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sábado, 6 de septiembre de 2025

LA PATRIA

 


         León el Africano  Granada, 1488 – Túnez, 1554 fue un diplomático y explorador andalusí. Escribió  Descripción de África, en la que describe la geografía del norte de África.

        Cuando la familia de Hasan se vio forzada al exilio, salió de la península ibérica se presume que  entre el 1492 al 1500. Se establecieron en la ciudad marroquí de Fez, donde Hasan vivió su juventud. Recibió una educación privilegiada, como miembro de una familia culta y privilegiada, ya que su padre poseía tierras y posesiones en el Rif y su tío cumplía misiones diplomáticas en nombre del sultán de Granada. Estudió en la mezquita  de Fez Teología y Derecho, llegando a obtener el título de faqih.

En una época de crisis en la que dos grandes imperios pugnan por la supremacía en el Mediterráneo, Hasan, nacido en Granada poco antes de 1492 y más conocido como León el Africano, emprende una extraordinaria peregrinación que, guiado por su pasión de vivir, lo llevará a la misteriosa ciudad de Tombuctú, a los quince reinos negros situados entre el Níger y el Nilo, y a la deslumbrante Constantinopla. Finalmente, sus conocimientos y experiencias, donde se funden la cultura oriental y la occidental, el mundo cristiano y el del islam, serán puestos al servicio del papa León X y de Julio de Médicis.



         Su vida transcurre a caballo entre el Renacimiento y la caída de al-Andalus, entre dos continentes en medio de profundos cambios políticos e históricos.

A su regreso a Túnez, donde vivió retirado sus últimos años de vida, reflexiona sobre su historia y dice a su hijo

A mí, Hasan, hijo de Mohamed el alamín, a mí, Juan León de Médicis, circuncidado por la mano de un barbero y bautizado por la mano de un papa, me llaman hoy el Africano, pero ni de África, ni de Europa, ni de Arabia soy. Me llaman también el Granadino, el Fesí, el Zayyati, pero no procedo de ningún país, de ninguna ciudad, de ninguna tribu. Soy hijo del camino, caravana es mi patria y mi vida la más inesperada travesía.

Mis muñecas han sabido a veces de las caricias de seda y a veces de las injurias de la lana, del oro de los príncipes y de las cadenas de los esclavos. Mis dedos han levantado mil velos, mis labios han sonrojado a mil vírgenes, mis ojos han visto agonizar ciudades y caer imperios.



Por boca mía oirás el árabe, el turco, el castellano, el beréber, el hebreo, el latín y el italiano vulgar, pues todas las lenguas, todas las plegarias me pertenecen. Más yo

no pertenezco a ninguna. No soy sino de Dios y de la tierra, y a ellos retornaré un día no lejano. Y tú permanecerás después de mí, hijo mío. Y guardarás mi recuerdo. Y leerás mis libros. Y entonces volverás a ver esta escena: tu padre, ataviado a la napolitana, en esta galera que lo devuelve a la costa africana, garrapateando como mercader que hace balance al final de un largo periplo.

¿Pero no es esto, en cierto modo, lo que estoy haciendo: qué he ganado, qué he perdido, qué he de decirle al supremo Acreedor? Me ha prestado cuarenta años que he ido dispersando a merced de los viajes: mi sabiduría ha vivido en Roma, mi pasión

en El Cairo, mi angustia en Fez, y en Granada vive aún mi inocencia.



Esta es la primera página de LEON EL AFRICANO, hermosa novela de Amin Maalouf. Muchas veces la he leído y ninguna de ellas he sido capaz de terminarla sin un nudo en la garganta. Podría poner muchos ejemplos de hoy pero he decidido ofrecer este de la Granada y de finales del siglo XV,  para demostrar que los tiempos y los lugares cambian pero los acontecimientos se parecen mucho unos a  otros. También se parecen mucho nuestras maneras de analizar lo que sucede: desde quienes son capaces de aceptar distintas actitudes hasta quienes ven una sola salida para valorar lo que sucede. Cuando Hasan tuvo que salir de Granada, su familia llevaba en esta tierra 800 años y un día les dijeron que tenían que irse porque no eran de aquí. Los judíos también lo vivieron en muchos países. Ahora lo están viviendo los palestinos y todos con argumentos parecidos. Hay quien siempre se siente dueño de algo y hay quien, como Hasan o León el Africano, acepta que su patria no es otra que el camino. Yo nunca he podido aceptar la confesión de este viajero granadino sin sentirme concernido e interpretar que no hay más patria que nuestra vida ni más destino que caminar hasta el fin.




domingo, 31 de agosto de 2025

CENIZAS


         Parece obvio que si el texto anterior se titulaba fuego, este deba llamarse cenizas. Parece obvio y es y quiere ser obvio. También podríamos olvidarnos de la coherencia y salir hoy con otro asunto que no tenga nada que ver con el anterior y si te vi, no me acuerdo. En más de una ocasión nos ha pasado, pero son temas que interfieren inesperadamente y no hay más remedio que prestarles atención para que quede claro que la autoría del blog corresponde a una persona que es consciente que vive en la realidad y, como tal, se siente concernido por lo que pasa a su alrededor y debe responder a las consecuencias que se dibujan en  el acontecer diario o, en este caso, semanal. Otra cosa muy distinta es la conveniencia de que los asuntos que se tratan convenga que vayan cosidos uno con otro, siempre que sea posible lograr una conveniente coherencia temática que oriente a quien decida seguir la lectura, de modo que entre autoría y los lectores habituales, se termine estableciendo una familiaridad de conocimiento y de contenidos, de modo que se establezca una cierta previsibilidad entre unos y otros.



         En el caso de hoy, desgraciadamente, después de haber sufrido el país la voracidad de casi 400000 hectáreas, que han sido pasto de un fuego que dura ya tres semanas ininterrumpidas, quiero pensar que las lluvias de ayer en la zona abrasada hayan terminado con los restos que quedaban activos todavía. Por esa razón, después de semejante desastre, que bate record de lo conocido hasta el momento, debíamos de volver la mirada, una vez que han pasado las llamas, para ver qué ha quedado de todo lo que había y, con lo que queda, qué podemos hacer para seguir viviendo. Lo primero que hemos visto, estando el fuego vivo todavía, ha sido la trifulca permanente entre los dos grandes partidos, que parece no tener fin. No creo que nadie piense que estaban ordenando los restos del fuego para que las lluvias que esperamos de un momento a otro retengan las cenizas que han quedado y el suelo no quede arrasado por el agua que baja sin control. No. Estaban viendo que en unos meses habrá elecciones y tienen que elaborar un discurso que les permita salvar la cara.



         La consecuencia no es muy edificante para quienes miramos a unos y a otros cómo se desgañitan tirándose palabras a la cara, sin ningún parecido con la realidad de los acontecimientos, sino para encontrar un discurso que les permita salvar su culo como razón suprema de cara a sus posibles electores. A estas alturas de la película, muchos de nosotros no vamos a extrañarnos de semejantes actitudes, aun siendo conscientes de que todos no son lo mismo, por lo que no está de más una llamada a la decencia para todos. Los únicos argumentos no deben seguir siendo los de ganar de la forma que sea, sino que no se pierda de vista que el destino final del trabajo político no es otro que el de servir a la ciudadanía y que unos y otros se deben a esa masa de ciudadanos que van a introducir sus papeletas en las urnas y esperan ser representados por aquellos que eligen. Como el nivel de desencuentro entre los dos grandes partidos parece irreconciliable por el momento, no será malo recurrir a los ciudadanos para que nos demos cuenta de la importancia de nuestro voto.



         Tampoco estaría mal aprender de las experiencias que estamos viviendo y saber que llorar está muy bien cuando tenemos el fuego encima pero saber que con la cantidad de lluvia que cayó en marzo y con la hierba tan alta que estaba creciendo, julio y agosto estaban a la vuelta de la esquina y tendrían que llegar con sus temperaturas y sus carencias de lluvias propias del verano, mientras que todo el verde crecido se habría convertido mientras en una yesca a expensas de que cualquiera de los elementos incendiarios posibles prendieran con la menor excusa y organizaran un desastre como el que todavía somos capaces de oler cómo  humea. Han surgido elementos nuevos, es verdad,  temperaturas más altas, cambio climático, que no conocíamos y tendremos que contar con ellos, pero aparte de estas novedades, está el sentido común, que todavía nos demuestra que dos y dos son cuatro y que en verano es  fácil que haya fuego porque hace más calor y cae menos lluvia, tan simple como eso.  




sábado, 23 de agosto de 2025

FUEGO

 


         Desde que empezaron me dije que algún día habría que tocad el tema, pero, en los comentarios de la semana pasada, mira por dónde, tanto Julia, de Cantabria, como Inma, de Valencia, me ofrecen el texto de Millas sobre Arde lo público. Para quien crea en las casualidades, pues una casualidad. Para quien no, como es mi caso, al momento decido que hay que apoyarse en Millas porque, en su contenido, hay tomate. Y aquí estamos.



Juan José Millas

14 AGO 2025

Arde lo público

Arde el monte abandonado, arde la encina centenaria dejada de la mano de Dios, arde la mezquita de Córdoba, utilizada de almacén, arden las Médulas, sin un plan de protección integral contra el fuego. Arden las vigas de la historia, arden las cuadernas de la nave en la que veníamos sorteando tormentas y tifones sin fin desde el homínido hasta el supuesto Sapiens. Arde el país como una carta vieja de amor en la chimenea de la pereza.

Arden las listas de espera: tres meses para el médico de asistencia primaria, seis para la operación, un año para la asistencia psiquiátrica, dos para el entierro. Arde la universidad pública. Arde la beca que no llega, arde el profesor que se jubila y no es sustituido, arde la biblioteca cerrada por falta de personal. Se abrasan Shakespeare y Cervantes y Lope de Vega y Calderón y Joyce y Kafka e Idea Vilariño y Alfonsina Storni y Juana de Ibarbourou y San Juan de la Cruz y Gabriela Mistral y hasta Rubén Darío arde recitando para sí mismo los versos de Lo fatal: "Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo, / y más la piedra dura porque esa ya no siente, / pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, /ni mayor pesadumbre que la vida consciente".



Arden los versos y la prosa, arden los servicios subcontratados, las responsabilidades externalizadas, arden los trabajos precarios y las nóminas. Arden el precio de la cesta de la compra, el de la cultura y arde el alquiler de la habitación, arde el artículo 47 de la Constitución que consagra el derecho a una vivienda digna. Arde el piso de los padres que hay que vender aprisa y corriendo para pagar sus últimos cuidados.

Arden las ayudas a la dependencia, tan lentas que llegan cuando el dependiente lleva seis o siete meses enterrado. Arde la burocracia que pide para todo un papel que no existe (si existiera, inventarían otro irreal). Arde el funcionario que cierra la ventanilla con el gesto del que baja la guillotina. Arde también la xenofobia, el miedo al otro, a lo otro, y hasta a la otredad que habita en cada uno de nosotros. Todo es fuego lento o dinámico, de brasas frías o enérgicas, país en llamas macroeconómicas pomposas y en combustión microeconómica silente. Ardemos en medio de un humo de resignación. Arde lo público y en sus llamas se abrasan los contribuyentes y sus bienes.

         Le di una vuelta a la prensa, por si acaso y me gustó una frase de Benjamín Prado que, sin ninguna casualidad de por medio, considere que podría cerrar el texto de hoy y aquí lo incluyo.

Benjamín Prado

18 de agosto de 2025 20:48h



Sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena y de los bomberos cuando arde el bosque. No sé bien si alguna vez tuvimos remedio, pero ahora no: en estos tiempos se vive para el presente y no podía ser de otro modo cuando la ambición es el motor que mueve el mundo y se vive para hoy sin pensar en las consecuencias ni de nuestros actos ni de nuestras omisiones: el que venga detrás, que arree, dice el proverbio, y lo seguimos tan a rajatabla que somos el único ser que destruye su propio hábitat y hacemos cosas tan raras como ir a buscar agua a la Luna o a Marte a la vez que envenenamos los ríos de la Tierra, porque una cosa y la otra son buenos negocios para alguien.







domingo, 17 de agosto de 2025

JUAN LATINO

 

         He recibido algunas objeciones al texto de la semana pasada, en el sentido de haber matizado un poco más los méritos que acumulaban los nombres ejemplarizados. Como imagino que  la referencia no sería por Cervantes, de sobra conocido, entiendo que se refieren, tanto a Maimónides como a  Averroes, ambos andalusíes, nacidos en Córdoba en el siglo XII y ciudadanos del mundo, Maimónides para los judíos y Averroes para los  musulmánes, pero ambos verdaderas cumbres de la cultura, cuya importancia sigue viva en el presente, en la ciencia médica en el caso del primero y en haber traducido a Aristóteles para moccidente, en el caso del segundo. A ambos se les estudia todavía hoy en cualquier universidad que se precie. Nunca he entendido la negación de Al Ándalus y su influencia en este país y en el mundo de su época. Me pareció que ambos personajes, junto con Cervantes, converso por padre y de madre y proveniente de Córdoba también, como si la cultura musulmana, presente durante ocho siglos en esta tierra, se la pudiera eliminar se un plumazo, así como así.



         Juan Latino fue un esclavo negro, comprado por la Duquesa de Sessa, hija del Gran Capitán, para acompañar a su hijo Gonzalo a lo largo de toda su vida, tanto en Baena desde 1516, de niño, como en Granada a partir de los 12 años más o menos. Primero se llamó Juan de Sessa como todos los esclavos, que tomaban el apellido de sus amos. Cuando Gonzalo, el duque, estudiaba, Juan no podía entrar a clase y aprendía de lo que oía escuchando desde fuera. Sus dotes individuales le permitieron aprender lo que escuchaba tras la puerta, llegando a dominar el latín de forma magistral hasta hacerse bachiller en la materia, para lo que tuvo que alcanzar la libertad como requisito imprescindible, y se dedicó a dar clases particulares a los hijos de la nobleza granadina. De una de ssus alumnas, Ana de Carneval, hija del administrador del ducado de Sessa surgió el amor entre ambos y gracias a los buenos oficios con el arzobispo Guerrero y a su buena relación con Juan Latino se planificó la boda y el arzobispado le ofreció a Juan la cátedra de latín, que estaba bajo su competencia y el duque le ofreció una dote de 6000 maravedíes para doblegar las reticencias del padre de la novia, que no estaba muy por la labor.



         Juan se integró por completo en la sociedad granadina y ejerció su docencia en la universidad durante 20 años. El matrimonio vivió felizmente, que se sepa. Tuvieron cuatro o cinco hijos. En el conflicto de los moriscos de las Alpujarras, Juan tomó partido por el duque de Sessa, que acompañó a Don Juan de Austria en la represión cruenta de la rebelión. Sin la influencia del ducado de Sessa la proyección de Juan como primer catedrático negro de Europa no creo que se hubiera producido. En honor a la verdad, eso no le quita un pelo de mérito a la singular inteligencia de Juan y a sus dotes de persuasión frente a las fuerzas vivas de la época, que llegaron a integrarlo como uno más de ellos durante la segunda mitad del siglo XVI, en la que Juan desplegó su singularidad intelectual, fuera de toda duda, y su capacidad de adaptación a la sociedad granadina de su época, sin que el color de su piel fuera un inconveniente insalvable para su desenvolvimiento.



         Una vez fuera de la universidad por cuestión de edad y se su ceguera sobrevenida, vivió una vida longeva hasta su muerte en 1590. Tanto su cuerpo como el de su esposa y sus hijos, reposan en la iglesia de Santa Ana, junto al río Darro y a la Chancillería, en plena Plaza Nueva. La experiencia de Juan Latino nos vale como un ejemplo de integración individual que no le quita ningún mérito a él como persona, cuya capacidad intelectual y de integración  social resulta meritoria sin duda ninguna. Pero no podemos extrapolar el fenómeno como si la sociedad granadina hubiera sido un ejemplo de sociedad abierta, salvo el caso de Juan, que nos queda como ejemplo destacado de su capacidad de adaptación individual, que de posibilidades objetivas de integración social de la sociedad de su época, como pudo verse sobradamente con el tratamiento de la sublevación morisca y su sangrienta represión, de la que Juan formó parte, y de su posterior persecución hasta las pragmáticas de 1609 y siguientes, que supusieron el drama final, que todavía perdura.   
 


  

domingo, 10 de agosto de 2025

¿HAY QUIEN DÉ MÁS¿

 


Maimónides.- Conocido en árabe como Abū Imrān Mūsā b. Maymūn, nació en Córdoba, ciudad dominada desde el año 1091 por los almorávides, que ejercieron una profunda presión económica sobre los judíos para mantener un Ejército en lucha contra los cristianos. Incluso, a juzgar por los testimonios de Yěhuda ha-Levi, parece que el pueblo judío vivía oprimido, sojuzgado y sometido, aunque se sabe también del aprovechamiento que los gobernantes musulmanes hicieron de los judíos, de quienes se sirvieron como visires, altos dignatarios y médicos en diferentes Cortes. En este sentido, cabe recordar que Córdoba constituía un centro de estudios muy importante en la vida de los judíos hispanos, donde cultivaban las artes, las letras y las ciencias desde la época en que Hašday b. Šaprut, médico, literato, traductor, diplomático, jefe de las comunidades judías de al-Andalus y gran mecenas de la cultura, había sido hombre de confianza en la Corte de ‘Abd al-Rahmān III.




Medallón de Maimónides en La Cámara de Representantes de los Estados Unidos.

Las obras médicas de Maimónides comprenden grandes descripciones del asmadiabeteshepatitis y neumonía,  Las obras médicas de Maimónides comprenden grandes descripciones del asmadiabeteshepatitis y neumonía, además de incidir en la moderación y un estilo de vida saludable. Sus tratados llegaron a ser muy influyentes para muchas generaciones de médicos. Se instruyó tanto en la medicina clásica griega como en la coetánea islámica, y siguió los principios del humoralismo de Galeno. No aceptaba la autoridad ciegamente, sino que aplicaba la suya propia con observación y experiencia.[21]​ Maimónides mostró en sus interacciones con los pacientes características que actualmente se denominarían cuidado intercultural y respeto por la autonomía del paciente. A pesar de que escribió en múltiples ocasiones sobre la soledad como método para acercarse a Dios y ampliar sus reflexiones, dedicó la mayor parte de su vida a cuidar de los demás.



Averroes.- CórdobaAl-ÁndalusImperio almorávide, 14 de abril de 1126–MarrakechImperio almohade, 11 de diciembre de 1198) fue un filósofomédico y polímata andalusí musulmán, maestro de filosofía y leyes islámicasmatemáticasastronomía y medicina. Además de elaborar una enciclopedia médica, escribió comentarios sobre la obra de Aristóteles; de ahí que fue conocido como «el Comentador». En su obra Refutación de la refutación (Tahafut al-tahafut) defiende la filosofía aristotélica frente a las afirmaciones de Al-Ghazali de que la filosofía estaría en contradicción con la religión y sería, por lo tanto una afrenta a las enseñanzas del islamJacob Anatoli tradujo sus obras del árabe al hebreo durante el siglo XIII.



Miguel de Cervantes Saavedra (Alcalá de Henares, 29 de septiembre de 1547-Madrid, 22 de abril de 1616)[3]​ fue un novelistapoetadramaturgo y soldado español.

Es ampliamente considerado una de las máximas figuras de la literatura española. Fue el autor del Quijote, novela que lo llevó a ser mundialmente conocido y a la cual muchos críticos han descrito como la primera novela moderna, así como una de las mejores obras de la literatura universal, cuya cantidad de ediciones y traducciones solo es superada por la Biblia.[4]​ A Cervantes se le ha dado el apelativo de «Príncipe de los Ingenios».[5]

Según Américo CastroDaniel Eisenberg y otros cervantistas, Cervantes poseía ascendencia conversa por ambas líneas familiares; su padre era cirujano, su abuelo, abogado y su bisabuelo, trapero. Por el contrario, su último biógrafo, Jean Canavaggio, afirma que dicha ascendencia no está probada, en comparación con los documentos que apoyan esta ascendencia sin lugar a dudas para Mateo Alemán; en todo caso, la familia Cervantes estaba

muy bien considerada en 
Córdoba y ostentaba allí y en sus cercanías cargos importantes.

Don Quijote de la Mancha[a]​ es una novela escrita por el español Miguel de Cervantes Saavedra. Publicada su primera parte con el título de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha a comienzos de 1605, es la obra más destacada de la literatura española y una de las principales de la literatura universal.[1]​ En 1615 apareció su continuación con el título de Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha. El Quijote de 1605 se publicó dividido en cuatro partes; pero al aparecer el Quijote de 1615 en calidad de Segunda parte de la obra, quedó revocada de hecho la partición en cuatro secciones del volumen publicado diez años antes por Cervantes.




















domingo, 3 de agosto de 2025

SALIR DEL ARMARIO

 

         Concluyo el mal paso, que comenté la semana pasada agradeciendo el interés de bastantes lectores por la suerte de  Alba y por sus deseos de su pronta recuperación. Lo que tenemos hasta el momento es que no hay huesos rotos, que la hinchazón de la rodilla está remitiendo y que, pendientes de la resonancia magnética que lo confirme mañana, lo que hay es rotura del ligamento anterior cruzado que necesitará su operación correspondiente y la posterior rehabilitación. Total, un buen susto y el ferviente deseo de que no se repita. Da gusto sentirse en familia bloguera.



         Algunos domingos, Julia me llama y hablamos un rato, sobre todo de libros, de cuya lectura somos dos forofos, aunque creo que le gano. Me comentó que estaba leyendo ANTES QUE NADA, de Martín Caparrós. Terminé cuanto antes el que tenía entre manos y me puse con las casi mil páginas de la memoria, con la idea de comentarlo, una vez que termináramos de leerlolos dos. Pero las intenciones proponen y los libros disponen. Esta misma mañana, sobre las siete más o menos, acabo de poner el punto y final a su lectura, después de toda la semana en exclusiva, con la hermosa memoria. Antes de terminarlo, ya tenía claro que iba a hablar de él en el texto de hoy. Julia y yo mantenemos un diálogo interminable y no se va a ver afectado por mi frenesí, no tanto sobre el contenido del libro sino, sobre todo, sobre la historia de su autor. Ya lo conocía de antes y casi seguro que esta no va a ser la última obra que le lea, bastantes monumentales casi todas. Y es que he descubierto que, a pesar de que él se las da de argentino, y no sin razón, resulta que su ascendencia paterna es toda española a consecuencia de nuestra guerra incivil. Hasta reminiscencias granadinas le he encontrado, por lo que la semanita ha sido de aúpa en lectura y en entusiasmo.



         Me impresionó la obra desde el principio, cuando confiesa su amor a la lectura sobre casi todas las cosas, que comparto con él desde hace mil años y, en mi caso, cada día más. Nos diferencia, en cambio, la facilidad de expresión que él desarrolla a través de una obra prolífica y la dificultad mía para escribir, en parte por mis temblores, llamados esenciales, que me dificultan el tecleo, pero también por lo doloroso que me supone el hecho de expresarme, cosa que a Caparrós yo, por lo menos, no le percibo.





         Mi conmoción final ha estado en el hecho de saber que tiene ELA y que, a pesar de estar aprendiendo a vivir con semejante peso desde los sesenta y muchos y seguir escribiendo hasta el momento, que ha alcanzado los setenta, resulta que él y su pareja actual, Marta Nebot, a la que yo venía siguiendo por sus comentarios en distintas tertulias, han decidido salir del armario, y decirnos que llevan diez años juntos y que están decididos a seguir conviviendo mientras la vida lo permita. Así lo declara Marta en una carta al diario argentino Clarín:   “Este fin de semana estamos saliendo del armario. Mi hombre y yo decidimos dejar de ir de incógnito cuando dejáramos de poder hacerlo. Él lo hace publicando sus memorias; yo no puedo escribir esta columna sobre otra cosa porque -por más que lo he intentado- no me sale nada más del cerebro”. "Al principio, cuando supimos que pertenecemos al selecto club de los ELAdos y sus parejas de hecho, hace mucho tiempo, nos prometimos guardar el secreto. Admitiríamos lo obvio, cuando se empezara a notar que está enfermo, pero no el nombre de su enfermedad porque cambia lo que ven los que te miran y no queríamos que nos mirasen distinto. Solo queríamos y queremos seguir haciendo lo que hacemos entre los vivos." Uno está un poco curado de espanto a estas alturas de la vida, pero, mira por dónde, todavía está dispuesto  a emocionarse con testimonios hermosos de personas de carne y hueso, en medio de tanta miseria como nos rodea. Por eso he roto el acuerdo con Julia, a la espera de que comparta mi emoción y sigamos comentando libros, incluido el presente, como siempre 



domingo, 27 de julio de 2025

UN MAL PASO


         Ya dice el refrán que lo da cualquiera, y no es mentira. Ayer le tocó a mi hija Alba y tampoco fue el primero. Se estrenó hace dos años en la bajada del Peñón de la Mata. También iba con Ricardo, su compañero, como esta vez. Estaban a punto de llegar a Cogollos, el pueblo que hay en la falda y fue un recalcón normal y corriente, como tantos que se dan en esta vida. Ella contaba que oyó el crujido del hueso antes de caer de culo. Ya no se pudo levantar hasta que llegó la ambulancia que vino a socorrerla. Resultó que la rotura le afectó a la tibia y al peroné. En el caso de ayer la afectada fue la rodilla y todavía no se sabe más que no hay ningún hueso roto. Cuando terminen de explorarla, en los próximos días, se verá si los ligamentos están afectados o no. Por lo pronto duele bastante, según ella,  pero le han dado el alta y ha dormido en su casa, lo cual no es poco. Yo la esperé en la puerta de mi casa que Ricardo la trajera en el coche camino de Alfacar. Le entregué un par de muletas que tenía guardadas de otras veces y quería verla cómo estaba. La pierna la tenía libre, aunque se la veía molesta.



         Llegamos hasta a reírnos y la llamamos pupas, porque era el segundo incidente en los dos últimos años y nos parecía demasiado. Era una broma porque la Alba está a todas horas en la Sierra y, lo raro, es que no tenga más. Yo sé que esta vez tampoco va a escarmentar porque la Sierra le apasiona y las caminatas también. Forma parte de un grupo de voluntarios que con frecuencia suben para arreglar bajantes que retenga el arrastre de las lluvias torrenciales y también replantan arbustos o árboles importantes. Lo cierto es que, entre unas cosas y otras, a todas horas andan subiendo y bajando la Sierra como Pedro por su casa. No he hablado con ella del asunto pero esta vez parece que andaban haciendo barranquismo o algo así por alguno de los bajantes del río Dúrcal, que tiene unos cuántos. Algo así debe ser, porque al helicóptero que la rescató, le  costó lo suyo acercarse donde estaba ella esperando. Ricardo grabó la secuencia completa y la cuerda que la subió se veía bastante larga. Si puedo, pongo el video. Si no, nos tendremos que apañar con fotos y sin helicóptero.



 Sé que no escarmentará porque la Sierra Nevada es su pasión y a todas horas anda contabilizando los tres miles que le faltan por subir y las horas de camino que necesita cada uno. Yo la escucho con gusto pero mis caminatas, cuando he podido hacerlas, ahora ya no puedo, han sido urbanas sobre todo. A la Sierra he subido poco y me causa mucho respeto enfrentarme a ella, pero mi Alba, si se pierde alguna vez, seguro que anda con su grupo de voluntarios por uno de los picos, o por cualquiera de los pueblos de alrededor. Siento bastante los recalcones que se da de vcz en cuando, sobre todo si luego tardan bastante en recuperarse, como la quebrancía de hace dos años que, ente unas cosas y otras, le llevó casi un año entero reponerse. Afortunadamente, una vez que se vio fuerte, volvió a la carga, unas veces con el Floqui, su perro, y otras con su grupo, más o menos numeroso, según los días.



          Soy muy consciente que secuencias como la que hoy cuento no tiene una enorme repercusión, comparada con las que suceden a nuestro alrededor. Solo puedo argüir que hay secuencias que nos afectan a lo ancho y otras a lo intenso y cada una de ellas tiene su valor. Uno mismo es el que, en cada caso, tiene que medir la dimensión de cada secuencia y valorar si le compensa o no concitar la atención de las personas a las que convoca cada semana para compartir los sucesos que pululan por este mundo y por esta vida que compartimos. Unas veces, no me cabe duda, el mensaje se quedará corto por alguna razón. Otras por el contrario, cabe la posibilidad de que satisfaga a quién lo lea. Lo que sí garantizo es que, tanto unos como otros, están llenos de verdad y buscan una comunicación real con cualquiera que se arriesgue a leer. Lo  cual no quita para que mi deseo no sea el de mostrar lo mejor que tengo en cada caso. Ojalá que quien comparta este reto de lectura, no comparta, de camino, una buena parte de sus interioridades, que es  lo que yo me encantaría.