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domingo, 9 de mayo de 2021

SEGUNDO DESMADRE

 


         Hacia mediados de Junio de 2020 estuvimos a punto de alcanzar el cero en el número de infecciones diarias. El gobierno tuvo un fuerte desgaste renovando cada quince días el ESTADO DE ALARMA, figura legal recogida en la Constitución que nunca se había puesto en vigor hasta el momento, hasta que una de las veces no logró que se aprobara la renovación y de buenas a primeras tuvo que poner en marcha la primera desescalada bajo la denominación de NUEVA NORMALIDAD. Los consejos de las autoridades sanitarias insistieron en que el virus seguía estando entre nosotros y que convenía mantener las precauciones porque veríamos algún repunte  en poco tiempo. La traducción para el común de los mortales fue que la pandemia estaba dominada y la NUEVA NORMALIDAD de la que se nos hablaba nadie la había visto. Tardamos poco en ver que las cosas no eran como esperábamos. Las infecciones volvieron a cubrirnos de nuevo y el gobierno, cansado de ver cómo la oposición había encontrado el desgaste con las renovaciones después de la segunda ola, a partir de noviembre logró una aprobación del ESTADO DE ALARMA hasta el 9 de mayo de 2021.



         La oposición se vio sorprendida por el gobierno con la aprobación de ese paraguas excepcional de unos meses sin tener que pasar por el parlamento cada dos semanas. Fuimos conociendo datos sobre el funcionamiento del virus en otros países vecinos. El gobierno se encontró con alguna experiencia que le facilitó un cierto colchón sobre el que poder elaborar un plan para hacer frente a los ataques furiosos de la oposición que, fuera del parlamento, se agarró al frío invierno y a las grandes nevadas para desgastarlo como podía. Pero en esta vida lo mismo para lo malo que lo bueno. El invierno de 2020 pasó y la primavera de 2021 nos trajo al 9 de mayo sin que la oposición lograra que el gobierno tuviera que pasar de nuevo por el parlamento, acogido a la figura del ESTADO DE ALARMA o compartir el desgaste de la pandemia con las comunidades autónomas.



         Ha llegado el 9 de mayo y hemos visto diluirse la cómoda figura en la que se había escondido. Sin más resguardo que compartir el poder hemos visto las calles abarrotadas de personas sin las limitaciones precisas y los estados de ánimo agotados por el paso de los meses que en conjunto superan ya el año, con todos los argumentos inutilizados en el ánimo de las personas. Es verdad que ha aparecido un nuevo poder bastante sólido al que acogerse con las. Desde finales de diciembre de 2020, que aparecieron como un punto en la lejanía del horizonte, han ido asumiendo presencia a medida que han ido llegando a los países de Europa y alcanzando un nivel importante de inyección con la perspectiva de alcanzar la inmunidad de rebaño, 70% del total de la población durante el verano. En la medida que la población inyectada aumenta, el gobierno se siente fuerte, en función de que el reparto de vacunas se cumple.



         El segundo desmadre ha llegado, vemos que podemos alcanzar una nueva ola en quince días sabiendo que vamos a encontrar vamos a encontrar en las vacunas puestas un sólido pilar de defensa. El gobierno se agarra con uñas y dientes a la idea de compartir el poder para compartir al mismo tiempo la responsabilidad se desgaste. Queda, pues, por tanto, la vacuna como única tabla de salvación para el gobierno, junto al reparto del poder con las comunidades autónomas en una nueva guerra contra el tiempo por alcanzar cuanto antes la inmunización de la totalidad de la población, pendiente solo de la puntualidad con la que lleguen las vacunas que faltan por servir y que en cada lote de retraso que se produce, una baza a favor para la oposición y menos para el gobierno que ya no le quedan más recursos que el cumplimiento en las vacunas.   



1 comentario:

  1. Y lo que nos queda, amigo.
    Hasta los ateos rezan.
    Sobrevivir hasta hoy a esto, es milagroso.
    No sé mañana.
    Besosss

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