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domingo, 9 de octubre de 2022

MACRO Y MICRO

 


         Para no dejar a medias el tema de la semana anterior, las elecciones en Brasil se celebraron sin incidentes graves. Las ganó Lula por 5 puntos de diferencia con Bolsonaro pero ninguno de los dos alcanzó y 50% de los votos más uno, por lo que se tendrá que  celebrar una segunda vuelta dentro de 30 días para saber los resultados finales. En la guerra de Ucrania se ha producido un hecho de gran relevancia. El puente que une Crimea con el continente ha quedado gravemente dañado por la explosión de un camión de combustible. Esto significa un serio revés para las aspiraciones rusas porque dificultan la conexión con Crimea y complican o impiden el trasvase de suministros. Ninguno de los dos bandos se ha hecho responsable del sabotaje, algo parecido a lo que sucedió hace poco con la explosión de los dos gaseoductos por los que llegaba al resto de Europa el gas que Rusia venía suministrando. Hechos parecidos nos dicen que el conflicto se encuentra lejos de cualquier final y probablemente vamos a seguir siendo testigos de nuevas hostilidades que alejen la solución. El dolor y el desastre no tiene visos de terminar, sino todo lo contrario.



         Un 12 de Octubre de hace ya 6 años, fiesta nacional, mi hija Alba me sugirió que nos acercáramos a Estepa, a 150 kilómetros de Granada, a comprar mantecados de una tienda concreta que ella recordaba de cuando era pequeña. Se le quedó en su mente un anuncio de televisión que terminaba con  la coletilla de… “SOMOS LOS ARTESANITOS… DE ESTEPA”. Quedó como referente en la casa y ella y yo la hemos cantado miles de veces. Sin pensarlo demasiado nos plantamos en Estepa. Lo primero fue fotografiarse ella delante de la puerta de Moreno, la empresa que promovía el anuncio, compramos los mantecados que quisimos, nos impregnamos todo el rato del penetrante olor de las almendras tostadas que inunda en esta época el pueblo, porque es el momento en que se están fabricando los mantecados que consumimos en Navidad y echamos un día memorable.



         Aparte de repartir entre la familia lo que habíamos comprado, nos encargamos de proclamar a bombo y platillo la cantidad de sensaciones gratas que habíamos obtenido del viaje. Pasó el tiempo y el siguiente 12 de octubre, mi otra hija, Elvira, nos advirtió que ni se nos ocurriera volver a Estepa sin que ella participara. Ya habíamos tenido que aguantar sus protestas machaconas por no haber contado con ella para el primer viaje sin que le convencieran las excusas de que fue todo muy rápido y, más que nada, para recordar la cancioncilla que se había quedado en el recuerdo de la Alba y tantas veces la habíamos cantado. La experiencia fue tan memorable como la primera. Visitamos otras fábricas, el pueblo está plagado de ellas y todas haciendo lo mismo desde el final del verano, y hasta comimos para prolongar el acontecimiento.



         El próximo miércoles, nuevo 12 de octubre, ya estamos preparando el viaje número 6, en el que estamos dudando si llevar dos coches o tres, porque vamos entre 9 y 10 personas de la familia y sus aledaños. Se ha convertido en un hecho indiscutible con el que todos contamos. La parada inicial sigue siendo la de los ARTESANITOS, que va seguida de un recorrido variable por otras empresas: San Enrique, la Colchona, la Estepeña, asociadas a las propuestas que aporta cada una, en función también de las apetencias que hemos ido aprendiendo, a medida que hemos conocido nuevas delicias. La comida ha adquirido ha aumentado su importancia. Mi hijo Nino me llamó ayer para recordarme que la Alba debe llamar al restaurante Andalucía y reservar mesa, no sea que nos pase como el año pasado, que la conseguimos de milagro. Tan importantes como los mantecados es el plato de carrillada de cerdo y la ensaladilla rusa. Hasta una siestecilla dentro de los coches completa el viaje, porque el calor todavía aprieta y hay que descabezar el sueño para volver tranquilos, una vez libres de la soñarrera. Igual si esto continúa, dentro de unos años necesitamos un autobús. Ojalá. La vida también puede ser gustosa.


          

4 comentarios:

  1. Cualquier escusa es buena para pasar un buen día en buena compañía. Has cambiado casa pasteles por Estapa. Tomo nota.

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  2. Nieves Merino Guerra9 de octubre de 2022, 10:51

    Ay, mi Antonio del alma !
    Ya han pasado seis años desde la primera vez que me lo contaste? Qué barbaridad!
    Y yo,como desde el primer viajé, prometiendo que no faltaron al siguiente, deseando conocer, paladear y disfrutar las delicias de tu compañía y las de Estep...
    Ojalá pudiese coger un avión hoy mismo y plantarme ahí, en tu casa, para compartir ese y otros días memorables. No imaginas hasta qué punto lo he deseado y soñado. Ni la falta que me hace. Palabra.
    Especialmente disfrutar de unos días contigo.

    Estoy a punto de llorar de la emoción.
    Y no es broma

    Me ha removido muchas cosas por dentro.
    Gracias, mi niño.
    Qué felicidad saber qué va toda la Familia!
    Disfruta... Qué la espera y las vísperas también son muy emocionantes
    Comparto tu entusiasmo y felicidad.
    Gracias, amigo del alma querido.
    Besos para ti y para todos y cada uno.

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  3. Estepa, quise decir...
    Entre otras erratas.
    Entre mi ceguera y el corrector, nodoyniuna...
    Jajaja.
    Besos de nuevo.
    Vienes a buscarme, por favor?
    Sniffff

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  4. Nieves Merino Guerra9 de octubre de 2022, 10:55

    No me dejes atrás, amigo.
    Por favor...
    Besotes
    Feliz día 12 de Octubre.
    Felicidades por toda esa dicha.
    El plan es perfecto.
    Besos

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