Ingeniosa, salerosa, descarnada. Hace 27 años que su cuerpo se fue y no hay manera de que yo la
despegue de mí mismo. Supongo que esto es la vida. La mía y la de todos.
Convinieron todos en que tardé tres días en salir. Al parecer, o yo no quería
salir o ella no quería soltarme. Puede que a medio camino, una cosa de la otra, Sí confirman que mi cabeza era un
melón y tardó lo suyo en volver a su ser. A partir de ahí, nunca quedó muy
claro dónde terminaba una y dónde empezaba el otro. Toda la vida en tensión
para encontrar esquinas que permitieran lucir un poco más l diferencia entre
los dos. La última pugna es la que
traigo hoy, a título de ejemplo. No hubo manera humana de que consintiera en
entrar en el coche, por propia voluntad, y en cubrir los 60 kilómetros que nos
separaban de la playa. Cabían, eso sí, jugar con ella un poco sucio y que,
cuando quisiera acordar, el mar estuviera acariciando sus pies, pero a eso siempre
me negué en redondo. Se empeñó en que con el mar de la tele tenía suficiente y
se salió con la suya. Años después de haberse ido, yo sentía con toda viveza,
una deuda elemental que me quedaba y decidí pagarla en forma dc unos versos por
si la vida, que al final nos une a todos, decidiera por sí misma llevarle el mensaje
y acercarla hasta la orilla.
¡Total, por unas olas…!.
No sé si despertar sobre la arena,
si alzar el horizonte de tu ausencia
por si el mar te refleja entre mis brazos.
Tal vez te has confundido con la espuma
y juegas a no verme mientras brillas.
¡El tiempo es caprichoso!. ¿Quién me dice
que no estabas esperando este momento
este extraño vacío,
para coger, al fin, la dirección del agua?.
En cualquier caso, ¡total por unas olas…!,
la presencia persiste. ¿Qué es
el tiempo
por más que se disfrace?. ¿A quién engaña el tiempo?.
Con estas mismas manos, que son tuyas,
antes de abrir los ojos, aprovecho,
y, nadando, te sumerjo entre las sábanas
para que la mañana, cuando llegue, testifique
que la muerte…, ¡sólo muerte a fin de cuentas!,
no tiene dimensión ni te conoce.
¿Cómo puede la muerte establecer las leyes
si es tan negra, tan hermética y ajena?.
El mar está contigo
y mi sueño pertinaz es un beso de algas.
Qué bonito poema y qué triste... difícil relación la despedida y ese regusto amargo de haber querido hacer algo que no se hizo, tal vez por cobardía o por miedo.
ResponderEliminarPrecioso. Alfonso Torres
ResponderEliminarGracias Querido amigo por estos buenos días que nos das con tus sentidas palabras. Un beso
ResponderEliminarQue amplia descripción del sentimiento y que en el tiempo no se calma, y bien se dice que recordar es vivir es tal la agudeza del recuerdo que revive el momento bonitos o no tan bonitos o buenos seguirán hasta que aquí estemos mi querido guapo.
ResponderEliminarGracias guapo
Un beso y Feli resto de tu domingo que yo estoy iniciando.a