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domingo, 1 de octubre de 2023

EL ESPEJO

 

         Esta semana hemos vivido una curiosa secuencia política en la que el señor Feijóo se postulaba ante el Parlamento como candidato a Presidente del Gobierno con 172 votos garantizados. Desde que se celebraron las elecciones generales el 23 de Julio sabía que esos eran los votos con que contaba y, pese a saber que no eran suficientes para alcanzar la mayoría absoluta, 176, se propuso como candidato ante el jefe del estado con el argumento de que había sido la fuerza más votada, lo cual era verdad. El detalle es que, a pesar de que el argumento de la fuerza más votada es lo que más se ha escuchado estos días previos a la investidura y en los largos y tediosos debates de su presentación como candidato, resulta que el argumento no tenía recorrido alguno porque para ser investido no contaba el ser o no la fuerza más votada sino alcanzar los 176 votos parlamentarios o más síes que noes y pese a haber conseguido ser el primer candidato propuesto por el rey y pese a haber solicitado de la Presidencia del Congreso un mes para intentar que los números le cuadraran, el día de su presentación llegó con los mismos 172 que tenía desde el principio y sabía que no eran suficientes.



         El día 27,  martes pasado, en un largo discurso dirigido fundamentalmente al presidente en funciones, señor Sánchez fue desgranando una serie de argumentos encaminados a valorar  su candidatura, como si alguien la hubiera puesto en entredicho, y a tirar por tierra los males que podrían suponer para el país, un gobierno presidido por el señor Sánchez, que en ese momento no era candidato, ni lo es tampoco en este momento. Su bancada no paraba de aplaudir pero los que estábamos escuchándolo no logramos enterarnos, en las dos horas que estuvo en el uso de la palabra, de cuáles eran los argumentos que presentaba, salvo el de haber sido la fuerza más votada, que nadie había puesto en cuestión, para que el parlamento lo invistiera como Presidente del Gobierno, que era de lo que se trataba la sesión.



         Una vez que dio comienzo el turno de réplicas, apareció en la tribuna un parlamentario del Partido Socialista que no era el que él esperaba y al que se había estado dirigiendo todo el rato. El señor Oscar Puente, con un verbo encendido, se dedicó a manifestarle que su discurso de candidato, que era de lo que iba la sesión, no se había escuchado y, ya de camino, no dejó de desgranar una serie de contradicciones que ponían de manifiesto que el discurso planteado por el candidato no era el apropiado, como tampoco que se estuviera dirigiendo todo el rato al señor Sánchez, al que nadie lo había propuesto. Todo hace pensar que ante la desorientación de haber preparado una serie de diatribas dirigidas contra al señor Sánchez y ver que el señor Sánchez no habría el pico porque no tenía por qué hacerlo, el candidato no se dio por aludido y continuó usando su verbo contra alguien que estaba  frente a él pero que no se daba por aludido porque la sesión no iba del señor Sánchez, sino de él, que se examinaba para que el Parlamento lo nombrara Presidente del Gobierno o no.



         Hoy ya hemos salido de dudas después de las dos votaciones reglamentarias. La primera, si el candidato alcanzaba los 176 correspondientes a la mayoría absoluta del martes 27, que no alcanzó porque no se movió de los 172 que ya traía desde el principio y la segunda del viernes si, podía conseguir más síes que noes, que era la segunda posibilidad. También esta opción fue rechazada porque frente a sus 172 síes hubo 177 noes y un voto nulo. Con lo que la candidatura del señor Feijóo fue rechazada y ahora tiene que nombrar el jefe del estado un nuevo candidato. Si el segundo candidato logra el apoyo parlamentario suficiente, será el próximo Presidente del Gobierno. Y si no lo logra tampoco, tendremos nuevas elecciones el 14 de Enero. Lo sorprendente ha sido que el candidato fracasado casi ha salido a hombros de los suyos, no sé por qué, mientras que el señor Sánchez ha quedado como malo malísimo, sin haber abierto la boca en todo el debate. ¡Vivir para ver!.     


    

2 comentarios:

  1. Todo un esperpento, si sumo con Vox mayoría gobierno aunque no haya sido la lista más votada y si mi lista es la más votada pero no sumo mayoría también gobierno. Así es está "derecha
    extremadamente moderada"

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