu excelente artículo/crónica.
    Besos y gracias.
    Te extraño mucho.

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