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domingo, 9 de diciembre de 2018

ALEGRÍA



         Entramos en los días más cortos de luz y puede que sea por ese reino de la oscuridad por lo que hacemos los máximos esfuerzos en iluminar todos los espacios posibles como si fuéramos más fuertes que las propias leyes de la naturaleza. Lo cierto es que hacemos lo indecible para subvertir este tiempo oscuro y frío que nos invita a recogernos como ninguno y ante el que nos sublevamos como podemos a base de iluminación artificial y a base de jolgorio alcohólico y de comilonas. Los pequeños en este tiempo como en cualquier otro suelen ser los convidados de piedra que, como mucho,  son traídos y llevados de aquí para allá como si fueran muebles, sin ningún respeto para sus necesidades y obligándolos a que sigan la estela de los adultos dentro de sus carritos como si fueran muñecos de cartón piedra que se sacan a la calle para lucirlos o pesos muertos con los que hay que apechugar como un tributo que los adultos pagan a la vida para satisfacer sus deseos de convertirse en familias.

         Algunas propuestas sencillas quizá puedan aportar cercanía entre pequeños y mayores y satisfacción en las relaciones. Si son muy pequeños hay unas bolsas que cualquier adulto se instala a modo de arnés en donde el bebé puede ir pegado físicamente al adulto, calentándose con el contacto directo, casi piel con piel, siempre teniendo en cuenta que el pequeño mire a quien lo lleva que creo que es la postura que ofrece más seguridad y teniendo todo el mundo al alcance de sus ojos con sólo volver la cabeza. Si se trata de un carrito independiente conviene instalarlo de modo que el pequeño pueda acceder visualmente al adulto querido que lo lleva y lo trae, cosa que le dará tranquilidad y confianza. De otra forma perderá la referencia de la persona adulta con la consiguiente angustia y  desorientación. Si es dentro de la casa lo que verdaderamente importa no son las cosas de que el menor disponga sino la cercanía a las personas adultas y la integración en el conjunto familiar con que se le trate.

         El valor de los regalos, que los adultos asociamos a lo que nos cuestan en monedas a los pequeños no les importan lo más mínimo y sí, en cambio, les convencen o no en función de la relacción que crean con las personas adultas y en función del papel que le hacen desempeñar en el conjunto. Podemos gastarnos lo que queramos para sentirnos satisfechos pero nuestros menores van a intentar, sobre todo, sentirse incluidos en el conjunto familiar y que las cosas que se les regalan no signifiquen en ningún caso maneras de excluirlos del conjunto, cosa a la que suelen ser extremadamente sensibles. Por eso el mejor regalo que se le puede hacer a un menor es el de nosotros mismos, el de compartir nuestro tiempo con ellos, el de incluirlos en nuestra vida y el de integrar su progreso al del conjunto familiar y no considerarlos como apéndices al margen cuya función en el mundo es la de complicarnos la vida.

         Una hermosa propuesta, pasear con ellos, si es posible andando a su ritmo y permitiéndoles que descubran los espacios y las texturas de cada cosa con la que se encuentran, tanto si llegamos a algún sitio de destino como si no. Pequeños talleres en la casa con los alimentos de modo que desde que su capacidad lo permita aprendan a elaborar platos de ensaladas o de frutas picadas que después sirvan para alimentos de toda la familia. Son dos recursos que llenan de satisfacción o todos los que participan, que no cuestan dinero y cuya importancia es de muy largo alcance. Por supuesto no son los únicos pero sí indican que lo que importa en la relación con los pequeños no es lo que seamos capaces de comprarles sino la disponibilidad que ofrezcamos de compartir nuestra vida con ellos. No me resisto en ejemplificar el regalo impresionante que ofrece el abuelo en el que ha invertido media paga y que a los pocos minutos en los que todavía están los adultos alabando el contenido, el pequeño se lo está pasando pipa con el envoltorio de cartón. 


6 comentarios:

  1. Estoy aprendiendo a colocarme el porteo, ese invento para llevar a mi nieta bien pegada al cuerpo que no conocí con mis hijas y que va a hacer que mi papel de canguro tenga connotaciones físicas.

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    1. De abuelo canguro seguro que vas a recibir tanto placer como de maestro profesional y que lo vas aa hacer poniendo los cinco sentidos en ello y alguno más que ya te inventarás. Enhorabuena, amigo. Un abrazo

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  2. En tal hemos, como Humanidad, revertido la anunciada alegria del "Puer Natus", más que vivencia, modismo: de folclore, pastores, zagalas, pesebres y algún que otro canturreo a la sazón, villancico. Sea o no.
    Para quienes albergamis poca ilusion en las Na(ti)vidades queda intocable la certeza del acercamiento generoso entre familia y amistades. Qué mejor regalo

    Al fin , los niños serán capaces de reproducir los esquemas que aprendan de nosotros, pensantes adultos
    Besos

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    1. Espero que tus problemas respiratorios se hayan mejorado como para alcanzar aceptables niveles de normalidad. Sé que estamos de acuerdo en que el mejor regalo somos nosotros mismos cuando nos entregamos. Te deseo paz y te mando un beso para decorar tu vida.

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  3. Después de leer el texto me quedé pensando en qué lugar vives. Bueno, yo soy del sur de Brasil, en ese momento oscurece tarde. Tus palabras transmiten positividad. Abrazos.

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  4. que lindo texto muchacho de la barba blanca
    Es casi Navidad y casi el año se nos va
    que pena !!!!!!!!!fue un año hermoso para mi!!!!!!!!!!
    te dejo un abrazo enorme y seguí asi escribiendo tan lindo

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