La
semana anterior pretendía ofrecer dos visiones distintas de una misma realidad.
La idea era, por una parte, dar luz al
enorme drama de Ucrania que nos está envolviendo de manera endiablada y
parece que no tiene el fin cerca. Y por
otra, una secuencia de vida familiar que se viene repitiendo por sexto año consecutivo. Las dos historias se ajustaron a
la realidad tal y como se contaban. En medio se cruzó el otoño y sus
incidencias y nos trastocó el plan. Resulta que apareció una tromba de agua el
lunes y provocó una importante inundación en la zona de Sevilla que teníamos
previsto visitar. Todo lo que se dijo fue correcto pero hubimos de aplazar la
visita por efecto de la inundación para el próximo puente del uno de noviembre
con la esperanza de que las inclemencias del tiempo nos permitan cumplir los
planes. El conflicto de Ucrania, desgraciadamente, sí se cumplió tal como
estaba previsto y mantenemos nuestro nivel de angustia con el acoso
inmisericorde de Rusia y con la defensa numantina del ejército ucraniano con el
apoyo de occidente.
Ni
un solo dato de los que mencionamos era falso. Lo único con lo que no contamos
fue con esa dana que se posó encima de Marinaleda y de Estepa y en unas horas
nos dejaron por presuntuosos, que no pudimos cumplir lo previsto y lo aplazamos
unos días, a la espera de que el tiempo nos sea propicio. El gran desastre de
la guerra, en cambio, no nos ha desfraudado sino todo lo contrario. Estaba
centrado en el sur y en el este, y ahora lo tenemos picoteando en todas las
ciudades y no sólo con enfrentamientos militares sino en cualquier barrio civil
explosionan misiles inmisericordes destrozando edificios y vidas sin que en
este momento le importen a nadie el número de muertos que van dejando a su paso.
La cuestión es que ambos bandos se ceban con la violencia de modo que no se
atisba por el momento una fórmula que contenga la violencia sino todo lo
contrario.
La
amenaza de las armas atómicas aflora de vez en cuando como amenaza, sabiendo
ambos bandos que su utilización es tanto como asomarse a un precipicio cuyo fin
no es otro que la destrucción por ambas partes. Parece que Turquía se ha
erigido como país intermediario que, por ahora, es capaz de hablar con ambos
bandos. El resultado de las conversaciones, hasta el momento, hacen que sea la
propia Turquía la que salga beneficiada, pero el simple hecho de hablar con
ambas partes ya es de por sí un punto de esperanza. No sé si puede ser Turquía
el nexo que permita un diálogo fructífero que nos lleve a los acuerdos de paz
que necesitamos como el comer. Si eso significa que el papel de Turquía ha de
ganar importancia en la zona de conflicto, pues que así sea. Cualquier cosa
antes que mantener una guerra que se alarga y que no parece tener fin.
Recordemos que el conflicto empezó en lo que sólo eran unas maniobras que Rusia había iniciado a lo largo de la frontera de Ucrania. Es más, no se puede hablar de guerra porque lo declarado hasta el momento, por parte de Rusia, no es más que una operación militar especial para desnacificar Ucrania. Lo cierto es que una guerra no declarada hace que no se detengan los bombardeos y que el invierno esté a las puertas y no se vea modo de calentar los espacios en conflicto. El problema del gas se ha convertido en dificultad número uno para llevar calor a cualquier punto de Europa. Con los gaseoductos volados estamos sin posibilidades de conexión para proveerse de gas a buen precio del que llegaba de Rusia, que ahora no está disponible. Para este invierno parece que los depósitos de reserva están llenos. Veremos qué puede pasar a medio y largo plazo. Seguramente tendremos que cambiar la estrategia de aprovisionamiento.
Tal cual, mi niño.
ResponderEliminarLo de la Guerra, económico, etc...
Y lo del clásico viaje a Estepa... Lo siento muchísimo.
Días antes vi la riada por TV, pero creí que ha tía pasado para esa fecha.
Puente de Nov, dices?...
Hummmm
Aver si puedo comprar una Primitiva y hay suerte...
Jajajaja
Será estúpido.
Seguro.
Abrazos inmensos con el cariño de siempre.
Gracias y enhorabuena!
Ahhhh.
Quita la raya de tachado... Se hace incómodo leer ...
Besotes
De nuevo, disculpa las erratas de mi teclado.
ResponderEliminarMi móvil está agonizando.