Con la
noción de desgarros, que abrimos la semana pasada, comenzamos un ciclo que nos
lleva a dividir la vida en ciclos. Cada
ciclo se caracteriza por destacar un acontecimiento por encima de los demás que
están sucediendo de forma permanente cada día. A fin de cuentas, la propia vida
no es más que un ciclo constante de acontecimientos que suceden de manera
incesante y que, con su paso, dibujan el acontecer cotidiano. En concreto
comentamos el nacimiento como el primer desgarro que nos define y nos separa
entre vivir y no vivir. Podríamos decir, por tanto, que el nacimiento es el principal
acontecimiento que nos define y nos separa
como seres sociales, que es lo que somos. Si muchos de nosotros
apoyamos, por ejemplo, el aborto, como decisión exclusiva de la mujer, como
dueña exclusiva de su cuerpo, que lo es, no es por un capricho que se nos
antoja, sino porque un embarazo no es nadie desde el punto de vista social y
hasta que se produce el nacimiento, la persona no adquiere su cualidad social,
que es lo que nos define y nos hace objetos y sujetos de derecho.
Hay en
la vida otros ciclos que iremos definiendo y explicando en semanas sucesivas
pero el primer acontecimiento que nos convierte en, personas y, por tanto,
sometidas al ámbito de las leyes, es el nacimiento., Lo hemos definido como
desgarro, tanto este primero como a los que van a venir después y van a seguir
definiéndonos como seres sujetos y objetos de derecho, si bien es el nacimiento
el desgarro primero y el más espectacular porque nos sitúa en la vida y dentro
del mundo de las leyes, no por haber sido concebidos sino por el hecho de haber
nacido. En la vida se van produciendo todo
un cúmulo de acontecimientos que nos van configurando para ser lo que
vamos siendo desde el momento mismo de la concepción hasta el de la muerte,
pero, aunque todos y cada uno forman parte de lo que llamamos vida, lo cierto
es que no todos tienen la misma trascendencia. Para cada individuo sí que la
tiene pero para el cuerpo social del que va a formar parte desde el momento en
que nace, ciertamente no. Quizá por eso unos acontecimientos se destacan y
otros no.
Nos
estamos refiriendo a la vida de las personas y quizá lo podamos ver con más
claridad si nos referimos a los colectivos. Definimos la Historia en ciclos también
y a cada ciclo le damos un momento de comienzo y otro de final, sabiendo de
antemano que la división a la que aludimos en cada caso no se produce de la
noche a la mañana. Nadie se acostó una noche en la Edad Antigua y al día
siguiente se levantó en la Edad Media. Las divisiones las soportan determinados
acontecimientos de mayor trascendencia, pero es el acontecer de cada día el
que, a lo largo de tiempo ha ido modificando las costumbres y las formas de
pensar, hasta poder diferenciar unas edades de otras, porque las evoluciones
que se han ido produciendo sin que no demos cuenta, con el paso del tiempo,
podemos llamarlos de una manera o de otra en función de que los cambios se han
consumado y han sido asumidos por el conjunto del cuerpo social que los recibe.
Es verdad que para encontrar una mejor comprensión de esos cambios nos centramos en determinados acontecimientos, que los asociamos a los cambios para comprenderlos mejor, pero no porque los cambios se produzcan de un momento a otro, cosa que no suele pasar. Un embarazo, por ejemplo, tarda más o .menos nueve meses en completar su ciclo y el nacimiento se produce apenas en unas horas, si bien el ciclo comienza desde el momento mismo de la concepción hasta que se consuma el nacimiento. También decimos que la Edad Antigua termina con la caída del imperio romano, pero esa caída, que es cierto que se produjo, no fue en un momento concreto sino que, poco a poco, Roma fue pasando de ser el punto de referencia para el mundo durante siglos, hasta ir perdiendo poder e influencia, al tiempo que otra serie de costumbre se fueron imponiendo en los países hasta que, poco a poco, hoy podemos reconocer que la referencia de Roma desapareció y otros centros de poder se fueron imponiendo y a ese cambio hoy lo llamamos Edad Media.
Muy, que pero que muyyy buen articulo, amigo, maestro.
ResponderEliminarEs fantástico.
Gracias y enhorabuena.
Besos 😘 😘