Prometo
que volveré a mi verdadero asunto de la primera infancia en el momento en que
logre sacarme de la cabeza este asunto del COVIT
19. Reconozco que estas semanas me salgo del tiesto pero es que lo prefiero
porque de camino que lo digiero mientras lo explico y hago honor al título del blog. COMO NIÑOS siempre fue para mí la
constatación de que somos así todos los que vivimos sin centrarnos
necesariamente en asuntos de niños. Es verdad que la frasecita es
suficientemente ambigua como para que me permita jugar con ella y meter como
parte de su contenido cualquier asunto que me interese si bien ya sabéis que mi
trabajo se ha centrado en la primera infancia por lo que, inevitablemente, la
mayoría de los textos van referidos a ese asunto. De todas formas no creo que a
nadie le extrañe que le esté dedicando a la pandemia algunas semanas por la
amplitud global que abarca y por los cambios que está significando en nuestra
vida…, y lo que te rondaré morena.
Por
una cuestión estrictamente metodológica se ha decidido estructurarlo en fases,
siendo 0 la que acabamos de pasar en el día de hoy en la que sólo se permite
salir de paseo a determinadas horas a los deportistas, a los abuelos y a los
pequeños con sus adultos de referencia. A partir de mañana lunes entramos en
fase 1 en la que se empiezan a relajarse las medidas de confinamiento. Nos
vamos adueñando del espacio en fases y esta primera es sólo en el ámbito
provincial para volver a lo que se ha dado en llamar nueva normalidad. Iremos accediendo a los comercios de cercanía,
saliendo a la calle sin límites y haciendo como que todo empieza a estar a
nuestra disposición, pero no es verdad. Ni la fase cero, ni esta primera que
vamos a estrenar mañana ni las dos próximas que nos esperan en semanas
sucesivas a lo largo del mes de junio se van a parecer a lo que era nuestra
vida hasta que empezó esta peste. Iremos tomando la calle a plazos pero no seremos
los mismos dueños y señores que veníamos siendo sino que sobre nosotros se
cierne una disciplina que habremos de cumplir porque hasta que no haya una
vacuna solvente estaremos pendientes de un hilo.
Tres
medidas se imponen sobre cualquier fórmula de vida: la higiene frecuente de
manos, la distancia de seguridad de dos metros con carácter general y el uso de
las mascarillas que con carácter general ha pasado de recomendable a
obligatoria, primero en los transportes públicos y ahora en la calle en
general. Reconozco que son tres medias sencillas y que pueden ser seguidas por
cualquiera porque no necesitan mucho esfuerzo. Lo que pasa es que el hecho de
que no sean un rato sino que vayan pegadas a nosotros cada día y en todo
momento y por un tiempo indeterminado
hasta que no se haya encontrado una barrera eficaz contra el virus, una vacuna
o tratamiento solvente, pueden pasar años. Nuestra vida no va a ser la misma.
Sobre la higiene frecuente de las manos no tiene por qué significar un cambio
sustantivo. Siempre se nos aconsejó el lavado de manos como fuente de salud.
Estoy convencida de que esta situación por la que estamos pasando nos està sirviendo a muchos de nosotros para replantearnos una transformación a todos los niveles. Para ello hemos tenido que experimentar todo tipo de emociones, necesarias, para tomar conciencia y saber nuestras respuestas cognitivas. Así funcionamos, somos química y nuestro cerebro y cuerpo en general, va dando respuestas adaptativas a cada situación. La vida es un continuo entrenamiento cargada de aciertos y errores. Tenemos que vivirla no por medio de apuntes ni teorías, sino viviendo con calidad para un entendimiento mejor. A veces vivirla y viéndola con ojos y altura de niños. Así, empezar a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y sobre todo aprender a SER. Todo ello nos facilitarà una convivencia de escucha y entendimiento entre todos para que las generaciones siguientes vivan mejor. Ànimo que esto tb pasarà y habremos aprendido.
ResponderEliminarSaludos