Seguidores

domingo, 3 de junio de 2018

EXPOSICIÓN


         La semana pasada tratábamos el tema de la intimidad y Manuel, el compañero que suele comentar casi siempre lo que aquí aparece, se cuestionaba que lo mejor sería que no aparecieran ningunas fotos de niños y que sus hijas le pedían que ni en la nube guardara fotos de sus nietos. Por supuesto me pareció una posición respetable, faltaría más. Le contesté con la decisiva diferencia entre quienes se lucran de la exposición y los que no. Después de haberle dado vueltas al tema me atrevo a volver sobre él y a reflexionar, entendiendo siempre que debe estar siempre abierto a nuevas reflexiones y a diversas posturas. O sea que respeto cualquier postura pero digo que no me parece respetable que se trafique con los menores, ni siquiera cuando se trata de su propia familia. pero tampoco defendería que todas las imágenes de menores desaparecieran del mapa porque creo que nos perderíamos un imagen esencial de la vida.

         Reconozco que no tengo una línea clara que pueda aportar como divisoria entre lo que podría considerarse respetable y lo que no. Todavía me tiemblan las carnes cuando recuerdo aquella niña africana de dos años más o menos, muriéndose de asco, y un buitre detrás a unos metros, esperando que la pequeña terminara de soltar su vida para aferrarse él a la suya a través de sus despojos. La foto dio la vuelta al mundo y obtuvo premios internacionales. Todavía estará en la retina de muchos el cuerpo sin vida del pequeño sirio que apareció en una playa de Europa y la foto del policía llevando en sus brazos su cadáver. Podríamos ofrecer muchas más pero  no tengo el más mínimo interés en hacerlo. Creo que con estas dos muestras ya nos da para reflexionar sobre lo que estamos tratando. No puedo diferenciar si el drama está en las imágenes o en las razones que dan como resultado estas imágenes.

         Ante semejantes ejemplos no tendría mucha duda sobre la conveniencia de respetar la infancia y sacarla de estos ámbitos de exposición. Sin llegar a estos niveles de dramatismo es verdad que hay exposiciones infantiles que considero humillantes porque no tienen como función destacar valores y maneras específicas de la infancia sino que lo que se busca es hacer que los pequeños reproduzcan el mundo adulto y la gracia se supone que está en lo inapropiado de sus manifestaciones siendo tan pequeños. En los casos de la superexplotación infantil, sea por gente ajena como en el caso de Marisol o de su propia familia estaría justificado a mi parecer la censura de cualquier imagen porque el menor parece que trabaja para los adultos  y sería una forma de explotación laboral. Pero yo no me rindo así, sin más. Recuerdo un programa infantil de televisión en el que los pequeños aparecían hablando entre ellos y, a una serie de preguntas adultas previamente elaboradas, en imagen aparecían los diálogos de los pequeños tal como ellos los planteaban y el resultado me pareció francamente impactante.

         No me parece que haya que terminar con un tema tan amplio y tan complejo. Creo que hay que seguirlo tratando con toda la autenticidad del mundo y sin miedo a aceptar opiniones que no están de acuerdo con nosotros. Yo colaboré en su comento con este último programa que he contado y que creo que se llamó JUEGOS DE NIÑOS o algo parecido. Lo presentó Javier Sardá. El resultado me pareció bastante aceptable aunque siempre todo se puede mejorar pero yo veía a los pequeños que salían en pantalla y que no se buscaba con su imagen más que mostrar sus propias formas de razonar y, en todo caso, que fueran una manera como otra cualquiera de tener presencia social y que todos pudiéramos aprender de ellos en vez de que ellos fueran los que tuvieran que estar a nuestro servicio. Desde el máximo respeto, aquí me quedo por hoy. Seguro que habrá que seguir reflexionando.  

7 comentarios:

  1. En el debate de la imagen de la infancia hay una postura extrema que defiende que desaparezcan las imágenes de los niños o que al menos se manipulen las imágenes de niños para que no fueran reconocidos, como las de los policías que acompañan a los delincuentes.

    Yo sí pienso que hay que normalizar la presencia de la infancia en la sociedad, tanto en la calle como en los medios de comunicación; que la presencia de la infancia en la vida cotidiana hace a ésta mucho más amable.

    Ese miedo a que se pueda utilizar una imagen de un niño para un fin perverso, es el mismo que impide dejar salir a un niño a la calle, por los peligros que acechan; cuando sabemos que la gran mayoría de agresiones a la infancia no vienen de extraños, sino de la gente más cercana.

    No, no es un tema fácil.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya sabes que me gustan las frases redondas, cuando puedo. Ahí va una: EL MIEDO A LA MUERTE HA TERMINADO ANULANDO EL RIESGO DE VIVIR.
      Me encantaba ese programa y los niños estaban para comérselos con sus razonamientos. Un abrazo

      Eliminar
  2. Realmente interesante ...

    Saludos
    Mark de Zabaleta

    ResponderEliminar
  3. Mírese como se mire, el tena se las trae. Por complejo, difícil, delicado, comprometido y de interés más que general. Suscribo por completo la opinión comentada de Manuel Ángel Puentes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo también lo suscribo y te pido, por favor, que hables con quien sea para que la lluvia vaya amainando que nos vamos a ahogar un día de estos. Muy bien por el agua embalsada pero creo que de todo se cansa uno. Un beso

      Eliminar
  4. "O sea que respeto cualquier postura pero digo que no me parece respetable que se trafique con los menores, ni siquiera cuando se trata de su propia familia".
    Totalmente de acuerdo, que pena que hasta los niños sean utilizados para el lucro y se les robe toda su dignidad.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo contigo, pero creo que por eso es importante que haya opiniones que denuncien la explotación y reivindiquen el respeto. Un beso

      Eliminar