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domingo, 25 de agosto de 2024

ESPERANZA

 


         Esta semana el texto tendría que resultar positivo si tenemos en cuenta que se ha celebrado la Convención Demócrata de los EEUU, una vez que Joe Biden ha decidido no presentarse como candidato y permitir que fuera su vicepresidenta, Kámala Harris quien optara al puesto. Con toda la parafernalia americana se ha producido el relevo y ya tenemos candidata con todos los honores y con el beneplácito de todo el partido. Si hace unos días Trump salía con su nominación republicana colgada al pecho y dispuesto a comerse el mundo frente a un Biden disminuido por la edad y por su dudosa lucidez, ahora nos encontramos a toda una fiscal cincuentona  con toda su fuerza personal y la de su partido respaldándola, dispuesta a hacer frente al republicano Trump, que ahora no puede competir en capacidad con Kámala, ni por edad ni por curriculum. Y todo este cambio, en un periodo de un mes más o menos, que es algo así como decir que las perspectivas del mundo han cambiado radicalmente, como manifiestan las encuestas, que ahora empiezan a ser favorables para los demócratas cuando era el republicano Trump el que las encabezaba cuando obtuvo su nominación.



         Como no se puede vender la piel del oso antes de cazarlo, conviene mantener la prudencia hasta el 5 de noviembre, día de las elecciones, en las que podremos disponer de los resultados finales dictados por las urnas. Tampoco hay que desdeñar que en estos 70 días que faltan hasta entonces, si bien las encuestas, en este momento empiezan a ser favorables para los demócratas, las diferencias no son demasiado significativas y cualquier error de cualquiera de los dos candidatos en liza, puede hacer que las previsiones cambien en un sentido o en otro. Lo que sí es verdad es que las perspectivas han cambiado radicalmente y ahora tendrá que ser la estrategia de cada uno de los candidatos la que incline a la balanza en un sentido o en otro. Puede que, incluso los errores que cada uno cometa en el camino sirva también para inclinar la intención del voto hasta influir en el resultado final. Todo un mundo en 70 días.



         Bien es verdad que ninguno de los dos candidatos se ha pronunciado de manera tajante sobre los dos conflictos importantes que tenemos entre  manos. Se conoce, eso sí, que Trump  presume de sus buenas relaciones con Putin y de  cierta tensión con la OTAN porque considera que los miembros europeos no aportan suficientes fondos para su mantenimiento, en comparación con lo que aporta EEUU. En el conflicto de Gaza la situación está más igualada puesto que ambos candidatos ejercen un sólido apoyo a Israel y le dotan de todo el armamento que precisa. Se ve que el lobi judío americano se encuentra muy bien imbricado entre la ciudadanía y en el territorio. Por lo demás, ninguno de los dos partidos ha desarrollado apenas un programa en el que se puedan conocer las líneas básicas de lo que ofrecen a la ciudadanía. Da la sensación de que tanto unos como otros ya tienen decidido de antemano cual es su opción de cara al futuro y sólo esperan el día de las votaciones para ejercer su derecho al voto.



         Los dos grandes bloques de votantes tendrían sus decisiones más o menos tomadas, con los cual, el país estaría dividido en dos bloques hegemónicos. Habría que contar, por una parte, la confianza de unos y de otros, para poder marcar las primeras diferencias finales en función de que se acerquen o no a votar. Y durante lo que queda de campaña, esforzarse ambos candidatos para convencer al núcleo de dudosos, que todavía tienen su decisión en el aire. Por último el sistema de recuento americano que lo que cuenta no es el número de votos solo sino el número de compromisarios que tiene asignados cada estado y que deben obtener la mayoría suficiente, 278 si no recuerdo mal. Hillary ganó a Trump en votos, pero Trump logró los compromisarios suficientes de los estados. Cada país tiene sus particularidades y en el recuento final deben ser respetadas. Y el punto final, lo más difícil. Los resultados finales deben ser aceptados por quien gana y por quien pierde. Pronto tendremos ocasión de comprobarlo.            

        



                   

domingo, 18 de agosto de 2024

UN RECUERDO

 


         Mañana se cumplirá un año más del asesinato de Federico García Lorca. La orden partió de Sevilla del general Gonzalo Queipo de Llano y Sierra, cuyos restos todavía descansan en sagrado, como si fuera un santo: “Darle café, darle mucho café”, era la clave. Pasó por el Gobernador militar de Granada, José Valdés Guzmán y el brazo ejecutor, José María Nestares Cuéllar desde el puesto de mando del Palacio de Víznar que un día levantó un arzobispo que llegó de Cuzco y se dispuso a pasar sus últimos años de vida en él. Incluso se hizo construir un camino desde su palacio hasta la Fuente de Ainadamar, en Alfacar, para sus apacibles paseos. Todavía los lugareños lo llamamos EL CAMINO DEL ARZOBISPO y era el último paseo de los condenados a muerte, Federico entre ellos, antes de recibir su dosis de plomo y de dejar su cuerpos abandonados en sus orillas, hasta ser recogidos y ordenados, ya como cadáveres, en el Barranco de Víznar. En este momento están abriendo la fosa y ya llevan más de cien esqueletos levantados, uno de los primeros, de un niño de entre 12 y 14 años, con un lápiz en la mano y, junto a él, una goma de borrar.



         Toda mi vida he recibido información de tan infausto recuerdo y nunca he querido dedicar al tema atención detallada, no sé si por miedo, por vergüenza o, sencillamente, por desconocimiento. Los lugareños hemos venerado un monolito junto a un olivo en el Parque Federico García Lorca, que se inauguró hace unos años, con aportaciones económicas del mundo entero y que allí se encuentra medio abandonado desde que un día se intentaron encontrar los restos del poeta y al levantar la zona, junto al monolito, ni se encontraron sus restos ni de ninguno de sus tres compañeros que cayeron con él la noche del 19 de agosto de 1936. Menudo chasco. Desde entonces nadie ha dispuesto una nueva cata en los alrededores y, lo que pensamos muchos de sus vecinos de hoy, es que no sabemos dónde se encuentran sus restos y que probablemente su familia se hizo cargo de ellos y puede que se encuentren, aunque no es seguro, a las puertas de la Huera de San Vicente, su residencia familiar en pleno Parque García Lorca, en pleno centro capitalino y en plena Vega en vida del poeta.



         Renuncio a entrar en más detalles sobre la peripecia de un hombre y de una guerra civil. Si algo ha quedado con el paso del tiempo sobre su figura ha sido el asesinato de la inocencia de su persona, como la de tantos miles como que pesan sobre nuestra conciencia todavía y que nos llaman desde las cunetas desde tantas fosas todavía por abrir para encontrar sus restos y ofrecérselos a sus familiares para que, por fín, aparte de ser rojos, sean tratados como españoles de pleno derecho y devueltos a sus familias para que reciban un destino adecuado. Yo vuelvo a mi redil, medio cobarde, medio hijo del silencio y ocuparé mi conciencia haciendo que el contenido de la obra de Federico nos dignifique un poco a todos y cubra todo el oprobio que cubrió esta tierra con su muerte inocente y con la de tantos miles como cayeron como él.



         Mi invitación, como siempre, seguirá siendo leer y meditar su obra, sobre la que sigue pasando el tiempo y los años la hacen más ancha, más honda y más grande. Su condición de persona libre no cupo entonces y eso nos tiene que hacer reflexionar a todos para que el mundo que habitemos tenga cabida para todos. Decir que España es de todos los que vivimos en ella y de todos los que murieron por ella. Nadie tiene derecho a apropiarse de ella, excluyendo a quien no piensa como él. Carguemos con nuestra vergüenza colectiva y aportemos dignidad en la medida que sepamos y podamos  a esta patria que es de todos, que un día nos vio nacer y que recibirá nuestra muerte como parte de un acervo común. Federico y otros fueron fusilados, pero su figura se agranda y nos dignifica un poco a todos su inocencia.   



 

domingo, 11 de agosto de 2024

PUNTOS DE LUZ


         No podemos hacer otra cosa que hundir la conciencia en la oscuridad y en la desolación, si seguimos la estela del señor Netanyahu. Hasta sus aliados americanos le han hecho llegar un aviso de que no más mentiras y de que no puede contar con un nivel de agresión sin límite alguno. Pero mientras nos vamos escorando en la vergüenza y en la ignominia como si el único destino para el pueblo palestino fuera su desaparición, el mundo contempla su desaparición a manos de un gobernante que actúa sin límites, hasta el momento. Es verdad que las guerras son todas deleznables pero lo son más cuando la desproporción entre ambos contendientes es tan manifiesta como en este caso. Hasta en el conflicto de Ucrania con Rusia se dejan ver niveles de proporcionalidad cuando  nos enteramos que el ejército ucraniano está penetrando en territorio ruso y tomando algunas poblaciones y hasta una importante central atómica. No quisiera alcanzar el grado de ceguera para justificar cualquier guerra, pero no deja de tener su punto justiciero encontrarse al señor Putin quejándose de los avances ucranianos y de la humillación a sus tropas, después de haberse atrevido, con todo descaro, a tomar toda la zona del Dombás, casi un 20% de Ucrania, en el sur y el este.



         Una vez de dar cuenta de cómo va el mundo y de las ganas de esconderse donde nadie nos vea, hemos podido presenciar este fin de semana, no la peripecia del señor Puigdemón, con su visto y no visto que la prensa mundial se ha encargado de airear a bombo y platillo como si la secuencia de aparición y escape hubiera sido el asunto central de los acontecimientos vividos y la proclamación del señor Illa como nuevo President de la Generalitat salido de las últimas elecciones catalanas y tras un largo y arduo proceso de negociación entre las fuerzas de izquierda, tanto independentistas como defensoras de la constitución española. Me niego a centrarme en los conflictos o en los acontecimientos casi jocosos por los que hemos pasado todo el fin de semana entre un líder político que intenta reventar una laboriosa nominación que, por fin ha terminado en éxito y algún juez que se resiste a aplicar una amnistía aprobada por el parlamento.



         Quizá haya que dar por bueno un pulso que ha noticiado lo anecdótico de la presencia y desaparición del político y las motivaciones del juez que no acepta lo que acuerda el parlamento sino que considera que su criterio está por encima de la voluntad popular y debe ser cumplida por encima de todo. Mientras, sin hacer apenas ruido, este es el momento en que Cataluña dispone ya de un gobierno legitimado por su parlamento y que, a partir de este momento empieza a gobernar, que es lo que venía haciendo falta. Estoy seguro que la anécdota del político huido y del juez rebelde seguirá su recurrido hasta ver si son galgos o son podencos las cuitas sin fin que nos entretienen, y no son sino linderos y estribaciones, que llegan  a ser hasta jocosas y que sirven para distraer el fondo de la noticia, que no ha sido otro que la elección del señor Illa como nuevo President de la Generalitat.



         He titulado UN PUNTO DE LUZ el texto de hoy porque, pese a no faltar argumentos de distracción del meollo del contenido de lo que ha ido pasando, muchos hemos tenido que elevarnos por encima o al margen de lo anecdótico, y llegar al corazón de la noticia. Seguramente muchas de las noticias importantes necesitan altas dosis de humildad y discreción para no dejarnos vencer sobre los aspectos circunstanciales de lo que está pasando, que sólo sirven para dispersarnos del meollo de la cuestión y hasta confundirnos. En este caso ha sido una prueba manifiesta, de que era necesario superar todo lo circunstancial y anecdótico, y entrar en el corazón del contenido, mucho menos vistoso pero de más enjundia y quedarnos con la dificultad con que debemos luchar para alcanzar los contenidos que vamos alcanzando con dificultad, pero que nos hacen sentir que avanzamos, aunque tenga que ser al margen de las aparatosidades que intentan despistarnos a base de subterfugios.   


  

domingo, 4 de agosto de 2024

EJEMPLARIDAD

 


         En esta última semana hemos tenido ejemplos de la fama que la inteligencia israelí, el Moshá, lleva a gala. En territorio iraní, el jefe político de hamás ha sido asesinado y otro jefe de las milicias libanesas. Israel espera una respuesta militar de Irán de un momento a otro. El mundo entero ha admirado la eficacia de los servicios secretos israelíes y la memoria es incapaz de pasar por alto cómo es posible que los mismos servicios secretos fueran incapaces de detectar  el primer ataque de octubre, provocando más de 1000 muertos inocentes y unos 200 rehenes, muchos de los cuales siguen prisioneros y sus familiares reclaman su puesta en libertad al gobierno israelí, sin resultado positivo hasta el momento. Con esas pruebas de eficacia y de ineficacia al mismo tiempo, queda claro que la verdad de cualquier conflicto es pura propaganda y cada parte no busca más que llevar razón en las tesis que defiende y cada bando defiende el relato que más le conviene. Todavía nadie ha sido capaz de explicar el sonado fracaso de la seguridad israelí, que permitió aquella matanza.



         La cifra de palestinos muertos roza ya los 40000, casi la mitad niños y todo el potencial ofensivo de Israel no ha sido capaz de doblegar a hamás y hacerlo desaparecer del mapa, como fue su intención, proclamada a los cuatro  vientos, desde el primer día. Lo que sí queda clarísimo es que la franja de Gaza, con algo más de 2 millones de gazatíes, prisioneros del ejército de Israel a cielo abierto, se han convertido en ruina y desolación después de varios meses de bombardeos implacables contra hamás pero destrozando todo los edificios  y negando a sus habitantes la indispensable ayuda humanitaria que les permita la supervivencia; agua, comida, medicamentos, que esperan en largas colas de camiones poder entrar en Gaza, pero que Israel impide o permite con cuentagotas, saltándose a la torera las más elementales leyes de la guerra, amparadas por la comunidad internacional. Con esta situación, Gaza se parece, cada día más, un cementerio. Y la solución cada día se aprecia más lejana.



         Quisiera poder detenerme un poco en el conflicto de Ucrania y Rusia, que supera los dos años de guerra y que también se ve como un diálogo de sordos, lo que en origen iba a ser un paseo triunfal ruso, no superior a una semana. En ambos conflictos se antoja una manifiesta incapacidad de entendimiento entre los bloques sin que, por el momento, se aprecie otra salida que la de mantener la tensión  sine díe.

         Lo que sucede es que la mirada interior, es cierto que por ahora no tiene un conflicto abierto como los que antes hemos mencionado, pero es verdad que las posibilidades de entendimiento tampoco prosperan en el sentido de una acercamiento. Por el contrario, nos encontramos, tanto al gobierno como a la oposición, apoltronados en sus propios argumentos e ignorando por completo los del vecino, produciendo un enfrentamiento crónico, cada uno protegiéndose en sus propias razones y permitiendo que la calle funcione como si unos nos ignoremos a los otros, de modo que el nivel de entendimiento se enrarece como si los unos ignoremos los argumentos de los vecinos. Las tensiones entre unos y otros parece que dan como resultado ignorarnos cada día un poco más y esperar con paciencia que en algún momento seamos capaces de mirarnos frente a frente y nos reconozcamos como ciudadanos del mismo país, a la espera de ser capaces de entendernos.



         Con las medias verdades alcanzamos una serie de silencios y de malos entendidos que nos hacen que los discursos se fundamenten en los silencios o en las verdades a medias, que lejos de acercar posturas, lo que conseguimos es alejar los niveles de entendimiento y tratarnos como vecinos que necesitan ignorarse, sabiendo que ese camino no logra acercar posturas, cada uno por voluntad pro si habláramos lenguajes distintos.