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domingo, 16 de octubre de 2022

TROPEZONES


         La semana anterior pretendía ofrecer dos visiones distintas de una misma realidad. La idea era, por una parte,  dar luz al enorme drama de Ucrania que nos está envolviendo de manera endiablada y parece  que no tiene el fin cerca. Y por otra, una secuencia de vida familiar que se viene repitiendo por sexto año  consecutivo. Las dos historias se ajustaron a la realidad tal y como se contaban. En medio se cruzó el otoño y sus incidencias y nos trastocó el plan. Resulta que apareció una tromba de agua el lunes y provocó una importante inundación en la zona de Sevilla que teníamos previsto visitar. Todo lo que se dijo fue correcto pero hubimos de aplazar la visita por efecto de la inundación para el próximo puente del uno de noviembre con la esperanza de que las inclemencias del tiempo nos permitan cumplir los planes. El conflicto de Ucrania, desgraciadamente, sí se cumplió tal como estaba previsto y mantenemos nuestro nivel de angustia con el acoso inmisericorde de Rusia y con la defensa numantina del ejército ucraniano con el apoyo de occidente.



         Ni un solo dato de los que mencionamos era falso. Lo único con lo que no contamos fue con esa dana que se posó encima de Marinaleda y de Estepa y en unas horas nos dejaron por presuntuosos, que no pudimos cumplir lo previsto y lo aplazamos unos días, a la espera de que el tiempo nos sea propicio. El gran desastre de la guerra, en cambio, no nos ha desfraudado sino todo lo contrario. Estaba centrado en el sur y en el este, y ahora lo tenemos picoteando en todas las ciudades y no sólo con enfrentamientos militares sino en cualquier barrio civil explosionan misiles inmisericordes destrozando edificios y vidas sin que en este momento le importen a nadie el número de muertos que van dejando a su paso. La cuestión es que ambos bandos se ceban con la violencia de modo que no se atisba por el momento una fórmula que contenga la violencia sino todo lo contrario.



         La amenaza de las armas atómicas aflora de vez en cuando como amenaza, sabiendo ambos bandos que su utilización es tanto como asomarse a un precipicio cuyo fin no es otro que la destrucción por ambas partes. Parece que Turquía se ha erigido como país intermediario que, por ahora, es capaz de hablar con ambos bandos. El resultado de las conversaciones, hasta el momento, hacen que sea la propia Turquía la que salga beneficiada, pero el simple hecho de hablar con ambas partes ya es de por sí un punto de esperanza. No sé si puede ser Turquía el nexo que permita un diálogo fructífero que nos lleve a los acuerdos de paz que necesitamos como el comer. Si eso significa que el papel de Turquía ha de ganar importancia en la zona de conflicto, pues que así sea. Cualquier cosa antes que mantener una guerra que se alarga y que no parece tener fin.



         Recordemos que el conflicto empezó en lo que sólo eran unas maniobras que Rusia había iniciado a lo largo de la frontera de Ucrania. Es más, no se puede hablar de guerra porque lo declarado hasta el momento, por parte de Rusia, no es más que una operación militar especial para desnacificar Ucrania. Lo cierto es que una guerra no declarada hace que no se detengan los bombardeos y que el invierno esté a las puertas y no se vea modo de calentar los espacios en conflicto. El problema del gas se ha convertido en dificultad número uno para llevar calor a cualquier punto de Europa. Con los gaseoductos volados estamos sin posibilidades de conexión para proveerse de gas a buen precio del que llegaba de Rusia, que ahora no está disponible. Para este invierno parece que los depósitos de reserva están llenos. Veremos qué puede pasar a medio y largo plazo. Seguramente tendremos que cambiar la estrategia de aprovisionamiento.       

  

2 comentarios:

  1. Tal cual, mi niño.
    Lo de la Guerra, económico, etc...
    Y lo del clásico viaje a Estepa... Lo siento muchísimo.
    Días antes vi la riada por TV, pero creí que ha tía pasado para esa fecha.
    Puente de Nov, dices?...
    Hummmm
    Aver si puedo comprar una Primitiva y hay suerte...
    Jajajaja

    Será estúpido.
    Seguro.
    Abrazos inmensos con el cariño de siempre.
    Gracias y enhorabuena!
    Ahhhh.
    Quita la raya de tachado... Se hace incómodo leer ...
    Besotes

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  2. De nuevo, disculpa las erratas de mi teclado.
    Mi móvil está agonizando.

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