No es
posible jugar en política con criterios
objetivos que para unos son válidos pero para otros no. Que el órgano de los
jueces se ha de renovar cada cuatro años, pues hay quien lo cumple y hay quien
no. En este momento hace casi tres años que se tendrían que haber renovado pero
la derecha, en vez de aceptar lo que tiene prescrito, lleva ya tres años
inventándose criterios que no están en ninguna normativa pero que mantiene una
mayoría de gobierno de cuando ostentaban una mayoría política que hoy han
perdido. Resulta que aceptar que los cambios deben producirse cuando toca no
hay modo de obligarlo y aquí tenemos un fraude de ley que lleva ya tres años y
no lleva trazas de cumplirse porque en cada momento la oposición se inventa una
excusa que le vale para incumplir los
plazos, sencillamente porque se sacan de la manga un argumento que no está
dicho en ningún sitio, pero que les vale para mantener una mayoría de gobierno
afín a sus tesis con todo descaro, sin
complejos. La mayoría gubernamental
intenta establecer un cortafuegos legal para terminar con el abuso y en vez de
terminar cumpliendo con su obligación, la derecha reclama a Europa que la
izquierda se extralimita.
Hay
pactos no escritos, como por ejemplo en política internacional, que gobierno y
oposición se unen para dar imagen de solidez política ante el resto de los
países. Esta semana varios miles de marroquíes han atravesado la valla de Ceuta
y se han introducido en territorio español impunemente. Por un hecho parecido
hace unos años, el gobierno de la derecha de entonces contó con el consenso de
la oposición socialista y salió del atolladero con casi todo el parlamento a su
favor. En este momento, con varios miles de marroquíes inundando las calles de
Ceuta, el gobierno se ha visto en la necesidad de afrontar la angustiosa
normalización en solitario y la oposición, en vez de apoyar a su gobierno, lo ha abandonado y casi ha simpatizado más con
las fuerzas invasoras, sin complejos.
Todo se resuelve, al fin y al cabo, en un juego de excusas tras las que se
esconde el verdadero argumento: La culpa
ha sido de Marruecos pero la responsabilidad del gobierno.
Hace unos años, cuando
la banda terrorista ETA estaba en activo todavía, el Parlamento acordaba que no
se aceptaría meter el terrorismo en el juego político. Cuando la izquierda
estaba en la oposición, el gobierno de la derecha contaba con el refuerzo de la
oposición cada vez que pretendía sacar mociones de lucha contra el terrorismo
adelante, pero todos podemos recordar cómo, sin complejos, el Sr. Rajoy, líder por entonces de la oposición de
derechas, esgrimía los muertos de ETA y los echaba a los pies del gobierno cada
vez que le venía en gana. Con ese juego cínico de a lo mío, mío y a lo tuyo entramos, es muy difícil mantener una
política parlamentaria coherente. No es fácil gobernar con dos varas de medir.
Estoy seguro que si las cosas cambiaran y la derecha volviera al gobierno
porque hubiera ganado las elecciones, no tardaría lo más mínimo en volver a
esgrimir las normativas que ella misma viene incumpliendo mientras se mantiene
en la oposición.
La figura de sin complejos, parece un argumento que viene a significar que no hay límites y que cada opción es capaz de encontrar una tesis y su contraria, según le convenga. Tenemos sobradas pruebas que abalan lo que digo, por más que quien incumple las normas no escritas disponga a la vez de una serie de excusas para justificar lo que mantiene cuando le conviene. En estas condiciones no veo la manera de entenderse porque se trata de un asunto de dos en el que cada uno asume sus propios argumentos y valora o ignora los argumentos del contrario según le interesa. Tendremos que seguir aprendiendo, lo que significa el respeto del contrario, que parece que es el asunto más duro de pelar.
Sin complejos.
ResponderEliminarLeído y a pensar.
Gracias, mi niño.
Felicidades.
Besos.