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domingo, 17 de mayo de 2020

PRIMERA


         Prometo que volveré a mi verdadero asunto de la primera infancia en el momento en que logre sacarme de la cabeza este asunto del COVIT 19. Reconozco que estas semanas me salgo del tiesto pero es que lo prefiero porque de camino que lo digiero mientras lo explico  y hago honor al título del blog. COMO NIÑOS siempre fue para mí la constatación de que somos así todos los que vivimos sin centrarnos necesariamente en asuntos de niños. Es verdad que la frasecita es suficientemente ambigua como para que me permita jugar con ella y meter como parte de su contenido cualquier asunto que me interese si bien ya sabéis que mi trabajo se ha centrado en la primera infancia por lo que, inevitablemente, la mayoría de los textos van referidos a ese asunto. De todas formas no creo que a nadie le extrañe que le esté dedicando a la pandemia algunas semanas por la amplitud global que abarca y por los cambios que está significando en nuestra vida…, y lo que te rondaré morena.

         Por una cuestión estrictamente metodológica se ha decidido estructurarlo en fases, siendo 0 la que acabamos de pasar en el día de hoy en la que sólo se permite salir de paseo a determinadas horas a los deportistas, a los abuelos y a los pequeños con sus adultos de referencia. A partir de mañana lunes entramos en fase 1 en la que se empiezan a relajarse las medidas de confinamiento. Nos vamos adueñando del espacio en fases y esta primera es sólo en el ámbito provincial para volver a lo que se ha dado en llamar nueva normalidad. Iremos accediendo a los comercios de cercanía, saliendo a la calle sin límites y haciendo como que todo empieza a estar a nuestra disposición, pero no es verdad. Ni la fase cero, ni esta primera que vamos a estrenar mañana ni las dos próximas que nos esperan en semanas sucesivas a lo largo del mes de junio se van a parecer a lo que era nuestra vida hasta que empezó esta peste. Iremos tomando la calle a plazos pero no seremos los mismos dueños y señores que veníamos siendo sino que sobre nosotros se cierne una disciplina que habremos de cumplir porque hasta que no haya una vacuna solvente estaremos pendientes de un hilo.

         Tres medidas se imponen sobre cualquier fórmula de vida: la higiene frecuente de manos, la distancia de seguridad de dos metros con carácter general y el uso de las mascarillas que con carácter general ha pasado de recomendable a obligatoria, primero en los transportes públicos y ahora en la calle en general. Reconozco que son tres medias sencillas y que pueden ser seguidas por cualquiera porque no necesitan mucho esfuerzo. Lo que pasa es que el hecho de que no sean un rato sino que vayan pegadas a nosotros cada día y en todo momento y por un tiempo  indeterminado hasta que no se haya encontrado una barrera eficaz contra el virus, una vacuna o tratamiento solvente, pueden pasar años. Nuestra vida no va a ser la misma. Sobre la higiene frecuente de las manos no tiene por qué significar un cambio sustantivo. Siempre se nos aconsejó el lavado de manos como fuente de salud.

         La distancia de dos metros para todo…, habrá que hacerla, no digo que no. Pero dónde se ha visto que no podamos tocarnos, acariciarlos, saludarnos a base de contactos cuerpo a cuerpo…, los abrazos…, qué vamos a hacer sin los abrazos. Estoy seguro de que terminaremos cumpliendo, de hecho ya hemos empezado pero es un tipo de vida que no hemos conocido. No es una nueva normalidad sino una nueva anormalidad, que no es lo mismo. Y qué me decís con las mascarillas. Os confesaré que me había comprado un par de ellas en mi farmacia habitual para no usarlas sino en casos estrictamente obligatorios, los transportes públicos por ejemplo. Pues ayer la probé por primera vez y por pocas me ahogo. Sé que exagero y que terminaré acostumbrándome como todo el mundo, faltaría más. Pero de normalidad nada. Pareceremos marcianos como tantas veces nos hemos reído de los japoneses y los chinos cuando los hemos visto con mascarillas a tutti plen. Aunque no sea creyente…, ¡que dios nos coja confesaos!. 

1 comentario:

  1. Estoy convencida de que esta situación por la que estamos pasando nos està sirviendo a muchos de nosotros para replantearnos una transformación a todos los niveles. Para ello hemos tenido que experimentar todo tipo de emociones, necesarias, para tomar conciencia y saber nuestras respuestas cognitivas. Así funcionamos, somos química y nuestro cerebro y cuerpo en general, va dando respuestas adaptativas a cada situación. La vida es un continuo entrenamiento cargada de aciertos y errores. Tenemos que vivirla no por medio de apuntes ni teorías, sino viviendo con calidad para un entendimiento mejor. A veces vivirla y viéndola con ojos y altura de niños. Así, empezar a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y sobre todo aprender a SER. Todo ello nos facilitarà una convivencia de escucha y entendimiento entre todos para que las generaciones siguientes vivan mejor. Ànimo que esto tb pasarà y habremos aprendido.
    Saludos

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