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domingo, 18 de septiembre de 2022

JORNADAS

 


         Cada vez quedamos menos de los que podemos decir: “En mis tiempos…, en cuanto salíamos de la Escuela…, soltábamos la cartera en casa y…, a la calle”. La orden de mi madre era: “En cuanto enciendan las luces te quiero aquí”.  Y hablamos de esta forma de vida como un canto a la vida, andando de aquí para allá, libremente. Es verdad que vivíamos muchas horas en la calle pero cada vez tengo menos claro si era libremente o abandonadamente, que disponíamos de una amplia capacidad de inventar juegos a nuestro gusto pero no podemos olvidar hasta qué punto la ley del más fuerte era la que mandaba y ordenaba la vida. La calidad de los juegos muchas veces era temeraria y hasta claramente suicida. Creo que glorificamos aquel tiempo, no tanto porque recordemos la calidad de nuestros juegos como por el sueño de que se producían en nuestra infancia ya lejana y permanentemente añorada. Sea como quiera, lo que no cabe duda es que se trataba de otro tiempo, muy distinto al actual, que sólo existe ya en nuestros recuerdos y en nuestros sueños.



         Nuestra experiencia de jornada era de 7`30 a 5 de la tarde. No creo que haya que andar defendiendo una jornada ideal, que seguramente no existe. Lo que importa es asumir que la jornada debe servir a la población que atiende, con sus condicionantes y con su idiosincrasia. En nuestro caso, que atendíamos a personas de menos de 6 años no estábamos tan centrados en la enseñanza de materias concretas como en el aprendizaje de una forma de vida. Abarcaba el desayuno: trozos de fruta, pan con aceite y leche o colacao. Más trozos de fruta a media mañana…, 10`30 a 11. 12´30 a 1, comida de mediodía: ensalada cruda, proteína: carne, pescado o huevo. Comida de cuchara: sopa, cocido, cazuela. Y más fruta para finalizar. Siesta hasta los de 4 años y los mayores juegos de patio. Merienda antes de que llegaran las familias a recogerlos: más fruta y un bocadillo. Esta estructura de día era más importante en su cumplimiento que si en medio aprendíamos a leer o no, que también se hacía, pero no como fundamental.



         Es evidente que en las etapas posteriores la importancia que se le tiene que dar a los conocimientos debe ser mayor, como es natural. Pero es verdad que los alimentos que se deben ingerir se deben parecer bastante a los que hemos descrito por la variedad de la selección que se ha realizado, por la cercanía a la cultura en la que se desarrolla este esquema de alimentación y, sobre todo, por la importancia que siempre dedicamos a la fruta, empezamos nuestro trabajo en los primeros 80, cuando la fruta masiva era casi una rareza. Hoy se sustituye con frecuencia la fruta sólida por los botecitos de zumo, que no es lo mismo ni mucho menos, por la fuerte concentración de azúcar que llevan. Los guisos de cuchara conectan con unas costumbres y con una cultura, siempre con la idea de que la calidad de los guisos debe presidir el resultado. Al principio notamos que necesitaban más proteína y el plato de carne, pescado o tortilla se comía delante de la sopa. En los últimos años la presencia de fibra se hizo más necesaria y relegamos la proteína al final para darle más importancia al guiso.



         Siempre nos hemos dado cuenta de la lucha de las familias contra el tiempo, hasta el punto que muchos de los pequeños se alimentan de cualquier prefabricado mientras se desplazan de un lugar a otro. En la escuela esto se modificaba sustancialmente y los productos naturales: fruta, pan, leche…, ocupaban todo el espacio o gran parte de él, empleando en su consumición el tiempo que fuera necesario, no menos de media hora, lo que permitía a los pequeños comer con tranquilidad, hablar durante las comidas y utilizar el tiempo preciso para alimentarse y no andar angustiados por la falta de tiempo. Cualquier proceso debe darle a la alimentación la importancia que precise porque de su buena resolución se van a derivar una serie de beneficios de todo orden que apenas hemos conocido.  Nos queda mucho por aprender en este terreno.




1 comentario:

  1. Tal cual, amigo querido.
    Sólo apoyar, confirmar y agradecer otro buen y pertinente artículo tuyo.
    Deseo que los incendios de Granada estén sofocados y que la buena y deseada lluvia llegué con moderación y suficiente.
    Cuídate mucho.
    Besos.
    Enhorabuena

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