Mas de
una vez, a lo largo de estos tres años largos de blog, me he preguntado que esto cuando se acaba. No
me he dado respuesta y en este momento
no la tengo. Tampoco puedo responder al sentido de estos textos porque no sé si
los hago para alguien o para mí mismo. Me inclino más por lo segundo. Después
de tantos años con los más pequeños creo que he aprendido que ellos son la
fuente de la vida y en ellos se encuentran todos los avatares, gozos y
dificultades del crecimiento quizás más a las claras que cuando ya crecemos.
En
estos primeros años no hemos aprendido todavía a fingir. Ahí es donde me parece
que sigo colgado y quieto, mirando intensamente lo que puedo recordar de lo que
he vivido. Es cierto que hoy no tengo la fuente delante de mis ojos y que ahora
hablo solo de lo que soy capaz de sacar de mis vivencias pasadas pero también
es verdad que me miro por dentro y me doy cuenta de que todavía soy capaz de
producir en mi interior exclamaciones como ¡PUES YA NO SOY TU AMIGO1 o similares cuando
quiero castigar profundamente a alguien. Y es que de tanto contacto con la
infancia no me cabe duda que me he vuelto un poco niño eterno. Cumplo años como
es ley de vida pero mi cerebro razona con la lógica que he compartido durante
tantos años. Y no me pesa. Al contrario. Creo que nunca se es tan radical como
cuando se están formando en el cerebro las estructuras básicas del
comportamiento. Entonces, y creo que sólo entonces o por lo menos entonces más
que nunca, uno es capaz de cambiar radicalmente muchas cosas:
afectos, costumbres, espacios….,
casi de todo y salir airoso de trances tan profundos.
Yo,
que no tengo perro ni quiero apegarme a ningún animal por cuestión de principio
y con todo el respeto para los animales y para quien los tenga, he visto más de
una vez cómo un perro callejero era capaz de seguir y pegarse a una persona, sencillamente
porque lo ha mirado con afecto. Algo
parecido les pasa a los niños. No entienden de nombres concretos pero son
catedráticos en afectos. Cuántas veces hemos visto cómo un pequeño se
enganchaba a una pierna pensando que era de un familiar y era de un extraño. Lo
que buscaba no era tanto una persona concreta sino una pierna a la que
adherirse y que pudiera considerar amiga. También hemos podido experimentar
miles de veces que tú dejas de tratar a un pequeño unos meses y cuando vuelves
a verlo lo saludas con gusto y te das cuenta de que o no se acuerda en absoluto
de ti o le queda un recuerdo lejano que necesita de nuevo recomponerse para
conseguir intimidad. Esto se nota mucho en los hijos de padres que trabajan en
el mar, por ejemplo o con camiones, que pasan muchos días fuera de casa. Cuando
llegan al hogar, los pequeños los reciben como verdaderos extraños.
También
les sucede a las personas que están perdiendo la memoria. Llega un momento en
que no conocen a nadie de los que han tratado en su vida. Seguramente no
conocen ni a las personas más cercanas que los están cuidando cada día. Pero sí
que reaccionan a los tratos amables y cariñosos que reciben, tanto si son de
sus familiares como si son de personas con las que no tienen ningún lazo
familiar. Un profesional, por ejemplo, que lo esté cuidando y lo trate con
amabilidad. No sé si es que la vida no es más que un círculo que vuelve en los
últimos años al lugar del que partió. Seguramente hay algo de eso pero no me
interesan demasiado las figuras geométricas. Prefiero afirmar con la solvencia
que me dan mis años de trabajo en este tema, que para los niños lo que importa
no es quién está con ellos y la relación familiar que le une a una persona sino
cómo se produce el trato que recibe de esa persona, tanto si es de su familia
como si se trata de un extraño.
Buenas noches Antonio.
ResponderEliminarHe leido detenidamente tu escrito.
Siempre he oido que los ancianos se vuelven como niños.
Es cierto y sobretodo cuando pierden la memória se vuelven indefensos y necesitan más muestras de cariño.
Siempre conservamos un poco el niño o niña que fuimos.
Yo misma, cuando juego con mi nieta, me vuelvo un poco niña.
Por esto es muy importante las muestra de cariño y respeto desde que nacemos.
Espero que continúes escribiendo durante mucho tiempo.
Recibe un abrazo, Montserrat
Comparto contigo casi todo el comentario/reflexión de hoy, pero sobre todo comparto la frase en que aludes "...no me interesan las figuras geométricas...". Enhorabuena y adelante hasta que el cuerpo te lo pida.
ResponderEliminarEs curioso, cuando he leído eso de ¡pues ya no soy tu amigo!, te he oído perfectamente, con tu deje granaino tan simpático para nosotros. No he necesitado ninguna grabadora, simplemente recordando nuestras vivencias. Salud compañero. Enrique
ResponderEliminar"Catedráticos en afectos" los llamas con razón; pues efectivamente nos enseñan, a los que trabajamos con ellos, a mirar (como pedían en "El Principito") con los ojos del corazón.
ResponderEliminarHemos ido tejiendo todo un sistema educativo con el hilo de la educación emocional; pero sólo funciona cuando reconocemos que las emociones las ponen ellos, y nosotros sólo les ayudamos a ponerles nombre.
El comentario que tienes delante dedl tuyo y que se llama Enrique es ni más ni menos que del grupo del MCEP de Cantabria. Lo que son las cosas. Cuando uno intenta salir de una lógica a ver si hay vida fuera de ella, resulta que hay amigols que te reclaman y a uno se le hincha el pecho porque la emoción existe por más duro que uno se quiera volver. Evidentemente les he respondido con gusto y hasta les he invitado a que sigamos. te lo cuento porque a alguien tendré que contarle estas confidencias que no deben resultarle extrañas y que a lo mejor hasta simpatiza con ellas. Un abrazo
EliminarMCEP, librería Escuela Popular, revista Colaboración, G.T. Tertulia de los Jueves... son parte de mis señas de identidad que el tiempo no ha borrado; y en todas ellas estabas tú.
EliminarConfirmo una vez mas que la emoción existe por más duro que uno se quiera hacer. Aquí estamos y a través de este trasto nos seguimos hablando. Y me gusta. Otro abrazo
EliminarEs muy positivo mantenerse en esta sencilla tribuna de opinión para publicar ideas y reflexiones que pueden servir a "alguien", incluso ese lector ocasional que ve en ese momento un camino, y puede encontrar una solución gracias a la lectura de tu blog.
ResponderEliminarHaces un gran trabajo que, aunque muchos apreciamos semanalmente, nunca podrás evaluar realmente en su gran efectividad entre aquellos "anónimos" que han podido entrar ocasionalmente !
Y esa síntesis es muy complicada de valorar...
Un cordial saludo
Mark de Zabaleta
¿Para qué fingir?
ResponderEliminarSi fingiendo fuera imposible
ser 'como niños'....
Aun escribiendo para ti, por si no bastara, habría vientos que llevaran como polen tus letras a cualquier sitio.
Sin fingir
Un beso
Todos en más o menos grado tenemos en nuestro interior algo de niños.
ResponderEliminarBesos
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
Maravillosa entrada mi querido Antonio.Solo los adultos fingen y la verdad que prefiero ser una niña que un adulto, ser libre en la espontaneidad, afectos.
ResponderEliminarHace años un perro en un paso de peatones me estaba lamiendo la mano, instintivamente ,sin verlo con detenimiento le acaricié la cabeza, él respondió con más caricias, al mirarle a los ojos vi que no los tenia, eran dos huecos nada más. lloré, sí lloré.Nunca sabremos cuánto bien nos hace una caricia, palabras tiernas sin esperar nada más que dar amor.
Los niños son expertos en ello y se apegan a quienes tiene esa armonía dentro de su alma .
Gracias por tu sensibilidad.
Un abrazo
Sor.Cecilia
Querido Antonio mio !
ResponderEliminarQue bien lo dices amigo !
El afecto, el amor en realidad lo es todo en la vida.
Los niños se acercan a las personas que los quieren, que son cariñosas con ellos, los niños como los animales tienen un olfato especial para saber quienes los quieren y quienes no.
También es cierto que los niños no fingen, no mienten, mi padre siempre decía- que no había un niño mentiroso :) se refería claro en el sentido de sentimiento- si ha un niño se caes bien, estupendo ! de lo contrario te lo hará saer enseguida.
Mi nieta ( la mayor) dice en la escuela que tiene una buena muy preciosa, muy preciosa :))) esto me lo comento su profesora- y me dijo debes de jugar mucho con ella porque te adora. Y sabes? con este regalo ya estoy cubierta por miles de años en amor- ya me siento tan amada y tan sinceramente amada- los niños son sinceros en el amor-
Recuerdo también un perro que tuvimos- Mofly- yo siempre decía que tenia alma- por la forma en que te miraba y entendía todo- cuando venia mi hija y su familia el perro loqueaba de felicidad y antes había estado enfermizo se le pasaba enseguida :)
En fin, que si, Antonio que el amor lo puede todo y es sincero en los niños y en los viejos ( nosotros tenemos ventaja :)
Yo no podría fingir amor, no esta en mi hacerlo, es algo que no podría nunca, no me sale- creo que tengo mucho de niña interior-
Y bueno, decirte que gracias por tu comentario tan bello en mi blog- me gusta que me extrañes :) eso significa que me quieres y eso me gusta mas aùn :)
Te dejo ya mismo pero solo un cachito.
Te mando muchos besos fresquietos ( por acá hace mucho frio ) pero al recibirlos veras que están llenos de calor de mis sentimientos hacia ti.
Mas besos aùn
Aurora