Podría,
quizá debería, centrarme una y otra vez en los conflictos armados que nos
acosan, con la carga de muerte y desolación que nos va destrozando por dentro.
Seguro que tampoco sería inútil centrarme
en el proceso electoral de España, que parece que no va a acabar nunca,
aunque es cierto que ya se encuentra en la última fase, con un Presidente recién
elegido y pendiente de la formación de su gobierno de un momento a otro. En
este punto debía de terminar el proceso y dar comienzo a la legislatura. Ojalá
termine siendo así, cosa que es posible todavía, pero hay nubarrones en medio
de las fuerzas políticas, sobre todo de la que ha perdido, que puede enrarecer
el tiempo venidero, con parte de su discurso pendiente, que no termina de
cerrar el ciclo electoral y mantiene en vilo el ánimo de casi todos. O
sea, que asuntos de los que ocuparse no
faltan y todos del máximo interés y de palpitante actualidad. Pero el devenir
del tiempo tiene su propia lógica y nos lleva y nos trae un poco a su capricho.
Enfrascado
como me encuentro en este tiempo con mis lecturas y con mis actividades de
apoyo a las necesidades especiales de los adultos, vuelvo tan tranquilo con la
bolsa del Mercadona y hablando con mi hija Elvira y recibo una llamada de Rafa,
a quien no conozco hasta el momento, Vicedecano de Prácticas de la Facultad de
Educación que me ofrece la posibilidad de un par de horas de clase para los
alumnos que están realizando un Master. Tradicionalmente, una llamada parecida
significa entrar en el corazón de mi profesión y, con todos los respetos,
cualquier asunto pasa a la espera porque en la vida de cada uno, lo primero es
lo primero y la Educación Infantil me hizo suyo, hace unos 50 años y por más
que esté jubilado hace ya unos cuantos años, cualquier llamada sobre este
asunto me pone en alerta por delante de cualquier otro tema. Por supuesto le
dije que aceptaba al momento y ya me encuentro inmerso en el tema, pensando qué
puedo yo aportar a los que empiezan, no tanto a partir de nociones técnicas,
que seguro que ellos las tienen mucho más actualizadas, sino desde mis años de
práctica de maestro y de pedagogía cooperativa en la estela de Freinet.
Desde
el momento del encargo no paro de darle vueltas a la cabeza, consciente de que
el arsenal de vivencias que puedo aportar puede ser útil y valer a los
estudiantes como un complemento a ras de tierra si logro seleccionar mis
recuerdos profesionales, sistematizarlos y contarlos con acierto en el rato de
clase que se me ha encomendado, de 90 a 120 minutos, para que los asistentes
puedan incluir lo que me escuchen como parte de su formación, desde una
perspectiva profesional desligada de los libros, pero ligada por completo al
devenir de la vida cotidiana. El día 30 de noviembre a las 6´30 de la tarde
veremos lo que da de sí mi respuesta a la propuesta institucional que he
recibido. No sé ya cuántas horas llevo con la preparación del acto porque le
memoria es la depositaria del contenido que pienso transmitir y debo acumular,
no tanto muchos recuerdos, que también, sino recuerdos significativos que a los
que empiezan, que me estén escuchando, les ofrezcan un soplo de realidad que
quizá los libros que hayan estudiado se encuentren en otro nivel más teórico.
Anoche me llama mi amiga Mercedes Toro, maestra de Educación Infantil pública toda su vida, para contarme sensaciones del viaje hasta Bariloche que acaba de concluir. Hemos intercambiado opiniones toda la vida sobre la educación, sobre el trabajo de la escuela y también sobre la vida personal, porque al final somos un todo y como tal nos comunicamos. No he podido, por tanto, callarme el ofrecimiento y mi preocupación por ofrecer un contenido solvente y diferenciado a los asistentes, como tantas cosas nos hemos intercambiado a lo largo de nuestra prolongada vida personal y profesional. Antes de terminar se ha ofrecido a acompañarme y me ha faltado tiempo para aceptar la oferta encantado. Siempre que hablo a un grupo me oriento por dos o tres ojos que me sirven de guía. Ahora sé que unos serán los de Mercedes, en los que voy a encontrar apoyo y complicidad, como tantas otras veces.
Antonio que bien seguro que tu estás preparado para esta nueva etapa felicidades 👏
ResponderEliminarEl oficio de aprender es muy hermoso y el de transmitir, más. Un beso.
EliminarNo voy a comentar sobre el panorama político, ni nacional ni internacional. *Los pañales huelen mal* desde hace años en todas partes. Y las alternativas casi lo mismo.
ResponderEliminarPero no imaginas lo feliz que me hace que vuelvas al ruego a transmitido tu vasta y sabía experiencia profesional a los valientes que deciden ese camino.
Y también que te sientas mejor con Mercedes a tu lado. Será una clase doblemente MAGISTRAL. Dejaos llevar. Apenas un esquema bien seleccionado... Y soltad toda esa riqueza y sabiduría de forma dialéctica. Eres un crack. Muchas felicidades. Besos y abrazos grandes hasta tí.
Feliz domingo, amigo querido.
DESCANSA.
He pasado muchos años dando cursos por España, pero hacía varios años que andaba recluído en mis lecturas. Habrá que recurrir a los recuerdos y sacar ciencia de la experiencia. Gracias. Un beso
Eliminar*Erratas del teclado...
ResponderEliminar"Volver al RUEDO PARA TRANSMITIR TU EXPERIENCIA Y SABIDURÍA"...
No sé si habrá alguna más.
Besotes