Nunca
entendí muy bien el sentido de los puentes. En este momento, no sólo
atravesamos agosto, mes inhábil donde los haya, al menos en este país, sino que
encima atravesamos un puente que empezó el viernes pasado y dará fin el
miércoles próximo. Casi una semana en la que el 70% de la población dejará su
microespacio playero para hacer sitio a los que faltan por conseguir su piel de
gamba característica, que les hará sufrir el escozor nocturno por exceso de sol
y mostrar el moreno social frente a vecinos y compañeros de trabajo, cuando
logremos trabajar por fin. Del 30% restante lo único que hay que decir es
que ni pincharon ni cortaron nunca ni
este año tampoco. Nunca conocieron eso del veraneo ni lo van a conocer este año,
ni con puente ni sin él. Son ese sector que siempre anda por el límite de la
subsistencia y que sólo es capaz de alcanzar el fin de mes a base de
complementos alimenticios, ayudas de transporte y subvenciones varias, para las
que hay que guardar colas y colas, en las que son verdaderos especialistas.
Se
están levantando las primeras voces que señalan el agobio de millones de
traslados, de la playa a la casa o de la casa a la playa como si en el hecho
mismo del desplazamiento estuviera alguna forma de bienestar. Me he pateado varias
veces esta España nuestra, en pleno verano y sin aire acondicionado en el
Forito, sin conciencia alguna de estar viajando. He proclamado siempre que
viajar no importa. Ya el viejo Atahualpa Yupanqui decía esta inmensa manía de cambiar los paisajes, que son siempre los
mismos: inviernos, primaveras… Yo elegí siempre julio, no para ir, sino
para tener que ir. Me importaba, sobre todo que, fuera donde fuera, alguien me
esperara porque necesitaba algo de mí. Y agosto trabajaba, a sabiendas de que
el descanso de la mayoría aliviaba mi esfuerzo con la mitad de alumnos, como
mucho. El llamado veraneo, sobre todo julio y agosto, no sé si, puede ser
gozoso. Lo que sí sé que es, es trasiego, comercio, desplazamiento para
conseguir millones de visitantes y aumento del PIB, que ya supera el 12% en la
cuenta de resultados.
Recuerdo
cuando las autoridades esperaban al pie del avión al turista 2 millones, que
obtenía de premio su estancia gratis porque buscábamos visitantes como locos
que nos dejaran dólares a cambio de casi lo que quisieran, mientras el 30% de
colgados inundaban Europa despreciando por completo los rayos de sol y buscando
desesperados dólares para construirse su casita, imposible con los recursos de
aquí. Hoy con las pateras para arriba y para abajo, hemos olvidado ya que, no
hace tanto, inundamos Europa entera, a base de maletas de cartón atadas con una
cuerda para evitar que se abrieran y mostraran sus vergüenzas interiores y unos
ojos como platos ante idiomas completamente desconocidos que había que aprender,
jornadas maratonianas de trabajo porque había que dejar el pellejo si hacía
falta con tal de conseguir los fondos suficientes para la casita imposible, un
pequeño negocio, una forma de vida con dignidad, que su país le negaba.
Como todo en la vida tiene su proceso, hoy nos encontramos en pleno agobio porque muchos miles se han creído lo que vendíamos que como España no hay ná y nos visitan a millones. Tanto que empezamos a ver que no cabemos, que tenemos que salir de nuestras viviendas para dejar que los turistas las ocupen y paguen dinerales que están fuera de nuestro propio alcance, mientras los precios suben y suben para nuestros bolsillos y los centros urbanos se alejan y se alejan de nosotros, que sólo alcanzamos habitáculos, cada vez más alejados de lo que un día fueron nuestras ciudades. Tímidamente vemos, de vez en cuando, algunos visitantes que se acercan y ocupan espacios y actividades que hemos olvidado hace tiempo por falta de rentabilidad y nos empiezan a explicar que no todo en la vida es el dinero y que hay conceptos a los que llaman, calidad de vida, que puede que merezcan la pena antes que un fajo de billetes que te cuesta la misma vida conseguir y que, una vez que lo consigues, te das cuenta que tu vida no mejora.
Nada que añadir...
ResponderEliminarDe nuevo, das en la diana 🎯
Enhorabuena 👏👍👏👏
Aunque dan ganas de llorar 😢😢😢